Carolina Donoso es contadora auditora y durante años estuvo dedicada al retail. Su último cargo fue de subgerente de administración en una cadena de supermercados. “Hasta que quedé sin trabajo, entonces viendo las opciones que tenía, apareció este proyecto casi como una casualidad”, dice Carolina, actual gerenta de operaciones de Moviendo Masas.

Carolina Donoso, gerenta de operaciones de Moviendo Masas

Todo comenzó hace casi cuatro años. Se acercaban las Fiestas Patrias y Carolina estaba entusiasmada porque, por primera vez, iba a poder hacer sus propias empanadas, en vez de conseguirlas en otro lugar. “No estudié gastronomía o algo relacionado, sin embargo, el tema de la comida ha estado presente a lo largo de mi vida”. Se crio con su abuela, quien tuvo 10 hijos, por lo que las preparaciones e ingredientes eran algo habitual. “Además, una tía tenía horno de barro y gozábamos cocinando”, agrega. “Luego de analizar la situación, darle un par de vueltas, pero sin presión ni apuro, se me ocurrió hacer mote con huesillos para vender. Fui a dejar el primer encargo y la vecina me preguntó si es que tenía empanadas. Le dije que podía hacer y compró. Pasaron 10 minutos y la misma señora dijo que necesitaba siete para el día siguiente y 10 para llevar a su oficina el lunes que venía”.

A través de esa venta, el resto de la comunidad empezó a pedir y fue cuando –junto a su marido, ingeniero comercial- realizaron el plan de negocios para ver qué se podía proyectar. Vendieron 500 empanadas el primer mes para las personas que vivían en el edificio. “Con eso nos dimos cuenta de que esto podía resultar y había que saber aprovechar la oportunidad. Eso sí, desde un principio, nuestro foco fue vender productos con un concepto de comida casera, con mucha preocupación y tomando en cuenta los detalles”, dice Donoso. Se presentó uno de los primeros desafíos: seguir cocinando con la misma calidad, incluso para los pedidos grandes. En ese entonces, Moviendo Masas, ya estaba instalado en la Villa Frei, en Ñuñoa, ofreciendo sus empanadas, platos preparados y postres, cuando se dieron cuenta de que era necesario más espacio. Optaron por un galpón ubicado al frente porque cumplía con los requerimientos, pero de todas formas lo tuvieron que remodelar. “Estaban haciendo pedidos al por mayor y nos urgía tener habilitado porque se venía una temporada de mucha venta. Los arreglos empezaron en septiembre y en octubre vino el estallido social”, dice Carolina Donoso.

En esa época, octubre de 2019, todo se pausó. Los planes de ampliación iban a empezar en noviembre, pero se retrasaron hasta diciembre y por ende, también la implementación de los servicios con Gasco que habían decidido realizar. La gerenta de operaciones de Moviendo Masas explica que la compañía de gas los acompañó en cada etapa. “Esta zona era bien caótica durante el estallido y cuando había períodos tranquilos, aprovechábamos de avanzar. Carolina explica que, a pesar de todo, fue un proceso respetuoso con los tiempos acordados en la planificación. “Además, el supervisor asignado, estaba permanentemente dispuesto a responder cualquier inquietud, incluso hasta el día de hoy. Asimismo, la relación con quien fue el ejecutivo del proyecto, fue positiva. Estuvo muy comprometido y él nos dio la idea de instalar una salida adicional de gas porque probablemente la íbamos a necesitar. Y así fue”. Porque aunque desde mediados de abril, la atención al público bajó, no así el tema del delivery que se ha potenciado muchísimo estos meses y que se desarrolla, tanto por su plataforma de despachos, como por una externa. Con respecto al tema de la pandemia, Donoso aclara que se han ido adaptando a las medidas preventivas, pero que no han cambiado drásticamente sus costumbres, ya que el tema de la higienización siempre lo consideraron. Lo que más han tenido que modificar, son los turnos y el espacio físico para cada trabajador.

          Para Carolina, lo que ha hecho que la alianza con Gasco se mantenga, es sentir el respaldo por parte de la empresa. “Cuando se comienza siendo una Pyme, ese tema es fundamental para surgir y tener motivación. El que creyeran en esta idea y se interesaran en ella, fue una fuerza adicional a la que ya traíamos”. Carolina Donoso explica que, si bien no fue un gasto menor, tomaron la decisión porque los cálculos se traducían en una proyección viable y eficiente. Trabajaban con hornos semi industriales, y luego, gracias a Gasco, cambiaron el sistema de cilindros por un tanque granel GLP, para abastecer a una cocina y dos hornos industriales. Pasaron de producir 1.000 empandas al mes, a 5.000 empanadas en el mismo período de tiempo y con un importante ahorro energético. La gerenta de operaciones asegura que, igualmente, la logística se ha visto beneficiada. “Dejamos atrás los problemas de demoras con los cilindros y de quedarse sin gas. Ahora el tema de recarga es fluido, se puede hacer también por Internet y me da la seguridad que necesito”.

          Por otro lado, Moviendo Masas pudo incorporar otras líneas de trabajo. Actualmente tienen canal de venta a comercio, empresa y directo. “Si no tuviésemos la asesoría, servicio y apoyo de Gasco, no existiría esta capacidad de crecimiento”, dice Donoso. Asegura que ha sido un largo camino el lograr estabilizar su negocio, pero está agradecida del equipo que tienen y de las personas con las que se han rodeado. “La compañía Gasco nos ha permitido mantener el foco inicial, el de poder ofrecer productos con mucho sabor, calidad y dedicación, y a la vez ir ampliándonos. Su personal está para ayudar y guiar, siempre con buena disposición y mucho profesionalismo”, dice Carolina.