El turismo como política de Estado
En la década pasada, y hasta la llegada de la pandemia a Chile, el turismo tuvo un crecimiento significativo, que tuvo su peak en 2017, cuando visitaron el país 6 millones 400 mil personas.
Desarrollo que fue posible pese a que el país no cuenta hasta hoy con una política de Estado orientada a la consolidación de esta importante actividad económica. Porque si bien existe un trabajo de colaboración público privada con diferentes organismos, lo cierto es que Chile carece aún de un enfoque estratégico de largo plazo, que ofrezca una mirada amplia de esta industria.
En concreto, el país no está pensando en el desarrollo del turismo de aquí a los próximos 30 o 50 años, sino más bien, con una mirada cortoplacista, que se acentuó todavía más con el estallido y la pandemia, ya que estas dos circunstancias no sólo hicieron retroceder al rubro casi dos décadas, sino que además obligaron a concentrar los esfuerzos en sortear la crisis inmediata.
Crisis que representó una amenaza importante, pero que en la actualidad, cuando lo peor de la pandemia comienza a quedar atrás, asoma también como una gran oportunidad para levantar la cabeza y proyectar la mirada hacia un horizonte más amplio. Espacio oportuno para repensar la estrategia de desarrollo del turismo, los énfasis y pilares sobre los que construir esta nueva etapa, que lleven a Chile a un nivel superlativo en materia turística, considerando que el país cuenta con condiciones extraordinarias para dar un salto relevante a nivel global.
Se trata de un desafío mayúsculo, que requiere como primer motor, que el turismo sea considerado una política de Estado, que involucre a una multiplicidad de actores del ámbito público y privado, que estén coordinados y trabajando en conjunto en torno a políticas y acciones de largo aliento, que trasciendan a los gobiernos de turno y que tengan una continuidad estratégica que no se agote en una determinada gestión gubernamental.
Y este desafío lo debemos comenzar a construir desde ahora, porque su puesta en marcha e implementación requiere de mucho tiempo y planificación, sobre todo por el rezago que significó para la industria del turismo nacional, el manejo de la pandemia y las restricciones sanitarias impuestas para enfrentar el Covid.
Desde Fedetur queremos ser un actor relevante en este proceso de generar conciencia y lograr que en Chile el turismo sea considerado una política de Estado, ya que esto requiere de un cambio no sólo en la práctica, sino que también cultural, considerando que el país necesita ampliar y diversificar su matriz productiva, centrada principalmente en la extracción de recursos naturales.
Esa política de Estado debe orientarse a promover e impulsar el desarrollo del turismo, incentivando la inversión y nuevos proyectos turísticos, en un país que tiene los atributos para disponer de una oferta y atractivos turísticos en todas las regiones del territorio nacional.
Una política de Estado, que a su vez, permita hacer sostenible esta actividad en el tiempo, integrando circuitos, servicios y ecosistemas en torno al turismo, con un enfoque sustentable, integral e inclusivo.
Esta hoja de ruta la veníamos trazando en Fedetur previo al estallido y la pandemia, pero tuvo que quedar suspendida por casi tres años. Ahora es el momento de retomar por esa senda y comenzar a convocar a los distintos actores en este trascendental proceso de llevar a Chile a un nivel turístico de excelencia en beneficio del desarrollo social y económico del país.
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