La vocación de un gastrónomo debe ir ligada a la creencia firme de que el alimento bueno debe ser un derecho universal de todos. Antes de reparar en nuestro éxito profesional, el punto de partida es la reflexión sobre nuestro aporte social al respecto.

La FAO establece: La seguridad alimentaria se da cuando todas las personas tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente.

Las nuevas estimaciones del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, muestran que el número de personas amenazadas por la inseguridad alimentaria podría aumentar a 270 millones este año, un aumento del 82 por ciento en las cifras previas a la pandemia.

La CEPAL, en mayo de 2020, comunicó de manera pública que la tasa de pobreza en Chile consecuencia de la crisis social, económica y sanitaria, que ha impactado al país, crecerá en un 80 por ciento en 2020, es decir más de dos millones de personas en el país son amenazadas por la inseguridad alimentaria de manera inmediata, enfrentando la cuarta crisis: la crisis alimentaria, hambre.

Ante este panorama sin parangón en la historia reciente mundial, más de treinta organizaciones en Chile y España, tomamos la decisión de conectarnos, colaborar y asociarnos para ponernos al servicio de las comunidades en riesgo. Entendiendo la extrema dificultad y gravedad del contexto y con la solidaridad como lenguaje, nació Comida para Todos el 15 de mayo de 2020 en Chile y en España el 4 del mismo mes. Tan sólo sesenta días después del gran cierre mundial.

Una plataforma solidaria que llama a la ciudadanía y al rubro a unirse para, como sociedad, demostrar que juntos somos más y que a pesar de la tristeza, la depresión y el dolor del momento que estamos viviendo podemos aunar voluntades pensado en lo colectivo, dejando el ego de lado, con el propósito de activar un sistema circular para asegurar alimentación de calidad, nutritiva y sana a quien hoy lo necesite.

Diseñamos Comida para Todos pensando en el impacto colectivo, localizando a cuatro beneficiarios: comunidades en riesgo alimentario, restaurantes, pequeños productores y transportistas escolares.

Cuando la vocación convoca los resultados son extraordinarios. En sólo una semana de diseño cuatro organizaciones sociales, cuatro restaurantes, cinco empresas, dos municipalidades y una mágica red de voluntarios, pusimos el propósito en el centro y decidimos avanzar juntos en la lucha contra el hambre y la crisis profunda que vive nuestro rubro. El día quince de mayo realizamos nuestro primer servicio, trescientos almuerzos solidarios en La Pintana y ciento cincuenta en Antofagasta.

En julio terminamos sirviendo más de treinta mil almuerzos, con quince restaurantes en Chile reactivados, más de treinta pequeños productores beneficiados, nueve comunas, cinco ciudades, quince ollas comunes en la red, cinco hogares de tercera edad, y asegurando la asistencia de alimentación a las comunidades hasta el mes de diciembre como mínimo. También la plataforma comienza con su segunda fase en el mes de septiembre, donde la red y en creación conjunta a la comunidad, realizará centros de formación y educación en materias de cultura alimentaria, permacultura y emprendimiento.

Un ecosistema mágico que hoy es conformado por treinta y dos organizaciones y que a la fecha, entregan platos de comida que representan alimento bueno, empleo, educación y comunidad a un total de dos mil cien personas tres veces mínimo a la semana.

Setenta días donde hemos aprendido que juntos, somos más. Unidos somos capaces de entregar luz a los tiempos más oscuros que se recuerdan en nuestra industria a nivel local y global. Al fin y al cabo, sólo es compresible un acto tan extraordinario, cuando la vocación por alimentar física y espiritualmente se devela y concilia las voluntades de todos nosotros.

 

Setenta días y los que vendrán.

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