Qiya Dulcería
Dulce pasión por el oficio
Artesanalidad, recuerdos, técnicas de alta cocina e ingredientes de primer nivel se combinan en este proyecto que busca aportar al redescubrimiento de la repostería tradicional, retomando los sabores de siempre con una mirada más moderna y sostenible
Con la premisa de crear pasteles “desde cero, con amor y sin cosas raras”, los jóvenes chefs Nicole Angel y Lucas Van Eijck cambiaron su foodtruck de comida itinerante por su propia pastelería virtual. Qiya, palabra quechua que significa luna y representa la relación mística ancestral con las raíces y el cielo, fue el nombre escogido para esta dulcería que ofrece tortas y postres para toda la región metropolitana.
En palabras de la exalumna de Ecole y finalista del programa El Discípulo del Chef de Chilevisión, “apostamos a crear productos que estén en tu memoria, pero que al degustarlos te des cuenta que nunca lo habías probado como lo estás haciendo ahora. Ahí está la importancia de la técnica, de manejar bien las materias primas y los procesos detrás de nuestras tortas y postres”.
Al igual que muchos de los emprendimientos del área gastronómica surgidos en el último tiempo, el origen de Qiya Dulcería está directamente relacionado con la pandemia. Durante el penúltimo verano, Nicole y Lucas recorrieron gran parte del sur de chile con su foodtruck La Nómada y tenían grandes proyectos en carpeta para el 2020. Sin embargo, con la llegada de marzo y la aparición de los primeros casos de Covid-19, el escenario cambió.
La incertidumbre de tener el foodtruck estacionado en el patio, sin ninguna certeza de cuándo podrían retomar los eventos suspendidos por la cuarentena, movió a estos jóvenes pasteleros a buscar nuevos horizontes. Empezaron a vender tortas para el día del papá y a los pocos días ya les pedían más sabores, por lo que decidieron poner su foodtruck en venta y con ese dinero construyeron su actual taller, equipado con implementos y hornos profesionales, especialmente diseñado para emprender.
En la actualidad, Qiya Dulcería despacha a toda la región Metropolitana en su propio vehículo refrigerado, desde su centro de producción ubicado en la comuna de Pudahuel. “La mayor cantidad de pedidos nos llegan por redes sociales, por el catálogo online y también por recomendaciones”, puntualiza Angel.
CLÁSICOS BIEN EJECUTADOS
Las tortas de Qiya Dulcería encuentran su inspiración en la repostería tradicional chilena, con combinaciones emblemáticas como crema chantilly y piña, hojarasca o merengue frambuesa. Sin embargo, Nicole y Lucas apostaron por darles su propio sello, cuidando la nobleza del producto desde sus inicios, en línea con lo que aprendieron cuando realizaron sus pasantías profesionales en Francia:
“Nos preocupamos de todos los detalles, desde la selección de las materias primas, pasando por las técnicas de elaboración, hasta los detalles de la decoración y el despacho. Utilizamos chocolates de diferentes orígenes y porcentajes de cacao, nada de sucedáneos, y también incorporamos otros elementos de vanguardia, como las frambuesas liofilizadas que aportan una nueva visión a los clásicos de siempre”.
En este sentido, la finalista del programa El Discípulo del Chef de Chilevisión comenta que cuentan con un público totalmente transversal. Y si bien las personas de mayor edad se inclinan por los sabores clásicos, son los jóvenes quienes más se atreven con chocolates de diferentes orígenes y frutas liofilizadas: “Queremos educar a la gente, no sólo que puedan distinguir una torta bien hecha, con ingredientes de calidad, sino que también se atrevan a probar cosas nuevas. Por ejemplo, muchos aún no conocen lo que es el babka, pero apenas lo prueban, quedan fascinados y nos piden más”.
Al mismo tiempo, los fundadores de este proyecto buscan que el cliente pueda disfrutar de una experiencia única, independientemente de donde se encuentre. “Por eso es que nosotros mismos nos preocupamos del transporte y la entrega, así como también de las demás etapas de todo el proceso, para garantizar no sólo la calidad, sino todos los elementos que forman parte de la experiencia Qiya”, explica Nicole Angel.
“Nos preocupamos de todos los detalles, desde la selección de las materias primas, pasando por las técnicas de elaboración, hasta los detalles de la decoración y el despacho”
La torta de panqueque chocolate, por ejemplo, combina ganache de chocolate Perú 38 % cacao, crema de naranjas, maracuyá o frambuesa, ganache montada de chocolate de origen Ecuador 65% cacao y naranjas caramelizadas, maracuyá crispy o frambuesa liofilizada, según elección del cliente.
En esta misma línea, la torta de piña menta incorpora crema de piña infusionada en menta, piñas asadas y crema chantilly sobre bizcochuelo de vainilla (desde $18000 para 10 personas). También ofrecen su propia versión del clásico pastel merengue frambuesa, con discos crocantes por fuera pero suaves en su interior, más salsa de frambuesas, frambuesas enteras y crema chantilly a la vainilla.
Los fanáticos de la lúcuma, el manjar y la nuez podrán disfrutar de esta combinación en versión bizcochuelo o panqueque, en formatos para 10, 15 ó 20 personas, siempre con manjar casero y crema de lúcuma natural. A su vez, la tradicional torta de hojarasca está disponible en tres versiones: con manjar, crema pastelera y mermelada de frambuesa, todas con merengue suizo, para 12 porciones.
Otro imperdible de Qiya Dulcería es el pastel selva negra a base de chocolate de origen Ecuador, al igual que la torta chocolatísima, con bizcocho de cacao y ganache de chocolate Perú 38% cacao, decorada con ramas de chocolate 65% cacao y crema chantilly de cacao amargo.
“Queremos educar a la gente, no sólo que puedan distinguir una torta bien hecha, con ingredientes de calidad, sino que también se atrevan a probar cosas nuevas. Por ejemplo, muchos aún no conocen lo que es el babka, pero apenas lo prueban, quedan fascinados y nos piden más”
Por otro lado, destacan los semifríos tipo cheesecake con gelée de naranja, maracuyá o frambuesa y el pastel Pompadour, que intercala las capas de hojarasca con manjar casero, huevo mol, crema alemana de almendras a base de crema pastelera y buttercream con almendras peladas y tostadas, rodeada de galletas artesanales de champagne.
Siempre atentos a los antojos dulces de sus clientes, Nicole y Lucas complementan su catálogo con cajas de merenguitos rellenos de manjar casero ($6500 las 12 un.); alfajores artesanales con praliné de avellana, manjar casero y chocolate ($8000 las 10 un.); cajas para ocasiones especiales y su propia versión del babka, el clásico pan dulce trenzado tipo brioche, en tres versiones: Nutella y avellanas tostadas; chips de chocolate y manzana canela nuez ($7500 la unidad y $20000 la caja de tres sabores).
A medida que la escena gastronómica de la capital retome su actividad habitual, esperan atender a cafeterías y clientes Horeca que gusten de los sabores clásicos de la repostería nacional, además de contar con su propia vitrina. Mientras, Nicole y Lucas están enfocados en el desarrollo de su próxima carta de chocolatería y bombonería, con la que también buscan sorprender poniendo foco en el origen y las buenas técnicas:
“Queremos que la gente se atreva a probar nuevas delicias y a comprarle a emprendedores que ponen el foco en el producto. Al ser uno el dueño de su propio emprendimiento, por supuesto que quiere que el producto salga lo mejor posible y eso es a lo que apostamos con Qiya”.
Qiya Dulcería
- Despachos a toda la Región Metropolitana
- Contacto: contacto@qiya.cl
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