Maraton de Santiago, buena para el cuerpo, pero no tanto para el rubro gastronómico.
Sería un descriterio de mi parte silenciar mi pensamiento referente a lo que adolece o le sucede a nuestro rubro, así he manifestado cada complicación que ha tenido nuestro alicaído gremio durante el estallido social, la pandemia y el acontecer nacional. Sin ir más lejos este domingo 14 de mayo se celebró comercialmente el “Día de la Madre” en Chile y es una fecha muy esperada en el comercio, muchos restaurantes, cafeterías y todo local gastronómico se prepara con anticipación para la alta demanda de clientes. Ya es una tradición en nuestro país invitar a la mamá a comer fuera de casa, y todos los establecimientos se reservan con facilidad, aumenta el consumo, los grupos y mesas familiares son el doble o el triple y al final del día las cuentas son positivas. No sólo hay una demanda de almuerzos y hora del té, sino también muchas cafeterías preparan menús especiales de desayuno, los cuales son comprados por medio de delivery, los que son entregados muy temprano en forma domiciliaria con el fin de dar una sorpresa temprana de día domingo en una jornada especial.
Por otro lado la actividad física del chileno cada vez aumenta, los gimnasios después de pasarlo pésimo en pandemia, están llenos, tienen alta demanda, el cuidado del cuerpo no solo es un tema estético, sino que hoy se ha convertido en un bienestar y de salud, hay cientos de productos saludables, bajos en azúcar, grasas, livianos, dietéticos y podemos ver en todas partes góndolas llenas de este tipo de productos. Así también hay restaurantes y locales de especialidad que se abordan casi exclusivo a este tipo de clientes que va en aumento y la mentalidad de sedentarismo se pronuncia para ir en retirada, con el fin de poder bajar los índices de obesidad de la población, lo que con programas de salud gubernamentales y privados han ido ayudando para no ser los campeones en el mundo con este nefasto ranking.
Para ello cada domingo en la mayoría de las ciudades del país, se cortan o cambian el sentido de calles con el fin de que se generen caminatas, corridas o cicletadas para congregar a la familia un día de descanso ayudando a que la salud y el ocio aumente en nuestro país que tanto lo necesita. Sin ir más lejos y por segundo año consecutivo se realizó la maratón de Santiago, un mega evento deportivo que congregó a miles de personas que salieron a las calles a correr el domingo 14 de mayo, el mismo día de la madre…, este evento debería haberse realizado el domingo 7 pero por elecciones obligatorias para consejeros constitucionales, se corrió de fecha y he aquí el problema ya que fue un gran éxito esta maratón, congregando el doble de asistentes que el año pasado, se pensó mejor en los cortes viales y los organizadores y participantes quedaron contentos con los resultados, pero el problema recayó nuevamente en el mundo gastronómico, tuvieron que repetir por segundo año consecutivo las complicaciones de no poder cumplir con las expectativas de ventas, recibir las reservas en horarios atrasados, muchos lisa y llanamente al estar acordonados de forma vial, tomaron la decisión de no salir de sus casas a celebrar a sus mamás lo que recae en un déficit considerable de ventas, atrasos a la llegada a sus puestos de trabajo del personal de servicio y cocina, ausentismo laboral, transporte público colapsado, problemas de estacionamiento para clientes, una ciudad estresada en forma generalizada y para dar el broche de oro, todo lo que se preparó como mise en place y adelanto, quedó guardado como sobre stock en refrigeradores y bodegas de cada local.
Créanme que no haré juicios de valor a las muchas autoridades y organizadores de este magno evento, pero pienso a ciencia cierta que después de otro año con este tipo de caos organizacional, se debe evaluar o impedir que una fecha tan importante para el rubro gastronómico se tope con otra tan importante para la salud deportiva de los santiaguinos. Al final el organismo de los corredores hoy se siente mejor, pero no puedo decir lo mismo como se siente el bolsillo de un rubro que necesita con urgencia apoyo de autoridades y de las políticas públicas para la gastronomía en este tipo de circunstancias.
Etiquetas: Álvaro Lois - Asesor y consultor gastronómico - Gastronomía - Miembro de L’Academie Culinaire de France - Opinión