Casaluz Restaurant

Todo un clásico a la hora de compartir en Barrio Italia

Todo un clásico a la hora de compartir en Barrio Italia

Con detalles estéticos tan vintage como sobrios, este lugar invita a la experiencia del buen comer y beber en torno a una cocina de sabores tradicionales que procura explotar las fortalezas de los ingredientes frescos y la variedad de platos. Se trata de un espacio que ilumina sus diez años de vida con una propuesta que, lejos de asentarse, evoluciona, crece y sorprende, manteniendo un público cautivo y atrayendo nuevos comensales gracias al boca a boca

Con variedad de platos para compartir, invitando así al disfrute de diferentes sabores, Casaluz Restaurant destaca como una apuesta consolidada dentro de uno de los polos gastronómicos de Santiago. El lugar, que está en pleno Barrio Italia y abre de martes a domingos desde las 13 horas hasta las 16, y de 19 a 23 horas, tiene una estética con halo de formalidad que es solo eso, un halo, porque aquí el comensal vive la gastronomía sin exceso de protocolo. El acento en el desarrollo de tapas invita a aquello y, a su vez, tal como lo explica el chef Pablo Heiremans, dueño del restaurante, aquí el concepto de tapeo nada tiene que ver con la comida española; así como se habla de tapas, se puede hablar de medias raciones o bocados.

TAPA PARA COMPARTIR, una opción que incluye locos con pasta de ají amarillo y ensaladilla criolla
TARTAR VEGGIE DE BETARRAGAS es un platillo con palta y clorofila de perejil
CHEF PABLO HEIREMANS, dueño del restaurante

Domingo Herrán, sommelier y encargado del restaurante, destaca que la presencia de este tipo de comida identifica a Casaluz: “Nuestra idea, es tener preparaciones que se pueden compartir. Para nosotros es muy importante aquello, es algo que, además, sintoniza bien con la tendencia de incluir varios platos en la mesa y así probar de todo, conocer más sabores”.

En ese contexto, la variedad es clave: son alrededor de 12 o 14 tapas para compartir y si bien la oferta de fondos es menor –cerca de seis preparaciones–, siempre son recetas muy bien pensadas, según lo aclara Herrán. Entonces, cuando se recorre la carta aparecen platos capaces de dejar huella, caso de los quesos de cabra frito, infaltables para los comensales de Casaluz y por eso con varios años en el menú. Chuleta francesa es otra estrella de esta cocina, se trata de una preparación clásica que aquí toma un sello propio: la carne se prepara a la provenzal y se presenta de tal manera que logra una clásica imagen con huesos a la vista.

En estas y en cada una de las preparaciones, lo fundamental es el logro de comida sabrosa hecha con productos frescos. Es lo primero para Pablo Heiremans: “Creo que hace la mitad del camino en un buen plato. Esas son nuestras bases, en las que no voy a ceder ni cambiar por ningún motivo”.

 

“Nuestra idea, es tener preparaciones que se pueden compartir. Para nosotros es muy importante aquello, es algo que, además, sintoniza bien con la tendencia de incluir varios platos en la mesa y así probar de todo, conocer más sabores”, comenta Domingo Herrán, sommelier y encargado del restaurante

 

La idea de sorprender constantemente también es parte de Casaluz, y la manera en que esto se concreta, mucho más que valerse de técnicas, como el uso de cocciones lentas y a baja temperatura, que sí están presentes, se vincula con la oportunidad que brinda cada de estación, la flexibilidad para adaptarse a la demanda –tal como lo hicieron con la tendencia de comida thai o sabores agridulces– y el hecho de tomar recetas exitosas para darles una vuelta. “Nos hemos dado cuenta que, al ser un restaurante que lleva diez años, siempre hay platos que marcan a la gente, entonces, cada cierto tiempo, el público pregunta cuándo van a estar nuevamente en la carta. Y vuelven, pero con algo diferente, sobre todo, aprovechando productos de temporada”, explica Domingo Herrán. Tartar veggie es buen ejemplo de lo mencionado: hecho de betarraga y palta, cambió su formato para una experiencia más dinámica y ahora se termina en la mesa con clorofila de perejil: “De este modo, de un típico timbal presentado con hojas verdes, pasó a algo más sofisticado que, además, lleva tierra de garbanzos, sumando textura”, detalla el encargado del restaurante.

OSTIONES GRATINADOS con quesos azul y parmesano, además de un crocante de tocino
CHULETA FRANCESA A LA PROVENZAL acompañada de puré de papa con funghi porcini

Y en platos nuevos también se atreven con sus propias versiones, destacando en esa línea la preparación de ostiones gratinados acompañados con quesos azul y parmesano, crema de espinaca y terminación de tierra de tocino, aportando sensación crocante y sabor.

Las opciones sin carne, incluso, veganas también encuentran lugar en Casaluz, el tartar con betarraga ya mencionado es ejemplo de aquello y, además, recomendado para celíacos. En fondos, se juega con ñoquis y risottos usando hongos y pastas verdes; como parte de las novedades de este año, figura una lasaña vegetariana con pesto y berenjenas.

 

El acento en el desarrollo de tapas invita a aquello y, a su vez, tal como lo explica el chef Pablo Heiremans, dueño del restaurante, aquí el concepto de tapeo nada tiene que ver con la comida española; así como se habla de tapas, se puede hablar de medias raciones o bocados.

 

NUEVAS EXPERIENCIAS

Huesillisco, clásico cóctel de Casaluz que se prepara con vodka, jugo de limón, syrup y tónica, da cuenta del trabajo de creación propia que el restaurante hace en ese sentido. Esta es un área que durante 2022 se pretende potenciar y en la que, hoy por hoy, siempre hay cinco o seis tragos de autor en cuya elaboración se innova con productos de estación.

También vale destacar los buenos resultados que han tenido en líquidos a partir del trabajo de Domingo Herrán. El sommelier se integró al equipo hace cuatro años, aproximadamente, y con ello el restaurante recibió un impulso dando nuevos aires a la experiencia en torno al vino. “Siempre tuvimos una buena oferta, pero cuando él llegó a trabajar con nosotros se abrió un mundo de posibilidades”, comenta Pablo Heiremans, respecto de la labor que ha hecho el encargado del restaurante complementando la carta de vinos con la de comida y, además, especializando el servicio, área que también está a su cargo.

Contando con alrededor de 75 etiquetas, Casaluz sobresale al tener una de las más variadas ofertas de vinos en Barrio Italia. Así lo resalta Domingo Herrán, quien se preocupa de ofrecer producción de viñas de diferentes valles de Chile: “Desde el Huasco hasta Malleco, con diferentes propuestas, vinos de altura, costeros, climas fríos, del desierto… Lo importante es que tenemos viñas conocidas y boutique con pequeñas producciones”.

QUESOS DE CABRA FRITO lleva reducción de vino tinto y mermelada de zapallo
PINITA ARÁBICA, ST Germain, gin y jugo de piña con cardamomo
HUESILLISCO, licor de huesillo a base de vodka, jugo de limón, syrup y tónica

En cuanto a los maridajes, la fórmula elegida es jugar mucho con las copas, que se cambian para que la gente conozca diferentes cepas. El restaurante, además, ofrece especies de wine trip desarrollados con exponentes vinos de una misma viña, procurando que el comensal conozca su línea editorial e historia; en la experiencia se comparten detalles del valle y recomendaciones para disfrutar con determinadas tapas. Todo apunta a lograr una experiencia integral y entretenida, por eso también hay cenas maridaje, activaciones con viñas y catas dirigidas por Domingo Herrán: “Para nosotros, lo importante es que el conocimiento en torno al vino se desarrolle de manera transversal, por eso la forma de explicar es práctica y directa, con lenguaje entendible”.

MERLUZA AUSTRAL CON QUINOA crocante en crema de mariscos
PABLO HEIREMANS, dueño del restaurante y Domingo Herrán, sommelier y encargado del restaurante

UNA CASA ABIERTA

¿Qué hay de la historia de Casaluz? Todo comienza por Pablo Heiremans, quien se formó como chef en Culinary y, tras egresar, dejó Chile, instalándose en España donde trabajó durante varios años. A su retorno se propuso tener un restaurante propio y buscando lugares un día llegó a almorzar a un local de Barrio Italia del que, simplemente, se enamoró: “Me encantó, me sentí familiarizado (…) No conocía mucho el sector, pero tenía noción de que era un polo gastronómico. El día que fui había mucha gente y sentí que podía ser bueno, había una energía con el lugar en particular”.

Al enterarse que el espacio estaba en venta, hizo los contactos necesarios y, finalmente, compró el derecho a llaves, iniciando un negocio en sociedad con su familia, fórmula que perduró dos años, porque luego siguió solo con la empresa en una aventura que se le presentaba como toda una novedad. “Era un buque bastante grande, son 500 m2 para 120 personas. Fue un gran desafío, porque junto con dirigir la empresa estaba a cargo de la cocina”, detalla el chef que jugó ese rol durante cuatro años en el restaurante, hasta que advirtió la importancia de delegar para cumplir bien en cada aspecto del trabajo, iniciando con toda propiedad su viaje como empresario gastronómico.

 

Contando con alrededor de 75 etiquetas, Casaluz sobresale al tener una de las más variadas ofertas de vinos en Barrio Italia. Así lo resalta Domingo Herrán, quien se preocupa de ofrecer producción de viñas de diferentes valles de Chile

 

La experiencia en España, una verdadera escuela para Heiremans, le hizo atesorar mucha influencia de la gastronomía de ese país: “Me encantaba el tema de las tapas por ser algo para compartir y la oportunidad de probar varias cosas en bocados, entonces, seguí con la misma línea, traje ideas y platos que vi allá”. De este modo, por algún tiempo, a Casaluz se le identificó como un restaurante de comida española, algo que nunca fue tal. “Casaluz no nació para satisfacer a un público en particular. Yo era una persona con muchos sueños, ganas de hacer y cocinar, solamente seguía mis impulsos”, dice Pablo. Agrega que, desde el inicio, los comensales cautivos del anterior local hicieron suya esta nueva propuesta: “Tuvimos la suerte de quedar con bastante de ese mismo público. Además, cuando el restaurante abrió, habían muchas oficinas en la zona, era bastante concurrido. Con el tiempo aquello ha ido mutando, y más desde la pandemia. De igual modo, el público de Casaluz puede definirse como transversal. Muy variado, tanto que no lo he visto en muchos lados. Creo que eso es una característica nuestra: te puedes encontrar con gente de bastante edad y en la mesa del lado una pareja joven. Me encanta que sea así, porque muestra que estás haciendo un trabajo transversal y agrada a mucha gente, no solo a un tipo de público”.

¿Y qué hay del nombre Casaluz? Surgió como un juego de palabras sin mayor intención. No obstante, y con el correr del tiempo, cobró especial sentido gracias a las labores de iluminación que forman parte de la apuesta de diseño que este lugar hizo antes de su inauguración. El lugar se remodeló casi completamente en su interior, considerando la creación de una barra de 12 metros, protagonista e infaltable para una carta de tapas.

Sin modificaciones a lo largo de sus diez años de vida, el ambiente del restaurante mantiene clara personalidad. “Creo que es un concepto clásico, vintage, elegante, sobrio. Tiene un poco de todo eso”, define Pablo Heiremans, agregando que, aunque en las transformaciones tuvieron colaboración de un arquitecto, el interiorismo de Casaluz es resultado de un trabajo conjunto de él y su familia, destacando mucho el talento de su madre.

 

El lugar se remodeló casi completamente en su interior, considerando la creación de una barra de 12 metros, protagonista e infaltable para una carta de tapas.

 

La terraza del espacio es un tema aparte: tiene capacidad para hasta 80 personas y está en el interior de la construcción, ofrece un espacio al aire libre con mucha vegetación capaz de abstraer del ajetreo urbano en un ambiente acogedor y plagado de detalles; un muro de piedra y el piso de baldosas en una apuesta clásica de blanco y negro son algunos de esos elementos.

Tanto la terraza como todo el restaurante resultan espacios ideales para el desarrollo de eventos, área en que Casaluz ha participado con éxito y que, por lo mismo, potenciará durante 2022 mediante la creación de un departamento dedicado especialmente a esta actividad, ya sean eventos de empresas o particulares, incluidos matrimonios. La disponibilidad es plena, siendo posible ocupar todo el restaurante o solo algunas zonas. A juicio de Pablo Heiremans, el barrio es uno de los factores que les favorece para este rubro, también la amplitud y el ambiente acogedor que brindan. “Venimos haciéndolo hace tiempo y es algo en lo que lo pasamos bien. Si bien implica mucho trabajo, es agradable cambiar la rutina y hacer algo distinto. Nos dimos cuenta de que la gente también queda muy contenta con el resultado. Por eso, este año queremos impulsar un área de eventos”, recalca el dueño de Casaluz.

 

Casaluz Restaurant

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