Casa Puente Hotel Boutique
Nobleza centenaria y arte como experiencia
Un par de años antes de todos los acontecimientos que frenaron el turismo, dos arquitectos y un ingeniero comercial, restauraron una enorme casona de 1916 para convertirla en hotel boutique en Cerro Alegre, Valparaíso. Destaca el hecho que se ha mantenido abierta y, por lo tanto, cuenta con 15 habitaciones muy distintas, especialmente decoradas en torno al arte.
“La casona era conocida como ‘La Casa Puente’, dada la condición especial de acceder por un puente al piso superior, y luego ir bajando niveles al recorrerla por dentro. De hecho, desde la calle se aprecia poco lo enorme de la casona. Incluso existe un dibujo de Lucas, en su libro Apuntes Porteños, en que hace referencia a esta casa, particularmente a esa condición especial de acceder por arriba y desde un puente”, explica David Tirapegui, socio y dueño de este hotel, que inició su transformación en 2018.
Ahora bien, la historia de la casona donde se ubica el hotel data de 1916. De elevada alcurnia, era la mansión de un almirante mercante, con finos muebles y espacios nobles finamente alhajados. Sin embargo, con el tiempo y los cambios en la ciudad, sufrió una serie de reformas. “Se achicó, se dividió en pisos, parte de la casa se convirtió en un colegio, luego en talleres de artistas, más tarde en imprenta, se hicieron departamentos, hasta que la compró una inmobiliaria que la dejó abandonada por más de una década”, explica David Tirapegui. El dueño acota que esto no impidió que la casa siguiera utilizándose, pese a su deterioro evidente: como restaurante itinerante, lugar de fiestas clandestinas y centro de okupas.
Otro aspecto curioso es cómo David, su socio Gonzalo Krebs, ambos arquitectos y a su padre René Tirapegui, ingeniero comercial, se vincularon al rubro. Estaban buscando una casona idónea para hotel boutique por encargo de un cliente. “Con el tiempo abandonó el proyecto, pero nosotros no lo hicimos, pese a que encontramos esta mansión abandonada y absolutamente en ruinas. La verdad nos enamoramos de la casa y de Valparaíso, y nos embarcamos en la aventura de emprender un negocio hotelero”.
Para los tres socios la restauración debía respetar al máximo el inmueble original, su historia, su relación con el entorno y el valor arquitectónico de la construcción.
En pleno Cerro Alegre patrimonial comenzaron a operar como Hotel Casa Puente a principios de 2018. “Es el área de mayor turismo en Valparaíso. Alrededor encuentras miradores, más hoteles boutique, restaurantes, y un sinfín de actividades enfocadas al turismo y a dar a conocer esta hermosa ciudad”, dice David.
CASONA CENTENARIA
“Dicen que en los años ‘40 fue el burdel más elegante del cerro Alegre. Más aún, nos llegó la historia que había un túnel que conectaba el burdel con el seminario contiguo, de modo que los seminaristas podían escabullirse lejos de las miradas de la ciudad. En fin, una historia escrita en más de un siglo y llena de sabores, luces y sombras, como es esperable para una casa icónica de Valparaíso”, señalan los dueños en alusión a esta casona de 800 m2 y más de cien años.
Como apasionados arquitectos e ingenieros, se detienen en describir el proceso de transformación. “Hicimos un tremendo esfuerzo por recuperar la casa, estaba realmente deteriorada. Además la casona es enorme, y restaurar es muchísimo más difícil que comenzar una obra desde cero”. En ese sentido, para los tres socios la restauración debía respetar al máximo el inmueble original, su historia, su relación con el entorno y el valor arquitectónico de la construcción. “Esta casa es distinta a otras del barrio. En general son de fachada continua, es decir, una pegada a la siguiente. Esta casona demostraba su importancia como una construcción aislada, dando cuenta de su condición especial”. De este modo, mantuvieron el exterior igual al original, y en el interior conservaron la misma elegancia de los espacios, que se refleja en la nobleza de tener alturas de piso a cielo de 3,5 metros de alto, en la magnitud de los recintos y en su distribución. Sólo generaron intervenciones menores, para construir nuevos baños y servicios propios del hotel. La decoración y ornamentación estuvo a cargo de Marta Farías, madre de David y esposa de René.
HABITACIONES INSPIRADORAS
En el hotel hay 13 habitaciones matrimoniales, más una twin, que permiten alojar a treinta huéspedes. Todas tienen baño privado, cama king size, smart TV, frigobar, closet, mesa, sillas, portamaleta, etc., con equipamiento y ropa de cama de primer nivel.
El objetivo desde un inicio fue que cada habitación invite a vivir una experiencia de arte diferente, que el huésped entienda la propuesta de la habitación no como una decoración con cuadros, sino que la experiencia permita dormir dentro de una obra de arte. De este modo, se desarrollan murales, ambientes y conjuntos pictóricos, todos dentro del mundo particular del imaginario de cada artista. “Para nosotros fue fundamental distinguirnos como un hotel de arte, así que encargamos el desarrollo de cada habitación a un artista chileno connotado”. Entre ellos, Alejandro Balbontín, Oscar Barra, Maite Izquierdo, Julita Luco, Lorenzo Moya, Fernanda Saldivia, Marco Antonio Díaz, Eliana Simonetti, Pauline Cristi, Lobsang Durney, José Milko Fernández Covich y Edwin Rojas. Además, las obras de estos artistas están expuestas y a la venta en los espacios comunes del hotel, funcionando como una galería de arte. “El objetivo es generar un contraste interesante entre esta casona centenaria y el arte contemporáneo chileno”.
El objetivo desde un inicio fue que cada habitación invite a vivir una experiencia de arte diferente, que el huésped entienda la propuesta de la habitación no como una decoración con cuadros, sino que la experiencia permita dormir dentro de una obra de arte.
Respecto a las vistas, los espacios comunes y algunas habitaciones dan a Valparaíso y sus cerros, principalmente el cerro Cordillera y San Agustín. “Se aprecia el ascensor San Agustín y unas puestas de sol maravillosas, con un arrebol sobrecogedor que a menudo engalana el cielo de Valparaíso”, cuenta René.
El hotel ofrece una cafetería autoservicio con atención disponible las 24 horas, servicios de masajes, piscina de temporada y una gran terraza donde se efectúan diversas actividades. También se realizan eventos privados; matrimonios de hasta 150 personas, y otro tipo de ceremonias con Valparaíso como telón de fondo. También poseen una “tintorería” o bar de tintos, de modo de generar eventos privados en torno al vino y su maridaje, “algo muy exclusivo y que apunte a quienes disfrutan del mágico elixir, asesorados por chefs y sommeliers destacados en el mundo gastronómico”.
El desayuno, servido a la mesa, se compone de un primer tiempo de jugo natural con frutas frescas de la estación, y un segundo tiempo con café, té o leche, acompañados de panes salados, masas dulces y galletas. “De este modo se disfruta mejor la compañía y se cultiva más el diálogo entre los huéspedes. De todas maneras se considera un mesón buffet: yoghurt, cereales, café, té, algún postre típico o algo propio de la temporada. La idea es generar un desayuno rico, saludable y lleno de energía, para que los huéspedes salgan luego a recorrer los cerros de la ciudad”.
“Para nosotros fue fundamental distinguirnos como un hotel de arte, así que encargamos el desarrollo de cada habitación a un artista chileno connotado”. Entre ellos, Alejandro Balbontín, Oscar Barra, Maite Izquierdo, Julita Luco, Lorenzo Moya, Fernanda Saldivia, Marco Antonio Díaz, Eliana Simonetti, Pauline Cristi, Lobsang Durney, José Milko Fernández Covich y Edwin Rojas.
Para el almuerzo y cena se complementan con buenos restaurantes. “Siempre está disponible la excelente gastronomía del sector. Descubrir uno nuevo es motivador”.
HOTEL SUSTENTABLE
“Desde la operación del hotel, motivamos a nuestros huéspedes a reutilizar las toallas. Usamos servicio de loza, vasos de vidrio, nada desechable. Por otro lado manejamos el agua purificada en botellas de vidrio, con el fin de disminuir al máximo el uso del plástico y la generación de basura”, puntualiza David Tirapegui, quien es diplomado en arquitectura sustentable, por tanto este aspecto siempre ha tenido relevancia. Desde la perspectiva del equipamiento e instalaciones, toda la iluminación es Led, la energía utilizada en el hotel es 100% eléctrica, y cuentan con termopaneles de PVC en todas las ventanas.
Poseen un amplio estacionamiento para huéspedes, “un tema que en Valparaíso siempre es complejo, de modo que pueden estacionar y recorrer la ciudad caminando, descubrir sus miradores, ascensores, todo el desarrollo pictórico de sus calles y sus miles de escaleras, cada cual con una historia única”.
“Nos hemos enfocado en el antiguo y hermoso concepto de ‘atendido por sus propios dueños’. Ponemos cariño en lo que hacemos, de modo de intentar que la experiencia de nuestros visitantes en Valparaíso esté llena de buenos momentos”, dicen al cierre Gonzalo, David y René.
Hotel Casa Puente
- Pasaje San Agustín 552
- Cerro Alegre, Valparaíso
- Teléfono: (+56-32) 337 3801
- Contacto: info@casapuente.cl
- Instagram: @casapuente_artwinehotel
- Facebook: @hotelcasapuente
- Web: www.casapuente.cl
- Etiquetas: Casa Puente - Hotel - Hotel Boutique - Hotelería - Turismo - Valparaíso