Un dicho que habitualmente repiten los estadounidenses nos recuerda que siempre se ve más verde el pasto del vecino: “The grass is always greener on the other side”. Puede tratarse de la humana tendencia a la envidia, defecto por desgracia tan común; pero, con algo de optimismo, también puede deberse a que el vecino se esfuerza más que nosotros. Esta fue una personal reflexión en estos meses de pandemia, cuando se quiere juzgar el delivery de esa pizzería de Vitacura que se llama, precisamente, Neighbor (Vecino) y que se acaba de incorporar a los restaurantes que abrieron sus terrazas en espera de trabajar con aforo completo. Formada por cuatro amigos de tiempos de universidad y un chef, que se propusieron rescatar el encanto de los buenos ingredientes de antes. Aunque debió afrontar los contratiempos de la agitación social y luego la larga parálisis de la pandemia, se ha mantenido en su idea original. Y bastaba examinar el despacho de su comida a domicilio para notar que algo nuevo está pasando con ese establecimiento.

Christian Sapunar y Andrés Goycoolea, socios Restaurante Neighbor

No se trata de otra pizzería más. Sin imaginar los tiempos que se venían, el cuarteto de amigos buscó un sentido algo más trascendente para su negocio. Vivimos tiempos demasiado acelerados, donde se busca el máximo de resultado con el mínimo de efecto, y nadie parece preocuparse por el deterioro que vamos dejando detrás. Y en Neighbor decidieron enfrentar esta realidad –que a nadie parece importar en el mundo real- como un aporte que no va a cambiar el mundo por sí solo, pero sí podría hacerlo si la propuesta, tan humana, hiciera pensar a más personas.

Pollo a la sal 100% natural asado al carbón (7.990 – $17.990)

Gente así no se echa a morir fácil. Y entre los titubeos de los despachos de comida durante la pandemia, se experimenta lo grato que puede ser una propuesta que destaca cuando la gastronomía debió paralizar y hacer lo imposible para vivir durante un tiempo no imaginado. Ya no estaban disponibles ni los montajes de platos, ni los malabares alrededor de las mesas, ni la perfección cronométrica de los tiempos de cocción, ni del paladar del chef para garantizar el punto preciso de un plato.

El delivery limita. Pero también, en tiempos pandémicos, puede convertirse con su llegada a casa en un momento placentero. El propósito de Neighbor que anhela transformarse en “una pizzería de barrio con una cocina única, de ingredientes nobles y comida rica”. En tiempos especiales, con la preocupación de los envases, que garanticen la higiene absoluta y también la temperatura adecuada para el necesario traslado. Y que después de usados sean biodegradables y compactables, para no sumarse a los desperdicios que ahogan al planeta.

Papas fritas Mesh ($2.990 - $9.990) y salsas

Papas fritas twister ($2.990 - $9.990)

 Los elementos que parecen menores suelen ser los que dan más pistas sobre un servicio. En este caso, no pierda de vista esos pequeños envases de salsas que serán fundamentales: las hay cremosas, picantes, al ajo, con picardía para animar cualquier encuentro.  Sin excesos, tienen el nivel adecuado para lucir los elementos de cualquier pedido.

“Una pizzería de barrio con una cocina única, de ingredientes nobles y comida rica”

Para comenzar el encuentro casero, el surtido de la carta incluye anillos de cebollas, alitas de pollo coreanas, otras en versión barbacoa, nuggets de pollo, camarones Neighbor, apanados fritos y coreanos.

Pizza Neighbor ($8.990)

Pastelera de choclo ($3.990 – $5.990)

 Desde el fogón llegan sus pollos naturales –íconos del local- sin hormonas ni marinados. Que merecen el entusiasmo con que se presentan: los adoban por 16 horas en especias, y se nota. Tienen sabor auténtico y no plástico, como suele suceder.

Como plato de fondo, para quien use el sistema tradicional, se propone el pollo a la sal 100 % natural asado al carbón; la alternativa, por el mismo precio, es un ave del mismo origen, con el adobo de la casa. Quienes no apetezcan gallina pueden optar por las costillas de cerdo con salsa BBQ.

El secreto de la buena comida suele ser el tiempo. Y en este establecimiento se lo toman para hacer sus pizzas, de leudado lento, para que las levaduras digieran adecuadamente las harinas y entreguen una masa debidamente gaseada, que el organismo reconoce y agradece. Un cuidado que se había perdido hace tanto que lo confundimos con la comida de antaño. La variedad para elegir sabores recorre un surtido de pizzas Margarita, Nápoles, de costillas, prosciutto (jamón), pepperoni (pimientos), gamberetti (camarones), champiñones, anchoa o veganas.

Papas fritas rústicas ($2.490 - $8.190)

Las papas fritas, elemento no menor, ofrecen alternativas desde las de la casa, las mesh (corte en rejilla), fritas rústicas, y otras variedades de corte como twister, o crinkle.

Los acompañamientos son realmente notables. Como unas verduras asadas que no podemos perder, porque serán todo un descubrimiento de sabor muy atractivo. Alternativa, la pastelera de choclo, que es puro sabor y color a verano chileno, y que fue incorporada para darle un acompañamiento especial al pollo que expenden.

Helados artesanales ($2.490 - $8.990)

Packing delivery

Bebidas singulares tales como Tamaya (jugo de arándanos), Kombuchacha (orgánica) y cervezas. Especialistas en una variedad de helados artesanales que refrescan después de una comida como ésta.

Helados artesanales

¿Cómo se está proyectando el Neighbor frente a los cambios por el Covid? Lo explica Christian Sapunar, uno de los socios. “Estamos construyendo nuestra terraza. Hermoseamos nuestro entorno, colocamos plantas, cerramos la terraza que da a Vitacura. Son alrededor de 120 a 150 metros útiles de terraza, en la esquina con Los Gomeros, algo más debajo de Luis Carrera. Zona de carnicerías boutique, de restaurantes. Nuestra terraza fue una parte muy importante para jugarnos por este local. La dificultad que tuvimos en pandemia no se resuelve ahí: hay que ver cómo se recupera uno, y empieza en esta nueva normalidad. Ahora las personas van a querer sentarse afuera, cansadas del encierro. Eso es relevante, lo vimos al reabrir. Un sector que tuvimos como estacionamiento lo estamos adecuando para esta reapertura. Creo que una zona al aire libre en los restaurantes va a marcar la diferencia en el próximo futuro. Apuntamos en esa dirección. El aforo nos va a limitar la cantidad de personas que podamos acoger: lo importante va a ser recibirlas en la terraza. Ampliación que va a incluir nuestra apertura de la barra al aire libre. En nuestra apuesta gastronómica partimos con el pollo asado, con las costillas. Platos ricos, tradicionales, de muy buena calidad, apetitosos y muy de delivery. Pero ahora vamos a incorporar ensaladas, platos muy frescos. Con la barra y la terraza, que van a atraer un público femenino, y familias. En un ambiente limpio, en una fase en que nuestro horario se extenderá hasta cerca de la medianoche. Vamos a pasar de restaurante de pandemia, con pollo, pizzas y helados, a un patio de Vitacura. Donde se dispondrá de los mismos productos que nos caracterizan, pero con más horario de atención, buena música, terraza amplia y el rol fundamental de la barra. Ambiente será nuestra propuesta, que esperamos tener disponible en los primeros días de diciembre”.

El retiro de pedido sigue funcionando en tienda de martes a sábado, y domingo de 13 a 16 horas. Pedidos con al menos 45 minutos de anticipación. Terrazas abiertas en la actualidad, a la espera de la ampliación, que ofrecerá surtido de cocteles, vinos orgánicos y cervezas artesanales.