Antonino Heladería

ANTONINO HELADERÍA

ANTONINO HELADERÍA

Recetas innovadoras y productos locales


Mango y limón de Pica, arrope de chañar o de algarrobo, rica rica de Atacama, son algunos de los insumos que la chef Giselle Cristino incorpora a los helados de textura cremosa, pastosa y suave, que caracterizan a este local de Antofagasta, que además ofrece churros


LA HISTORIA DEL NOMBRE DE LA HELADERÍA ANTONINO viene de mucho tiempo atrás, en el yacimiento de Chuquicamata. Antes que se conociera con ese nombre fue poblado por los indios chucos, y más tarde explotado por españoles y bolivianos en forma superficial, hasta que en 1883 el Gobierno de Bolivia reconoció la soberanía chilena. Entre 1882 y 1899 se instalaron más de 300 oficinas mineras, cuya administración se centró en La Placilla, donde se repartían los loteos. La primera empresa fue la mina Zaragoza, descubierta por el explorador Antonino Toro. No obstante, en 1879, Nicanor Zenteno es nombrado gobernador y presidente de la municipalidad de Antofagasta, quien ratifica a Antonino Toro como vicepresidente de este municipio. En adelante Antonino Toro fue partícipe del desarrollo y prosperidad de la ciudad. “Es por esto que el deseo de producir helados con sabores locales, propios del norte y de primerísima calidad, nos llevó a pensar que el nombre del negocio debía ser local. Entonces surgió la idea de usar el nombre de la calle donde estaríamos emplazados, Antonino Toro, en honor a este personaje”, explicó Alessandro Coronata, administrador y uno de los dueños de esta empresa, junto a Giancarlo Coronata, Pablo Godoy, Diego Godoy y Giselle Cristino, quien es la chef gelatera.

Alessandro Coronata, administrador y Giselle Cristino, chef gelatera

“La necesidad de contar con una heladería de primer nivel en Antofagasta es un nicho que visualizamos hace un tiempo, y por eso decidimos unirnos y emprender un negocio en conjunto, conformando Pro Helados SpA”, indicó Alessandro. La misión de estos empresarios es establecerse como la mejor heladería y churrería de la ciudad, que abrió en octubre de 2017, produciendo helados verdaderamente artesanales, utilizando frutas de estaciones y esencias 100% naturales, al igual que los churros producidos en sus dependencias.

Si bien el local de atención está pensado sólo para la entrega de productos, el público se instala cómodamente en la terraza, un espacio exterior cómodo, fresco y acogedor. “Creemos ciegamente en el potencial del barrio Brasil como centro gastronómico y de entretenimiento, por eso nuestra terraza viene a levantar el nivel de la infraestructura con la que el barrio cuenta para ser cada vez más atractivo”, dijeron los socios. 

Churros tradicionales ($3.800)
Sandwich de churros con helado ($3.200)
Churros rellenos con manjar, chocolate o vainilla ($1.200)
Mini churros con salsa ($3.000)

SABORES

Más 50 sabores creados, y en vitrina 16 que rotan diariamente, reflejan el trabajo de la chef gelatera Giselle Cristino. “Para dar con estas preparaciones recorro mi línea de tiempo, viajo en los sabores de la infancia, asocio mezclas, recuerdo mis viajes a Bolivia, Perú, España, y voy asociando aromas”

No se ocupan pre mezclas ni colorantes para los helados, que se estabilizan y balancean bajo receta propia. Emplean insumos italianos y fruta natural (nada de pulpas): maracuyá, piña, frambuesa, mora, arándano, frutilla, mango, guayaba, palta, entre otros. 

Existen distintas líneas de helados. Están los con base de agua, como maracuyá mango, arándano limón de Pica, frutilla albahaca o frambuesa jengibre, y los helados con base de leche, como chocolate, vainilla, dulce de leche, coco, búfala, guinda ácida, snikers, suspiro limeño, chocolate maracuyá, arroz con leche, pistacho 100% siciliano, chocolate belga de 71, 64, 55, chocolate blanco avellana o con maracuyá, té chai chocolate blanco, helado con arrope de rica rica, algarrobo o chañar.  

Respecto a estos últimos ingredientes, Giselle señaló que elaboran algunos de sus helados con sabores locales, “para darles una característica y sello regional que aporte con el turismo, a difundir sabores lugareños de materias primas valiosas que se pueden encontrar dentro de la región”. Es el caso de la rica rica, caracterizada por su aromático olor y sus milagrosas propiedades medicinales; el fruto del chañar, atacameño típico en postres, conocido además por tratar dolores estomacales, resfríos y asmas; la quínoa, una gran alternativa de los cereales con almidón, pues está  libre de gluten, muy buena fuente de calcio, magnesio y manganeso, vitamina B, E y fibra. En cuanto a la flor de Atacama, “la diversa flora de la región aporta a la diversidad de helados que creamos, desde flores anuales de Atacama, algarrobo, coca, etc.”.  A estos sabores especiales se suman los tradicionales chocolates bitter, chocolate suizo, frutos del bosque, yogurt mango, yogurt sésamo, cheesecake oreo, plátano manjar, carrot cake, marrón glacé, pistachos, lúcuma, mango, pie de limón y más. Algunos sabores los mezclan con menta, albahaca, jengibre, romero, hierbabuena, pimienta, cardamomo, té chai o té verde.

 
 

Algunas novedades son los helados de caramelo salado, con sal rosada del Himalaya, de chocolate pimienta y albahaca tomate. La nueva carta incluye ingredientes como betarraga, zanahoria, harina tostada y quínoa. “A la gente le ha gustado probar cosas diferentes, por eso estamos animados y trabajando en helados temáticos, pensando en el mes del mar, por ejemplo. En septiembre habrá malta con huevo, borgoña, turrón de vino, harina tostada, mote con huesillos, terremoto, etc., y en navidad, pan de pascua, panettone, galletas de jengibre y cola de mono”.

Los helados se venden a público con la opción de take a way o para disfrutarlos en la terraza, en envases de litro ($8.000) o medio litro ($4.500), barquillo o vasito (desde $2.000 un sabor). Cabe resaltar que los barquillos son artesanales, fabricados completamente en el local, incluso en versiones innovadoras, como barquillos bicolor, rellenos con chocolate abajo en tamaños distintos, tulipas y galletas de barquillo para los conos.

En Antonino no existen las salsas, topping o los baños, “porque la idea es que la persona pruebe la textura y helado tal cual es, sus sabores auténticos”.

CHURRERÍA

Como complemento a los helados, decidieron ofrecer churros pensados principalmente para el invierno, con chocolate caliente espeso italiano que se puede beber tradicional, con stevia y sabores modificados por ellos: romero, naranja, maqui o menta. Otra opción para acompañarlos es con café Nesspreso 95% robusta y 5% arábica, cortado, espresso, ristretto, descafeinado, té e infusiones ($1.000 a $2.500).

Los churros los elaboran de cero. Emplean harina nacional, especial para churros, y se fríen en la churrera del local en una cocina a la vista. Los sirven de manera tradicional: glaseados en azúcar flor; con salsa para untar de chocolate y manjar; churros rellenos con manjar, chocolate o vainilla; mini churros bañados con chocolate o manjar; sandwich de churros, relleno con helado a elección, espolvoreado con canela y azúcar granulada. Los precios van de $2.000 a $5.500, de 5 a 15 unidades, y de $1.200 a $3.600 los rellenos.

Vasito de helado de arándano y limón de Pica ($2.000)

“Nos proyectamos como una heladería y churrería de cadena, con locales en todas las ciudades. Queremos ser una de las cinco heladerías más grandes del país dentro de los próximos diez años”, afirmaron los dueños y socios de Antonino Heladería.

Antonino Heladería

  • Antonino Toro 1024, Antofagasta
  • Teléfono: (+56-22) 459 0022
  • Horario: Martes a domingo, de 12:30 a 20:30 hrs.
  • Facebook: Antonino Heladeria
  • Instagram: @antoninoheladeria

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