Ley de Alcoholes: una oportunidad perdida
La nueva Ley de Alcoholes (21.363) que entró en vigencia recientemente, no sólo provocó polémica por la errada interpretación que algunos fiscalizadores hicieron al momento de velar por el cumplimiento de esta norma -como ocurrió con una nota de prensa emitida por un canal de televisión respecto a una eventual prohibición para que menores de edad ingresaran a restaurantes que adicionalmente contaba con patente de cabaret y/o bar-, sino que se desechó una gran oportunidad de haber modernizado una ley que en muchos aspectos es anacrónica
Ante la inquietud que levantó el reportaje en el sector gastronómico, Achiga se reunió con el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), y solicitó a la autoridad aclarar públicamente que había una equivocada interpretación en cuanto al acceso a los restaurantes, y que por lo tanto, no había restricciones para que niños pudiesen ingresar a estos recintos.
Al respecto, los legisladores y el Ejecutivo desperdiciaron la oportunidad de haber reactualizado la Ley de Alcoholes durante su tramitación en el Congreso, por ejemplo, para resolver el tema de las patentes. En la actualidad, quienes se dedican al rubro gastronómico, para poder funcionar deben tener diversas patentes según el tipo de servicio que ofrecen, como ocurre con una gran cantidad de restaurantes, que además de contar con la patente para esos fines, deben disponer de una patente de cabaret (sin serlo) en caso de que en el recinto disponga de música en vivo o envasada, o de algún espectáculo, lo que a nuestro parecer, atenta contra la libertad de trabajo de los artistas.
Esta multiplicidad de patentes es la que lleva a las autoridades a cometer equivocaciones al momento de fiscalizar e interpretar la norma, cuando se debió haber aprovechado los cambios a la normativa para haber simplificado el tema de las patentes.
Lo mismo ocurre con la obligación que contempla la ley actualizada, de solicitar carnet de identidad a todas las personas que vayan a consumir alcohol en un local de comida. Como industria valoramos el espíritu de la regulación, que fomenta el consumo responsable y busca evitar el consumo en menores, y como asociación siempre velaremos por el cumplimiento de la norma, sin embargo, consideramos absurdo que se haya tramitado por catorce años una ley que ahora obliga a confirmar la edad de todos quienes quieran consumir alcohol, incluso cuando sea evidente que se trata de una persona adulta o mayor de edad, teniendo en consideración, además, que la ley siempre ha prohibido la venta a menores de edad.
Como la principal asociación gremial del sector, estimamos que se perdió una tremenda oportunidad de haber mejorado sustancialmente este cuerpo legal, y por lo mismo, estamos plenamente disponibles para seguir trabajando con la autoridad en todos aquellos temas que permitan mejorar el funcionamiento de esta actividad y avanzar en su desarrollo.
Nos parece fundamental disponer de leyes que respondan a las necesidades actuales del sector y a lo que demandan los usuarios de servicios gastronómicos, especialmente, en un contexto donde la industria se ha tenido que adaptar de forma muy vertiginosa para sobrevivir a los cambios impuestos por la pandemia.
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