Condiciones para la recuperación del turismo
El fin de la homologación de vacunas a partir del 1 de septiembre, representa un gran aliciente para la industria del turismo, ya que permitirá al sector comenzar la verdadera reactivación al facilitar la llegada de turistas extranjeros al país, ámbito en el que Chile ha perdido competitividad frente a otros destinos de la región y que hasta ahora mantenía frenado el turismo receptivo.
Según las proyecciones de Fedetur, el rubro alcanzará niveles prepandemia recién a fines del 2023, aunque para que ello se concrete, se deben dar varias condiciones que van más allá de la eliminación de restricciones de funcionamiento.
Una de ellas es que la economía nacional mantenga su capacidad de crecer, ya que la forma de reactivarnos es lograr que aumente la demanda por los servicios turísticos. Hoy nos enfrentamos a un escenario complejo, que está marcado por una sostenida inflación, una depreciación de la moneda local y bajas expectativas de crecimiento en el corto plazo. Una realidad que también se observa a nivel global, por lo que el rumbo que tome nuestra economía depende tanto de factores internos como externos.
Esto, a su vez, provoca incertidumbre en los agentes económicos, que repercute también en las personas, lo que se traduce en menores niveles de inversión y de proyectos, como también se aprecia en nuestra industria. Incertidumbre, que en el caso de Chile, se ve acentuada por el proceso constituyente que está en desarrollo y que tendrá como hito el plebiscito de salida el 4 de septiembre.
En este contexto, el desafío de la recuperación de la industria del turismo es significativo, porque además de activar la demanda a través de una serie de acciones y medidas que desplegaremos como sector para apuntalar la reactivación, debemos hacer frente a condiciones poco favorables, como las expuestas anteriormente.
En esa línea, la industria debe comenzar a destacar todos aquellos aspectos que distinguen a Chile como un destino muy atractivo de visitar, especialmente en un período donde la pandemia aún se mantiene presente, ya que la oferta de la que dispone el país puede marcar la diferencia al momento de incentivar a los potenciales turistas extranjeros que estén buscando alternativas de viaje.
A su vez, es importante que comencemos a considerar al turismo como una política de Estado, que considere un plan de largo plazo para el desarrollo de esta actividad, de manera que no dependa ni de los gobiernos o autoridades de turno. Somos un sector con una enorme potencialidad de crecimiento, en la medida que los esfuerzos público-privados se concentren en empujar, de manera conjunta al rubro, aportando a su descentralización y a entregar servicios turísticos de primer nivel.
Como industria queremos retomar todos aquellos aspectos que con la pandemia quedaron suspendidos y que son parte de los ejes centrales para el avance y consolidación de este sector, lo que incluye contar con una modernización de la Ley de Turismo y con temas que para la actividad son esenciales, como la formalización de los servicios turísticos, la adaptabilidad laboral y transformación digital, especialmente para un rubro que registró cambios importantes en la forma de hacer turismo por parte de las personas debido a la pandemia.
En la medida que nos logremos poner de pie, se verá beneficiado el país, sus habitantes y las economías locales, ya que podremos ofrecer oportunidades de desarrollado estables y de calidad.
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