Juan Ruilova Leal… Se nos fue un apasionado por su tierra y su gente
Para muchos los días ya no son tan grises, varios en Chile podrán mirar al cielo y sobretodo en nuestro rubro, agradecerán al santísimo o a la naturaleza porque varias ciudades y localidades de nuestro país salen de los tantos confinamientos que hemos tenido, desde Fase 2 a Fase 3, muchos del mundo HORECA comenzarán a mitigar paso a paso los problemas, las deudas y las miles de vicisitudes que les ha tocado vivir, es bueno que esto suceda y ojalá que perdure por un buen tiempo, ya que el gremio lo necesita.
Frente a esta felicidad que comienza para muchos, nuevamente el gremio no está contento y más bien siente pesar, pena del alma, por causa de la pérdida repentina de un gran gestor gastronómico local que este país tuvo y como siempre no supimos valorar y menos reconocer. Hoy en forma póstuma, repentinamente cambio mi columna y plasmo estas líneas en forma de homenajear respetuosamente al profesional de nuestra gran pasión al Chef Juan Ruilova Leal.
Juanito o Juancho era un oriundo de Ovalle, ahí luego de estudiar en el liceo Alejandro Álvarez Jofré, pasó por las F.F.A.A para luego viajar a Santiago a estudiar en Inacap, donde lo conocí, loco lindo, inquieto, distinto a la mayoría, caminaba por un rumbo más rápido que los demás, hábil, mas grande que los compañeros, con un ímpetu natural de joven, irreverente, alegre, de sonrisa fácil, garabatero, deslenguado, trabajador, busquilla, hizo de garzón y cocinero en tiempos de estudiante y luego fuimos creciendo y como muchos cocineros cada uno toma su rumbo, tras varios trabajos, volvió a su natal cuarta región y parece que el paso por la capital le dio la mirada del retorno valorando lo que tenía y lo que le daba su tierra.
Estando ahí en tierra conocida, potenció cuanto producto, ingrediente y receta, las que fueron buscadas y rebuscadas para luego generar su labor, ponerla en valor y potenciarlas. Para lograr el objetivo fueron varios años, sacrificios y tesón individual para movilizar, convencer a cuanta persona o entidad que creyera en su determinación.
Gracias a Juan, el Valle del Limarí fue conocido en el resto de Chile, para ello trabajó como empleado público en la Municipalidad de Ovalle, en el departamento de Turismo, dio a conocer el Valle del Encanto, participó como organizador de las fiestas de las Vendimias locales, trabajó arduamente para dar conocer los encantos de las cinco comunas del Limarí, fue guía y asesor gastronómico de emprendedores Enoagricultores, potenció en su que hacer a productores de quesos de cabra, con tal éxito que lideró como chef la octogenaria empresa quesero caprina Las Majadas haciéndola conocida en todo el país.
Podría seguir llenando hojas con su quehacer gastronómico, de muchas actividades no hay registro, de estas son ayudas desinteresadas en ollas comunes, juntas de cocineros para apoyar solidariamente, como también dar clases y charlas gratis en varias escuelas, ferias y eventos, él sentía que podía devolver a su región lo que había aprendido siendo chef, docente y director de Carrera en el Instituto Santo Tomás de Ovalle.
Juan vivió rápido y rápido se fue, hoy muchos lo lamentamos y lloramos su partida, pero en tiempos complejos que vivimos, creo que debemos valorar el trabajo que realizó nuestro Juancho querido, reconocer que en su convencimiento personal, logró traspasarlas a otras personas no gastrónomas, pero si apasionadas al igual que él.
Hoy sus colegas debemos sacar sus lecciones como vida profesional, vivirla a concho convencidos que del lugar donde venimos es un vergel y potencia alimentaria exquisita, así es Chile y sus regiones y cada cocinero debemos tener esa labor esencial de reconocernos como chilenos apasionados de nuestro rubro y país, tal cual era nuestro Juan Ruilova que hoy descansa en Paz.
Etiquetas: Álvaro Lois - Asesor y consultor gastronómico - Gastronomía - Miembro de L’Academie Culinaire de France - Opinión