La economía como prioridad
Concluido el proceso constituyente con el plebiscito del 4 de septiembre pasado, el país debe continuar su marcha dando prioridad a aquellos temas que hoy requieren sentido de urgencia para que el país continúe avanzando y enfrentando los desafíos que tenemos por delante.
Esto, independiente y en paralelo a que se inicie un nuevo proceso para tener una nueva Constitución, en los términos que este sea definido por las distintas fuerzas políticas. Chile no se puede detener por este asunto; al contrario, debe poner por delante aquellas materias que en la actualidad demandan un tratamiento urgente. El principal es lograr que la economía pueda repuntar, en medio de un escenario que ya se advierte adverso, con una posible recesión por delante y con distintos indicadores que muestran una profunda desaceleración.
Incentivar la inversión, la creación de nuevos proyectos y empresas, la generación de más y mejores empleos y ofrecer un ambiente de certidumbre para hacer negocios en Chile, son clave para enfrentar de buena forma el escenario que vive hoy el país en un contexto global complejo. Porque sin crecimiento económico, el resto de las prioridades, especialmente aquellas de corte social, no se podrán materializar si el país no genera recursos para poder financiar esos programas y políticas públicas.
Tampoco se podrá hacer con un crecimiento exiguo, como el que se prevé para 2023, ya que la economía nacional viene hace años expandiéndose a un ritmo bastante bajo, por distintos factores que tampoco han sido abordados con la profundidad y sentido de oportunidad que ameritan.
Chile necesariamente debe abrirse a explorar y sacar mayores ventajas de actividades que pueden significar un tremendo aporte al país, en la medida que existan políticas de Estado para fomentar y desarrollar esas actividades, como es el caso del turismo; sector, que, sin tener un enfoque prioritario para el estado, logró en los lustros anteriores -hasta el estallido y la pandemia-, transformarse en un importante motor de desarrollo para Chile y sus habitantes.
Aporte que ha ido acompañado también del desarrollo de subsectores como la gastronomía, que ha logrado convertirse en un sello distintivo del país para atraer visitantes y apuntalar el crecimiento del turismo, especialmente en la década anterior.
Chile debe apostar a diversificar su matriz productiva, y en esta industria existe mucha materia prima para avanzar con ventaja y seguir posicionándonos como actores relevantes a nivel internacional, especialmente por contar con atractivos a lo largo de todo el territorio nacional.
Por eso es muy importante la forma en que se aborden de aquí en adelante, determinadas materias, será relevante para la capacidad que tenga Chile de dinamizar la economía. Uno de esos temas será sin duda la reforma tributaria y los términos en que esta se defina, ya que al objetivo recaudatorio también se debe contemplar el de evitar que dicha reforma afecte la inversión, y por ende, la generación de empleos, donde el sentido de oportunidad para tramitarla e implementarla es clave, ya que estamos en medio de un deterioro del ciclo económico, que obliga a actuar con mucha cautela.
Con todo, en lo que viene hacia adelante, la economía debe ser la prioridad número uno para el país, de forma transversal, ya que de ella depende también la estabilidad de otros ámbitos como el social y político, que a su vez son esenciales para lograr las condiciones necesarias que permitan el repunte de la economía.
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