BASÍLICO

01 Abril 2016. 1627 impresiones

Un italiano en Los Andes

Un ambiente cálido, cordial, y sabores clásicos pero muy intensos es lo que ofrece Basilico Italian Restaurant, que hace poco más de un año abrió sus puertas en Los Andes.

Un italiano en Los Andes

Un ambiente cálido, cordial, y sabores clásicos pero muy intensos es lo que ofrece Basilico Italian Restaurant, que hace poco más de un año abrió sus puertas en Los Andes. Con mucho trabajo sus socios lograron darle un toque moderno, algo que ha terminado por cautivar a comensales que aprecian la buena cocina y las recetas tradicionales italianas con insumos de calidad

Texto: Daniela Zevallos | Fotografías: Claudio Vera

Basilico Italian Restaurante2

No es fácil comenzar con un proyecto propio, y menos en una ciudad fuera de la capital. Diego Lagos y Sergio Pandolfa se atrevieron. Estos socios se conocen hace años y siempre soñaron con hacer negocio juntos, y aunque estuvieron distanciados más de una década, hoy están cumpliendo este objetivo en la comuna de Los Andes.

Sergio estudió gastronomía en Inacap Viña del Mar, y luego de trabajar en distintas cocinas, la de Enjoy Casino, Giratorio de Viña y Santiago, y Angelica Restaurant, quiso probar suerte y salir del país. Se fue a Dinamarca esperando trabajar un par de años, juntar dinero y volver a Chile, sin embargo se quedó más de diez. Fue jefe de cocina de cuatro restaurants y estuvo a cargo de un staff de 27 personas, toda una experiencia para un joven chileno que no pensaba lograr en el extranjero más de lo que pudo hacer en su propio país. "Fueron años enriquecedores, aprendí mucho de los cocineros, de todo el grupo…17 de ellos eran italianos. Me di cuenta de lo bueno que son en la cocina, sus procesos son minuciosos, lo hacen con mucha pasión, trabajan bien los productos y hacen las cosas de forma casera, bien artesanal y tradicional. Lo que más me gustó de ellos es que saben apreciar los sabores sencillos, mediterráneos...mezclar un buen tomate con un aceite de oliva de calidad y una buena albahaca es suficiente. Así aprendí que las materias primas son lo más importante para tener buenos resultados", recuerda Pandolfa.

Cuando decidió volver a Chile, su amigo Diego lo esperaba para hacer realidad el proyecto del restaurant. Buscaron de inmediato un lugar que cumpliera con sus expectativas, acordando que lo mejor era empezar en la ciudad donde ambos habían nacido. "Las veces que vine y quería comer algo rico, que me atendieran bien, no encontraba nada. No existía la cultura de un local con buen ambiente, que se pudiera invitar a un cliente a un almuerzo de trabajo. Entonces pensé que debíamos empezar en Los Andes porque sentía que no teníamos nada a la altura", explica Sergio.

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EQUILIBRIO RÚSTICO ELEGANTE

Fue así como empezaron. Preocupados de cada detalle, uniendo criterios para acomodarse al presupuesto, los socios lograron sacar adelante el proyecto gracias a la guía de un diseñador que supo interpretar cada idea. El resultado: un restaurant con aires rústicos y un poco de inspiración industrial, pero con buenas terminaciones y materiales que no le hacen perder la elegancia. Dice Diego: "La verdad es que fuimos descubriendo el lugar y su potencial a medida que avanzábamos. Nuestra idea inicial se fue modificando con el material que teníamos y las interpretaciones que nos hacía el diseñador. El techo alto, por ejemplo, surgió de un imprevisto, lo estábamos modificando y cuando sacaron el cielo falso quedó al descubierto una construcción de madera muy hermosa, oculta más de veinte años. La vi y dije: 'tienen que dejarla tal como está'...entonces la limpiaron un poco y quedó como se ve ahora. Así fue con otras cosas que íbamos viendo que funcionaban".

Pese a que Diego estudió ingeniería se dedicó a la música, de hecho es Dj profesional. En cuanto a la gastronomía, es un amante de los restaurants, ha recorrido varios y conoce la historia de trabajo de muchos de ellos. Para él tener un local era un objetivo que algún día tenía que cumplir, y qué mejor que hacerlo con un amigo de toda la vida que además es chef, "esta inquietud siempre la he tenido, y ahora la puedo combinar con mi otra pasión que es la música. Todos los jueves hacemos eventos especiales, ponemos música electrónica e invitamos a otros Dj’s para que hagan sus presentaciones. Es una idea que ha tenido muy buena recepción, la gente llega porque sabe que además de comer bien viene a pasar un momento agradable, a disfrutar de distintos tipos de música, un show distinto para la zona".

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Otro detalle que distingue al restaurant son sus paredes. Estampadas con un diseño exclusivo, ideado por un experto en serigrafía de Valparaíso, son creaciones únicas que se encuentran en bares y restaurants y se realizan según el concepto de cada cliente. El artista prepara primero una selección de diseños que luego se plasman en el local. En este caso, como tenía que ser, las imágenes seleccionadas fueron de dos destacadas estrellas del cine italiano.

Tan buena ha sido la recepción que hubo que ampliar el restaurant. Además de recibir a 75 comensales, cuenta con cocina a la vista que lo hace diferente a otro local similar. Este espacio lo creó el chef Pandolfa a partir de una costumbre que aprendió en Dinamarca, un concepto poco visto en nuestro país, "cuesta conseguir los permisos para instalar este tipo de cocina, la norma no lo permite pero insistí, hasta que lo logramos. Claro que es distinta a cualquier otra, en Chile las cocinas a la vista que existen son con vidrio u otro objeto que las separa del público; aquí estamos cien por ciento al descubierto. De esta forma trabajaba en el extranjero, y es que allá el tema higiene es muy estricto, muchas cocinas son así y no tienen nada que ocultar. La idea a mí me gusta, la gente lo disfruta y agradece, ven cómo hacen su plato y saben que todo está limpio y en buenas condiciones".

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COCINA ITALIANA MODERNA

Tanta convivencia con cocineros italianos en Dinamarca dejó buenas enseñanzas al chef, aprendió a valorar las recetas, a ser riguroso, y sobre todo a apasionarse por la cocina. Cuando regresó estaba seguro del estilo a realizar, esto porque restaurants de este tipo con buenas preparaciones hay pocos en la región. "Aquí seguimos paso a paso las recetas caseras, pero lo más importante son los ingredientes, tener buenos tomates, aceite de oliva, mozzarella y demás. Todo esto es de la mejor calidad, las verduras naturales y orgánicas, todo lo hacemos acá y de manera artesanal, las salsas, las pastas, el pan, los jugos, todo es casero", asegura Pandolfa.

La carta es acotada. El chef desea tener sólo los productos disponibles por temporada y asegurar un plato bien elaborado. Pero no es porque exista poca capacidad de creación, por el contrario, tener una carta pequeña permite modificarla según los insumos del momento. Sin ir más lejos, a poco más de un año desde su apertura, Basilico estrenó nueva carta, la quinta, con sabores de verano y nuevas combinaciones. En esta última edición que lanzó en febrero destaca la incorporación de cordero, gnocchi pesto, pulpo, ensaladas, variedad de panna cotta, entre otros. En cuanto al concepto, Pandolfa lo define como "cocina italiana moderna", pues si bien las recetas son tradicionales, el chef se da la libertad de ser creativo en algunas propuestas, las cuales presenta en forma original y refinada. Claro que no transa en las preparaciones típicas italianas, como la cocción de más de ocho horas de la salsa de tomates, la misma que después sirve para preparar una lasagna o una irresistible bolognesa.

A la hora de almuerzo el restaurant ofrece un menú que incluye entrada, plato de fondo, postre y jugo natural, con dos opciones de cada plato. Por $5.490 los clientes pueden disfrutar de deliciosas especialidades italianas que van variando cada día, de esta forma quien tiene la posibilidad de almorzar en este lugar varios días a la semana, tiene la garantía de que no se encontrará con lo mismo.

La cena del restaurant tiene otro estilo: mientras los clientes comen a la carta, la música suena un poco más fuerte y el chef se inspira gracias al contacto directo con el público, "si la gente me pide un poco más de esto, o un poco menos de aquello en algún plato, mientras lo preparo no hay problema. Lanzar un poco de coñac para prender la cocina, o que los niños se acerquen a la barra para vernos cocinar son algunas de las cosas que nos gusta hacer. Es que no sólo quiero vender comida, eso cualquiera puede hacerlo, vivir un lindo momento y recordar la experiencia es mucho mejor que quedar satisfecho...Eso es lo que buscamos".

Con una gastronomía y una barra también original, que ofrece por ejemplo pisco sour de ají verde, albahaca, miel-merkén, betarraga, Basilico tiene un lugar indiscutido en Los Andes y en la Región de Valparaíso. Muchos clientes habituales, extranjeros que viven en Chile, turistas y vecinos, valoran esta oferta que viene a elevar el nivel culinario de la zona. Así se abre un mercado a nuevos proyectos que quieran continuar este camino.

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