Urgente: aplazar el pago de contribuciones y patente comercial
Pese a la crisis que enfrentamos los hoteles, el gobierno sigue haciendo oídos sordos ante nuestro urgente llamado de ayuda.
Lo que solicitamos es algo concreto y totalmente justificado: la exención, por al menos un año, de las contribuciones y patente comercial que pagamos los hoteles.
El 2020 los empresarios hoteleros tuvimos que cumplir con el pago de patentes comerciales y con las cuatro cuotas anuales correspondientes a las contribuciones. En la práctica, muchos usamos una parte importante del crédito Fogape para pagar esas obligaciones, es decir, se le devolvió al Estado ese mismo dinero.
Según un reciente estudio de Hoteleros de Chile, anualmente el sector hotelero paga cerca de US$ 45 millones en patentes comerciales y US$ 225 millones en contribuciones.
Derechamente, estamos pidiendo subsidios directos ya que la falta de demanda ha significado que muchos hoteles permanezcan cerrados. Hoy cerca de un 35% de los alojamientos sigue sin recibir ingresos.
Para materializar nuestra aspiración se requiere una ley que debe enviar el Ejecutivo al Congreso. Ya hemos tenido algunos acercamientos y conversaciones con parlamentarios, y ellos entienden que somos uno de los sectores más afectados por la pandemia. El siguiente paso será plantearle esta idea al Ministerio de Hacienda.
Las eventuales quiebras aumentarán la cesantía. No hay que olvidar que los fondos de cesantía los aportamos los empleadores, por lo que todas las ayudas económicas del Estado se han usado en la ley de protección del empleo.
A fines del año pasado hubo una tímida reapertura y algunos hoteles tenían la esperanza de empezar su recuperación económica y que en el verano comenzaran a llegar los turistas. Sin embargo, la segunda ola de Covid-19 y las medidas del Gobierno que dificultan la movilidad y la entrada de extranjeros, hacen que no sea rentable operar un hotel.
Si bien los permisos para movilizarse en vacaciones ayudan en parte a la reactivación del sector, todavía no está claro si tendrán algún efecto concreto.
Entendemos que la prioridad nacional es cuidar la salud de las personas, pero hay medidas que para nosotros tienen un mayor impacto. Se cierran las fronteras, se ponen cordones sanitarios, se retrocede a fase 1 ó 2. En ese contexto, lo adecuado es que compartamos los costos de estas medidas.
No podemos seguir esperando. No sabemos cuándo terminará esto y la incertertidumbre es enorme.
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