AlmaCruz Hotel y Centro de Convenciones
Desde Santiago al Valle de Colchagua
Más allá de una estadía, aquí se vive turismo. Como si de un museo se tratara, los espacios se visten de historia y cultura con piezas precolombinas originales, el paladar se deleita con la cocina chilena en un restaurante cuya estética rinde homenaje a Rapa Nui, y apenas se pone un pie en la calle, el huésped inicia el recorrido por el casco histórico de la ciudad.
A través de Ruta Cruz, los pasajeros están invitados a encantarse con la capital para luego, si así lo quieren, extender la aventura explorando y disfrutando con la completa oferta de panoramas que hay en los alrededores, por ejemplo, con experiencias en Hotel Santa Cruz o la recientemente inaugurada Casa de los Espíritus.
El turismo está en la esencia de AlmaCruz, hotel y centro de convenciones diseñado para ser un oasis en Santiago y también un lugar donde la propuesta es el disfrute de la zona central de Chile, comenzando por la capital en su calidad de núcleo cultural e histórico del país.
La experiencia se orienta a gente que procura profundidad en sus viajes y estadías. De este modo lo explica Diego Cardoen, director ejecutivo del área de turismo y hospitalidad en Empresas Cardoen, holding al que el hotel ubicado en San Antonio 65 pertenece desde hace más de 20 años, hasta 2018 bajo el nombre de Hotel Galerías. El directivo añade que la intención es que los pasajeros no sólo se deleiten con haber llegado a Chile como destino “al fin del mundo” para vivir una aventura en escenarios naturales de alto valor como la Patagonia, Rapa Nui o San Pedro de Atacama: “Visitar el país no puede ser solo una experiencia outdoor que, por extraordinaria que sea, no explica la historia de Chile como sí lo puede hacer el centro de Santiago a través de lo que hace el GAM, lo que se aprecia en la Plaza de la Ciudadanía, una visita al Teatro Municipal o a la Biblioteca Nacional... Esto también es una expresión riquísima de lo que es este ‘fin del mundo’”.
Con tal invitación, AlmaCruz ha ido cautivando a un público que, generalmente, se compone de europeos, muchos alemanes y franceses, pero, sobre todo, turistas que no admiten perderse el relato del Santiago patrimonial e histórico. A su vez, entre chilenos sobresalen los huéspedes que llegan desde regiones y que arriban a la capital para disfrutar de sus espacios o panoramas optando por hospedarse en pleno casco histórico por máxima conectividad, pero también porque gustan de lo que este sector ofrece. Precisamente, a esos valores capitalinos apunta AlmaCruz y su director ejecutivo lo recalca: “Le tengo fe al centro de Santiago. Para hacer buen turismo en la zona central hay que hacer turismo desde aquí, no perderse la visita a los principales hitos y puntos turísticos de la capital”.
“Visitar el país no puede ser solo una experiencia outdoor que, por extraordinaria que sea, no explica la historia de Chile como sí lo puede hacer el centro de Santiago a través de lo que hace el GAM, lo que se aprecia en la Plaza de la Ciudadanía, una visita al Teatro Municipal o a la Biblioteca Nacional...”, explica Diego Cardoen, director ejecutivo del área de turismo y hospitalidad en Empresas Cardoen.
Dado que la aventura de recorrer los puntos clave de la ciudad puede, fácilmente, completarse en un par de días, tal vez un poco más, la oferta es continuar la experiencia con el traslado a destinos relativamente cercanos a la capital y así, por ejemplo, adentrarse en la cordillera andina de la zona central conociendo glaciares o relatos como “El Milagro de los Andes”, también disfrutar una jornada de enoturismo o profundizar en la gastronomía chilena con una visita a Santa Cruz. Para hacerlo posible, los pasajeros de AlmaCruz reciben orientación por parte de Ruta Cruz, ente desarrollado por el área de Empresas Cardoen enfocada en turismo, casino y hotelería con desarrollos como Hotel Santa Cruz y Casino Colchagua, además del Hotel AlmaCruz. Ruta Cruz se encarga de conectar todo lo que ocurre y se puede disfrutar en la zona central de Chile, prestando soluciones donde no las hay y promoviendo los servicios existentes, siempre en pro del crecimiento de todos quienes trabajan por su desarrollo turístico. “Tenemos un despertar del turismo que tiene que cautivar y estrechar lazos con los operadores del turismo receptivo, generar nuevas confianzas y creerse el cuento”, afirma Diego Cardoen.
El origen del proyecto de AlmaCruz Hotel y Centro de Convenciones se relaciona con todo lo anterior: un poderoso interés por abordar y promover los atractivos de la zona central. Bajo su anterior nombre –Hotel Galerías–, el lugar representó la propuesta corporativa de la empresa en Santiago por más de dos décadas, siempre orientando su actuar hacia la satisfacción de demandas propias del mundo ejecutivo mediante un completo despliegue dedicado al desarrollo de eventos. Manteniéndose firme en ese ámbito, la apertura hacia el turismo se consolidó entre 2021 y 2022, una vez finalizadas las restricciones impuestas por la pandemia. El cambio incluyó desde el nuevo nombre AlmaCruz hasta la remodelación y creación de espacios bajo la dirección del arquitecto Cristian Fernández. Asimismo, se trazó una nueva ruta donde figura transformarse en una Empresa B orientada a recibir pasajeros que arriban pensando en recorrer el país, y en un hotel capaz de fortalecer su relato de sustentabilidad, ámbito en el que este recinto ya tiene Sello S y ostenta ser pionero en Chile respecto de contar con paneles solares sanitarios. Así lo destaca Diego Cardoen, quien también resalta la poderosa relación que siempre han mantenido con el entorno. “Estamos prontos a obtener la certificación con el objeto de poder dar un sustento y sello a todo lo que se venía haciendo y que esa propuesta sea de alto valor para la gente que nos visita”, afirma el directivo.
“Tenemos un despertar del turismo que tiene que cautivar y estrechar lazos con los operadores del turismo receptivo, generar nuevas confianzas y creerse el cuento”, afirma Diego Cardoen
ESPACIOS CON CARÁCTER
En el primer piso del edificio que alberga a AlmaCruz Hotel y Centro de Convenciones se encuentra conserjería y una recepción donde es posible dejar maletas, facilitando el traslado de los pasajeros dentro o fuera de la ciudad. La tercera planta acoge el centro de información turística de Ruta Cruz cuyas áreas incluyen espacios para catas de vino y claros esquemas que muestran los principales hitos para visitar en los alrededores.
El hotel propiamente tal comienza en el sexto piso, planta donde hay un cómodo lounge y un restaurante, también están el spa, la piscina y parte del centro de convenciones.
Las habitaciones suman 164 y se distribuyen hasta el piso 13. Las hay de tipo Estándar (con cama queen o dos camas twin), Doble (con cama adicional) y Junior Suite, alternativa situada en la esquina de cada piso y diseñada con una sala de estar equipada con sofá cama y escritorio. Independientemente de su clase, todas las habitaciones gozan de ventanales que permiten la entrada de luz natural; la iluminación led en tanto, así como la climatización, se activan al abrir la puerta, fiel a una política de ahorro energético. En el diseño interior se aprecian elementos que evocan culturas prehispánicas andinas, puntualmente, en textiles murales y pieceras. La misma línea ancestral se hace presente en el restaurante, esta vez, en torno al pueblo rapanui. Y es que, como una abstracción en pleno centro de Santiago, el restaurante Make Make transporta a un sitio con espacios verdes, luz natural y vista a la piscina del hotel que, al aire libre, goza con la calidez que regala la orientación norte y se conecta con el spa del hotel donde el servicio incluye terapias polinésicas.
El restaurante sobresale particularmente por su ambientación plagada de detalles pascuenses figurando, entre otros elementos, llamativas esculturas de moais de madera y piedra trabajados por artistas de Rapa Nui. Todas sus dependencias se diseñaron como un homenaje a la isla dada la importancia de esta cultura originaria y el vínculo que la familia Cardoen mantiene con esta tierra polinésica, una relación reflejada en diversidad de instancias, por ejemplo, mediante el trabajo hecho para reforestar el territorio insular con toromiro y makoi, dos de sus especies endémicas.
AlmaCruz se trazó una nueva ruta donde figura transformarse en una Empresa B orientada a recibir pasajeros que arriban pensando en recorrer el país, y en un hotel capaz de fortalecer su relato de sustentabilidad, ámbito en el que este recinto ya tiene Sello S.
En los 450 m2 que tiene Make Make hay espacio para 120 comensales. En el caso de los huéspedes, estos disfrutan aquí de un desayuno buffet entre las siete y las diez y media de la mañana. Para el resto del día, el público tiene a disposición una carta basada en gastronomía de autor que, a cargo del chef ejecutivo Juan Morales, se luce con preparaciones que ahondan en el territorio nacional a partir de un vínculo directo con productores locales.
PREHISPÁNICO Y CONECTADO CON EL VALLE CENTRAL
A cargo del chef ejecutivo de AlmaCruz, el departamento de banquetería complementa el servicio que brinda el Centro de Convenciones para entregar soluciones integrales a cada cliente, yendo más allá de eventos sociales o empresariales. “Queremos ser pioneros en eventos turístico-culturales en el centro de Santiago, sin dejar de ser corporativos”, dice Diego Cardoen.
El Centro de Convenciones fue inaugurado en 2018 y sus espacios se encuentran en los pisos quinto y sexto abarcando cerca de 3.000 m2 con un total de 21 salones. El más grande tiene capacidad para 550 personas en formato auditorio y se puede subdividir en cinco salas; el que le sigue en tamaño alcanza 450 m2 y es posible subdividirlo en cuatro salas. Pero la amplitud no es todo: se trata de salones equipados con última tecnología y climatización; a simple vista, se lucen con una arquitectura que privilegia altura e iluminación natural y en su diseño también destaca la flexibilidad de uso, es así como son aptos para eventos sociales y corporativos siendo escenario de ferias con stands, congresos y matrimonios, entre otros.
AlmaCruz ha ido cautivando a un público que, generalmente, se compone de europeos, muchos alemanes y franceses, pero, sobre todo, turistas que no admiten perderse el relato del Santiago patrimonial e histórico.
La recepción y los vestíbulos que rodean estos salones cuentan con muestras de piezas precolombinas y chemamulles tallados para el hotel. El área destaca especialmente por la estética mapuche y es así como también se consideró vestir un muro de doble altura con representaciones de joyas propias de este pueblo elaboradas por escenógrafos del Teatro Municipal.
“Te encuentras con un lugar que transmite mucho respeto (...) Nosotros estamos mostrando todo un hotel tematizado con la cultura mapuche”, destaca Diego Cardoen. La familia Cardoen se encargó de este trabajo seleccionando los elementos en exhibición, también escogiendo y encargando el mobiliario de los diferentes espacios del hotel en una labor colaborativa con artistas y personal del Museo de Colchagua.
Lo cierto es que el diseño interior de AlmaCruz es una experiencia en sí. Por lo demás, brinda una potente introducción a lo que este hotel invita mucho más allá de la estadía en sus instalaciones: conectar con la cultura del Valle Central y vivir su tradición. Precisamente para reforzar todo aquello es que el área turismo, casino y hotelería de Empresas Cardoen inauguró en Santa Cruz, durante enero pasado, Casa de los Espíritus, una original iniciativa que abre el panorama de la zona central en términos gastronómicos rescatando la cultura de licores espirituosos y ancestrales.
AlmaCruz Hotel y Centro de Convenciones
- San Antonio 65, Santiago
- Teléfono: +562 2470 7400
- Instagram: @almacruzhotel
- Facebook: @Almacruzhotel
- Contacto: eventos@almacruz.cl
- Web: www.almacruz.cl
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