La deuda del Estado
El gobierno debutante, en sus primeros días, ha dado una serie de señales en favor de las pymes, que permiten albergar la esperanza de que el sector de las pequeñas y medianas empresas será prioridad para la actual administración.
Señales que se concretaron a pocos días del triunfo electoral del hoy presidente Gabriel Boric, cuando éste se reunió con representantes gremiales de pymes de distintos rubros. Días antes del cambio de mando, estuvimos con el actual ministro de Economía, Nicolás Grau, en un encuentro de acercamiento que propició su ahora antecesor, Lucas Palacios. Una vez instalada la nueva administración, la primera reunión que sostuvo el titular de Economía fue con gremios representantes del turismo, para días después reunirse con pymes en Valparaíso.
En casi todos esos encuentros participamos como representantes del rubro gastronómico, y vimos una genuina voluntad de la nueva autoridad por buscar la anhelada recuperación junto a las pymes, y en particular con nuestro sector, que ha sido uno de los más dañados por el estallido de violencia y la pandemia. De hecho, el ministro Grau se reunió también con locatarios de la denominada “zona cero” (Plaza Italia y barrios aledaños).
Como industria, estamos absolutamente comprometidos en colaborar y trabajar con el nuevo gobierno para apuntalar la economía y la actividad gastronómica, y con ello, generar más y mejores oportunidades laborales. Así se lo hemos transmitido al ministro de Economía y a la Subsecretaria de Turismo en cada uno de los encuentros que hemos sostenido.
Si bien estas señales y la buena disposición de las autoridades son un buen punto de partida, resultan insuficientes para avanzar en los pasos que se requieren dar para que las pymes y nuestro sector puedan salir a flote. Pero si esas señales no se traducen en políticas públicas y medidas concretas que permitan poner de pie a las empresas de menor tamaño, será sólo retórica.
A su vez, las señales que dé el gobierno en esta línea, deben ser coherentes y consistentes en el tiempo, porque aun cuando valoramos que el ministro Grau haya pedido perdón a las pymes en nombre del Estado, por los ingentes daños provocados por la violencia callejera que se sigue registrando hasta hoy, esa señal no es compatible con la decisión del mismo gobierno de retirar las querellas por Ley de Seguridad del Estado a personas involucradas en vandalismo durante la revuelta, o cuando el Ejecutivo desliza la posibilidad de evaluar un posible indulto para los violentistas.
Porque el Estado, cualquiera sea el signo político del gobierno de turno que lo administre, debe entender que con violencia y sin orden público ni respeto al estado de derecho, no habrá recuperación posible, y tampoco se podrá saldar la deuda actual que este mantiene con las pymes y el sector gastronómico por el abandono en el que tiene a nuestro rubro, que nos impide funcionar con normalidad y trabajar con tranquilidad.
Estamos comenzando el tercer año de la crisis más profunda que haya conocido el sector gastronómico, en un escenario social, político y económico que se prevé complejo. Por lo mismo, esperamos que a medida que pasen las semanas y el gobierno vaya aterrizando su instalación, se pueda comenzar a apreciar con nitidez una hoja de ruta y acciones específicas que nos lleven a un despegue definitivo de nuestra actividad, y podamos constatar, por fin, que la violencia callejera comienza a ser controlada de forma efectiva.
Queremos despertar de esta larga pesadilla, y confiamos en que el nuevo gobierno tendrá la capacidad de abordar adecuadamente nuestras prioridades.
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