Maravillosa oleada gastronómica extranjera
En el anecdotario de las muchas oleadas extranjeras que ha llegado a vivir a Chile, han sucedido varios acontecimientos que son dignos de analizar y comentar. Hace unos 20 o 25 años un gran cocinero español llegó al país y se encontró con tantos restaurantes chinos en cada esquina, que pensó que éramos parte o colonia de esa nación, a otros grupos de empresarios los llevaban a restaurantes peruanos en vez de chilenos, fue tanto así que muchos creían que la cocina de Chile y Perú era una misma.
Si hablamos de los muchos restaurantes de nacionalidad que existían en los años 80, más bien eran negocios a la medida de Chile y según la disponibilidad de ingredientes, así fue con los restaurantes franceses, alemanes, españoles, chinos, árabes e italianos, que eran los que más habían en nuestro país. De esos cada uno hacía lo mejor que podían sus recetas, casi todas adecuándolas a la realidad de ese momento.
Con la llegada inminente de peruanos la realidad fue distinta, muchos empezaron –por la cercanía con su patria- a importar productos desde allá formándose restaurantes bien tradicionales, con el sazón limeño y atenuando los picores en cada receta, para acercarse al gusto chileno. Esto no sólo ha sido una exclusividad para Perú, hoy lo podemos ver en todo restaurant que se titule de pertenecer a una nación, con la gran cantidad de venezolanos, haitianos y colombianos entre otras colonias que han llegado, podemos encontrar varios sitios atractivos, simples, sencillos, algunos modestos y otros no tanto, que están haciendo las cosas muy bien y sobre todo comida rica y bien hecha.
La población de emigrantes residentes ha aumentado y esto ha injerido en que la propuesta gastronómica se debe acercar a la verdadera receta, ya que ellos exigen comer bien. Gracias a esto en Chile se puede comer comida de países muy similar a la ejecutada en su origen, por lo que es una fortaleza para el mundo gastronómico y su oferta. Además de comer bien en los restaurantes y locales con cocina extranjera, también muchos están preparando diferentes productos como masas, quesos, aperitivos, productos de coctelería tradicionales entre otros.
Ha sido tanta la influencia y la habitualidad de realizar estas recetas en cada comuna de nuestro país, que los chilenos desde chicos están comiendo de estos platos, muchos niños llevan arepas, tequeños, golfeados a la escuela y los comparten con nuestros pequeños compatriotas, así también la incorporación de leguminosas a la dieta ha aumentado haciéndola más atractiva y mejor aún más nutritiva, esto se llama globalización, mezcla orgánica de diferentes costumbres y hábitos alimenticios que son dignos de seguir en post de una buena alimentación de nuestra población.
Validando lo que detallo, la Junji (Junta Nacional de Jardines infantiles) y la Junaeb (Junta nacional de auxilio escolar y becas) en los últimos dos años ha incorporado en sus minutas de almuerzo en los casinos escolares, recetas de origen venezolano, colombiano y haitiano. Como no podemos viajar al extranjero en tiempos de pandemia, aprovechemos de visitar muchos restaurantes y sitios para comer igual o mejor que en sus lugares de origen, además de comer rico, apoyamos a la pymes y la economía gastronómica local que está tan de capa caída.
Etiquetas: Álvaro Lois - Asesor y consultor gastronómico - Gastronomía - Miembro de L’Academie Culinaire de France - Opinión