Inversión y crecimiento económico
Los indicadores económicos muestran que el país viene atravesando un complejo escenario económico y laboral. Los datos de los últimos Imacec no han sido tan negativos como los proyectados, pero están muy lejos de lo que se esperaría para una economía que necesita iniciar su recuperación.
En materia de desempleo, los recientes registros exhiben un deterioro sostenido que podría llevar la desocupación a dos dígitos según la voz de los expertos, con el agravante de la informalidad que hoy campea en muchos sectores.
Estas cifras dan cuenta de que no es un momento propicio para continuar aumentando impuestos ni estableciendo medidas gubernamentales que requieren de financiamiento permanente, porque la peor ecuación que existe para un país es que el gasto público se busque financiar exclusivamente mediante el alza de gravámenes considerando que el magro desempeño de la economía no alcanza para esos fines.
Entonces, todo indica que el foco debe estar puesto en hacer que la economía vuelva a crecer, y para que eso ocurra, es clave volver a atraer inversión y generar la confianza necesaria para que lleguen nuevos capitales y no se vayan los que ya existen. Porque seguir creciendo a las tasas actuales sólo permitirá administrar lo que hay pero impedirá retomar la senda del progreso y desarrollo.
Y ahí está precisamente el dilema. Cómo hacer crecer la economía cuando al mismo tiempo se pretende establecer una suerte de pacto fiscal que derive en un nuevo incremento de impuestos. El sentido de oportunidad en esta materia es fundamental. Sobre todo, considerando que ha habido en un corto plazo de tiempo reformas tributarias que apuntan a un propósito redistributivo, pero para distribuir es primordial disponer de recursos suficientes para hacerlo.
En el caso de las pymes, que en su mayoría son las que forman parte de la industria gastronómica, todavía no se han podido recuperar de la crisis provocada por la pandemia y ya deben absorber una enorme sobre carga de costos adicionales con iniciativas que se han impulsado, como la reducción de la jornada laboral y ahora el fuerte incremento del salario mínimo.
Si queremos que se recupere el empleo y la economía genere puestos de trabajo formales y de calidad, resulta primordial dar holguras y espacios a las empresas de menor tamaño para que se puedan recuperar, considerando que ellas aportan el mayor número de ocupación en el país.
De las decisiones que se adopten hoy, dependerá en gran medida el rumbo que tome la economía y la capacidad de recuperación que tenga Chile, donde la iniciativa privada tiene un papel central que desempeñar, pero que requiere del apoyo y trabajo colaborativo con el Estado y el sector público. Estamos frente a un punto de inflexión, donde deben primar los incentivos para que la economía vuelva a despegar. En esto hay que enfocar todos los esfuerzos hoy.
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