Alguita de Mar
Alguita de Mar: una mirada sustentable a la comercialización de algas comestibles
Carola, lechuga de mar, cochayuyo, luche y otras algas seleccionadas y deshidratadas son las que Noemí Solar comercializa en distintos formatos, a lo largo de todo Chile, mediante su tienda en Instagram @alguitademar
Noemí Solar Bacho, es bióloga marina y comercializadora de algas para consumo humano, las que son recogidas por mujeres recolectoras de orilla en la Región de Los Ríos y buzos en la Isla de Chiloé. Desde que comenzó con la venta de algas, sus principales clientes fueron reconocidos restaurantes como Boragó en Santiago y luego, Tres Peces en Valparaíso. Sin embargo, tras la pandemia todo cambió. Muchos restaurantes tuvieron que cerrar sus puertas y otros reinventarse a través del delivery, lo que redujo considerablemente las ventas de su tienda en Instagram @alguitademar.
¿Qué ocurrió entonces? El mercado cambió y Noemí tuvo que adaptarse a este cambio. Uno de ellos, fue dirigirse a otro público: el consumidor final. “Como cerraron los restaurantes, algunos cocineros empezaron a hacer sus propios emprendimientos porque necesitaban seguir trabajando y ahí aparecieron nuevos clientes, por ejemplo, el chef Jin Sun Yoo de Experiencia Omakase en Valdivia, o la chef mapuche, Cecilia Loncomilla en Santiago. Por otro lado, se me fueron acercando personas veganas, celíacas, con alergias alimentarias o familias que comenzaron a cambiar su alimentación por una más saludable y con menos chatarra. Hay personas que me escriben directamente porque quieren comer mejor y probar algo diferente. Desde la pandemia, de este tipo de nuevos clientes, me escribe por lo menos, uno al día”, explicó Noemí.
DEL MAR AL MERCADO EN DISTINTOS FORMATOS
Una de las características más importantes de las algas que comercializa Noemí, es que son deshidratadas, lo que las convierte en un alimento con mayor durabilidad, algo que según destaca, ha sido súper relevante en tiempos de pandemia. “Como la gente no tenía la posibilidad de ir a comprar tan seguido, empezó a buscar productos que pudieran permanecer en sus despensas, como por ejemplo, las algas deshidratadas. Además, de los cambios que empezaron a experimentar algunas familias, como cocinar y ser más responsables con su alimentación. En ese contexto, muchos clientes me pedían harina de cochayuyo para incorporar a los panes que ellos mismos realizaban. Creo que todo esto abrió una puerta para aumentar ese segmento de consumidores finales”.
Noemí Solar Bacho, es bióloga marina y comercializadora de algas para consumo humano, las que son recogidas por mujeres recolectoras de orilla en la Región de Los Ríos y buzos en la Isla de Chiloé
Actualmente, Noemí vende algas seleccionadas y deshidratadas en formato individual de 4 gramos, que es el que generalmente ofrece a aquellos consumidores que recién se están acercando al consumo de algas comestibles, como una manera de darles a conocer el producto; otro de sus formatos más exitosos es el envase de 20 gramos, que comercializa principalmente en tiendas especializadas y que explica, puede durar hasta dos semanas. Para cocineros, principalmente ofrece una caja que puede ser de 100, 200 y 300 gramos de algas deshidratadas o la cajita mix, que incluye 4 sobres individuales, de 4 gramos de algas como luche, carola, chicorea de mar o cochayuyo.
Además de esto, junto a mujeres recolectoras de orilla y emprendedoras de la Región de Los Ríos, desarrolla harina de cochayuyo, que comercializa en formato de 250 y 500 gramos. Un producto muy apetecido en estos tiempos por su durabilidad y características saludables.
VENTA DE ALGAS EN EL PROGRAMA “AQUÍ HAY PESCADO”
Mediante el proyecto Innova Región, “Desarrollo y validación comercial de prototipos en base a algas comestibles de la Región de Los Ríos”, apoyado por Fomento Los Ríos, Noemí ha desarrollado una caja con un mix de 4 tipos de algas, que ha lanzado al mercado recientemente a través del programa de suscripción en línea “Aquí hay Pescado”, en Valdivia.
Carlos Riquelme, director de Fomento Los Ríos destacó la oportunidad que este proyecto entrega a emprendedoras como Noemí, “acá estamos en presencia de un circulo virtuoso y encadenamiento productivo, donde emprendedoras como Noemí con sus algas tienen la ocasión de generar y abrir nuevos mercados de comercialización para sus productos, lo cual valoramos profundamente y buscamos con el apoyo de iniciativas como “Aquí hay Pescado”.
Este programa de consumo responsable de productos del mar, durante todos sus meses de venta a través de un pack del mar, que incluye pescados, mariscos y algas de origen artesanal, ha comercializado el formato de algas en sobre de 4 gramos, diversificando los productos del mar y abriendo una oportunidad comercial para esta emprendedora.
Para cocineros, principalmente ofrece una caja que puede ser de 100, 200 y 300 gramos de algas deshidratadas o la cajita mix, que incluye 4 sobres individuales, de 4 gramos de algas como luche, carola, chicorea de mar o cochayuyo.
“Con el apoyo de la Fundación Cocinamar y mediante el programa Aquí hay Pescado, se están validando 2 empaques de algas: uno individual, que se comercializó durante los meses de abril y mayo, y la cajita mix que estuvo disponible en el pack de julio y queremos incluirla también en el de agosto”, señaló Griselda Ilabel, directora del programa.
Para Noemí, Aquí hay Pescado se ha convertido en uno de sus principales clientes. “Les he vendido tres veces y tengo la intención que, de seguir funcionando la suscripción, continuar participando en el proyecto, porque creo que es una iniciativa con mucho potencial”.
NUEVOS PROVEEDORES PARA NUEVOS PÚBLICOS
Recientemente Noemí llegó de una gira por el norte para conseguir nuevos proveedores y así poder cubrir toda la demanda de algas, ya que como se trata de un recurso estacional, algunas especies como la chicorea de mar son difíciles de conseguir en verano y también en invierno producto de las recurrentes marejadas.
Según explica la bióloga marina, “en los lugares donde hay cultivo, las algas son de fácil acceso, entonces mi idea es cubrir toda la demanda anual en función de algunas praderas naturales, como ya lo hago, e ir incorporando ahora algunas especies de cultivo, principalmente para meses del año en donde no se encuentran las algas en su hábitat natural”.
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