Desafíos y proyecciones para la industria hotelera de Santiago
Según el reciente estudio de Fitzroy sobre el mercado hotelero de Santiago y las perspectivas para el periodo 2023 a 2026, existen cuatro factores principales que han afectado el desempeño de esta industria. Para nadie es sorpresa que el estallido social de octubre 2019 incrementó la incertidumbre de nuevos inversionistas, lo que llevó a una paralización de proyectos anunciados para el periodo 2020-2023. Adicionalmente muchos hoteles se vieron afectados no sólo por actos de vandalismo, sino también por la suspensión de la COP25 y APEC, lo que llevó a la cancelación de viajes a Santiago, además de un alto impacto en imagen país dados los problemas de estabilidad política y seguridad.
El COVID-19, por su parte, trajo consigo el cierre de fronteras, medidas sanitarias y cuarentenas que restringieron el uso habitual que tenían los hoteles en Santiago, así como en el resto del país y el mundo. Algunos hoteles se convirtieron en residencias sanitarias, dándole un respiro y alivio a parte de la industria. A su vez, durante la pandemia se intensificó y masificó el teletrabajo, lo que redujo los viajes de negocios en forma considerable. Si bien durante el segundo semestre del 2022 vimos una recuperación importante en los viajes de negocios, conferencias y ferias, lo cierto es que una parte del segmento de viajes de negocios nunca se recuperará dado que las reuniones virtuales llegaron para quedarse en un modelo híbrido de trabajo. Asimismo, no podemos desconocer el permanente riesgo que hoy existe con nuevos brotes y altos contagios del virus en China, lo que generaría mayores restricciones en el acceso al país de destino según la OMS, es decir tenemos un panorama más bastante volátil e incierto.
En cuanto al factor económico, las proyecciones de crecimiento para el país son menores a las tasas del pasado y, probablemente en el 2023, Chile y el mundo entrarán en una recesión económica. De hecho, llevamos tres meses en crecimiento negativo. Los costos de los materiales de construcción han aumentado 30% según la Cámara de la Construcción, como efecto de la inflación y la escasez debido a la pandemia. Es de esperar que durante el 2023, los costos señalados empiecen a estabilizar los precios.
Por último, en cuanto a tráfico aéreo e infraestructura, para el año 2019 existían 49 destinos internacionales con salidas desde el aeropuerto de Santiago. Para fines del 2022, el aeropuerto sólo tenía 35 destinos internacionales disponibles, lo que se traduce en una reducción de un 29% en comparación con el año 2019. La frecuencia semanal de rutas programadas para 2019 era de 627 vuelos y para el 2022 fueron 488 vuelos, lo que significa que la frecuencia está caída en un 22%. Se espera un repunte con la apertura del nuevo aeropuerto de Santiago, que tiene capacidad para recibir 30 millones de pasajeros aproximadamente dado que es tres veces más grande que la infraestructura que existía en 2019.
Tal como muestra el estudio, el mercado hotelero de Santiago está sorteando tiempos difíciles y de incertidumbre. En un análisis optimista, podríamos visualizar recuperación recién a partir de 2024, pensando en las cifras que teníamos en 2018. Sin embargo, más allá de pesimismo u optimismo, la industria cambió y hay tendencias que impactaron al sector para siempre.
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