Con respecto a esta y a todas las columnas que escribo en este medio, ahondaré de manera muy responsable, y a la vez me hago cargo de todos las afirmaciones que en esta detallaré referente a este tema. El día de la Cocina Chilena fue decretada como tal el 15 de abril del año 2009 por medio de un decreto presidencial, en esta más de una década de existencia, ha  sido siempre un día que me genera más la sensación de dispersar que unir. Lamentablemente el consumidor final o común nunca se entera de este día, no sabe que hacer para celebrarlo y al fin de cuentas queda celebrado entre unos pocos, sumándose a esto sólo agrupaciones de cocineros, escuelas que imparten la carrera de  gastronomía a nivel escolar y de educación superior, uno que otra organización gubernamental o estatal, y para la masa poco o nada le llega, no por que exista una mala intención, sino porque estamos acostumbrados a realizar actividades elitistas o sectarias que lisa y llanamente dejan de lado a más de algunos de los protagonistas de estas actividades. La Cocina propiamente tal es la expresión más intrínseca y a diario de cada país y no solo algunos podemos apoderarnos de ella, sino más bien debe ser de cada uno de los que habitamos ese país.

Para ello destaco y valoro las varias intenciones que se han manifestado o se han concretado en hacer de este día una gran fiesta, cada grupo organizado en forma privada, pública o dual, han realizado varias jornadas maratónicas de verdaderos banquetes para celebrar nuestra cocina, desde mariscales, porotadas, pailas comunes con carácter más “gourmet”, ponencias, seminarios, charlas y muchas expresiones culturales para decir que ese día se celebra nuestra cocina.  Varios grupos como los extintos Pebre, La Asociación de Chefs de Chile, Fegach, además de asociaciones gremiales, Achiga, Ministerios sin importar el gobierno de turno, han forjado todos los esfuerzos en poder poner el valor dicho día, se han levantado recursos para poder llevarlos a cabo y muchos han tenido muy poca relevancia en el acontecer diario y menos aún en el consumidor final o cliente.

Ahora en esta fecha recién pasada, varios tuvieron la intención y así lo hicieron real,  de generar una gran unión y se trabajó en varias reuniones para hacer un punto de prensa a principio de abril, bajo un logo y slogan común,  “Chile, Te quiero comer” , un nuevo proyecto en el que determinaban cual era la mirada de todos los estamentos involucrados en esta fecha, y así con presencia de autoridades y los protagonistas gastronómicos chilenos se llevó a cabo, luego vino una seguidilla de actividades en los días venideros hasta llegar al día tal que en forma colectiva e individual se generaron más actividades sabrosas para celebrar, no sólo actividades gastronómicas, sino tambein audiovosuales promoviendo el país, el paisaje, muchos platos nuestros, pero a mi opinión con poca gente, pocas dueñas de casa, excasas imágenes de cocineras y ejecutadores de nuestra tierra, afuera quedaron los pescadores, agricultores y todo protagonista que comienza la cadena alimentaria, pero de eso ya estamos acostumbrados a ver Chile, el de paisajes, uva y salmón.

Espero que esta nueva y reiterada iniciativa, se han hecho mas de cinco en lo que llevamos desde el 2009, pueda tener un buen puerto, ahora desde mi humilde apreciación y mi intención de aportar, visualizo un día de la cocina chilena inclusiva, desde las recetas que se realizan, involucrando norte, centro, sur, sur extremo, cocina insular y no sólo cocina criolla del centro del país, sueño con un símbolo o logo similar al que usan nuestros hermanos peruanos con la “P” de Perú determinando las líneas de Nasca y que hoy el mundo entero los reconoce como tal, ese símbolo en versión para Chile, debe estar en cada restaurant chileno que se jacte  y se venda como tal, para así ser reconocido por todo chileno y quien nos visite, el día de la cocina Chilena, cada restaurant o establecimiento gastronómico debería tener una oferta, un descuento o una oferta para potenciar esta fecha, cada carta de vino, viñas, negocios vitivinícolas debieran generar ofertas atractivas para así potenciar el maridaje de cocina y vino. Cada alumno regular que estudia cocina, para sommelier, hotelería, turismo y otras ramas a fines, debería tener la posibilidad de visitar restaurantes chilenos con descuentos y ofertas atractivas. Las asociaciones gremiales de cocineros, cámaras de comercios, asociación de restauranteros de Chile, serían los principales promotores de generar “comilonas entretenidas” o grandes actividades de cocina en escenarios como estadios, plazas, ferias o cualquier lugar público, que sean de gran envergadura en tamaño y asistentes, con el fin de bajar la gastronomía que realizamos a nuestros consumidores, así el cliente viendo a ejecutores convencidos que lo que preparamos es bueno, se convencerán que la cocina chilena es buena, necesaria, nuestra, y lo mejor es que puede ser exportable y puesta en el sitial que toda sociedad madura posiciona a su cocina cuando así lo es y lo expresa en el sentir colectivo y no de unos pocos. 

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Álvaro Lois - Asesor y consultor gastronómico - Gastronomía - Miembro de L’Academie Culinaire de France - Opinión