Goodstën
GOODSTËN, UNA CREMERÍA DE OTRO PLANETA
• CON POCO MÁS DE UN AÑO DE VIDA Y EXCELENTE RECEPCIÓN DEL PÚBLICO, ESTE EMPRENDIMIENTO UBICADO EN MARTÍNEZ, AL NORTE DE BUENOS AIRES, REIVINDICA EL POTENCIAL CREATIVO PROPIO DEL HELADO ARTESANAL, A PARTIR DE UNA CUIDADA PROPUESTA SENSORIAL Y ARQUITECTÓNICA BASADA EN LA TÉCNICA COLD-ROCK
VEINTIDÓS KILÓMETROS AL NORTE DEL OBELISCO, una futurista casa esquina irrumpe en la tranquilidad del barrio Martínez, en Buenos Aires. Asemejando en su forma una roca de grandes dimensiones que envuelve en su interior al chalet original, este sabor deconstructivista también se traspasa a sus preparaciones heladas.
Se trata de Goodstën, cremería inaugurada en enero de 2018 que ofrece una nueva mirada al helado artesanal, con planchas cold-rock, bitës, cookies y bars, que llaman la atención de residentes y turistas. “Viene mucha gente de la Capital Federal especialmente hasta acá, también de la zona sur, que nos llaman o escriben para saber si estamos abiertos. En muy poco tiempo nos hicimos conocidos. Tenemos 18,8 mil seguidores en Instagram y somos un solo local”, cuenta Sol Smurra, ingeniera y socia del proyecto.
“No nos definimos como una heladería italiana con un concepto que hayamos traído de otro lugar, sino que somos una cremería con una mezcla de conceptos que te llevan a otro planeta. Desde el sabor de los helados pasando por la técnica del cold-rock y los formatos con personalidad, hasta la experiencia del local tanto en el servicio como en la arquitectura, dan cuenta de un modelo distinto. Básicamente es eso: un helado de otro planeta que evidencia una compra diferente”, explica con entusiasmo Sol.
Con 118 m2 en la planta baja, y 97 m2 en la superior, el diseño del espacio estuvo a cargo del estudio Hitzig Militello Arquitectos, especializado en desarrollar proyectos de alto impacto para grandes figuras del mundo culinario y del diseño. Goodstën no fue la excepción: tal ha sido el éxito de la obra, que figura reseñada en revistas especializadas de Francia, China y Reino Unido.
Goodstën significa “piedra”, en sueco, por lo que junto con su aspecto exterior, tampoco es casualidad que el corazón del proyecto sean dos piedras ultracongeladas, donde se preparan deliciosos postres helados personalizados a vista del consumidor siguiendo la técnica del cold-rock. Basta escoger uno de los 24 sabores de helado artesanal dispuestos en la vitrina principal y un par de toppings artesanales para inventar un nuevo sabor.
En palabras de Sol, “la han llamado la heladería de los mil sabores, porque cada uno se puede hacer el helado que quiera. La gente se sorprende también con el sabor del helado. Muchos piensan que solamente es la experiencia y ver algo divertido, pero se dan cuenta que es un producto de buena calidad, muy rico y cuidado en los detalles, así que la gente se lleva una doble sorpresa”.
La limpieza geométrica de las líneas arquitectónicas también se repite en el interior, inspirada en la imaginación estética nórdica con tapicería de cuero, paredes cubiertas de madera natural y piedras claras para los dos niveles destinados al público. Lo mismo sucede con los productos, totalmente disruptivos y de cuidada preparación, desarrollados por el reconocido consultor Stefan Ditzend. Tanto los helados como las salsas, capelinas y gran parte de los toppings son elaborados íntegramente en el local, lo que les permite crear soluciones personalizadas y diferenciarse de la competencia.
SABORES PARA SORPRENDER
Avanzando por el salón principal, una segunda vitrina invita a disfrutar de los helados en un formato diferente, con bitës, cookies y bars que sorprenden por sus sabores y presentación. Por ejemplo, las paletas de helado denominadas bars, reproducen en su forma las líneas exteriores de la casa, de la mano de un molde desarrollado especialmente para el proyecto.
Los bitës son pequeños bocadillos helados cubiertos con chocolate, rellenos con un centro líquido elaborado artesanalmente en la cocina del local a partir de ingredientes naturales, y una formulación especial que permite mantener su consistencia a baja temperatura, sin afectar el helado que lo rodea.
Tanto los sabores como los nombres, dan cuenta de la multiplicidad de ideas presentes en el proyecto. El bitë Say Cheese!, por ejemplo, está elaborado con helado de cream cheese, salsa de lima artesanal y cobertura de chocolate Dulcey. En cuanto al bitë Snick Attack, contiene helado de peanut butter, salsa caramel, cobertura de chocolate y maní. También el bitë Hula Hula promete una experiencia digna de Hawái: helado de coco, centro líquido de ananá y cobertura de chocolate blanco con praliné de nueces.
Otros bitës infaltables son Berry Dark, con helado de chocolate, salsa de frambuesas naturales de la patagonia argentina, cobertura de chocolate Perú 38% y crumble en su parte superior; Crazy Boom, a partir de helado de cotton candy y cobertura explosiva con petazetas; Orangina, con helado de chocolate, centro de confitura de naranja artesanal, cobertura de chocolate y capelinas caseras; Strawberry Fields, con helado de frutilla, crocante de quínoa, chocolate con leche y frutilla liofilizada.
“También vendemos a restaurantes, y hemos hecho acciones particulares para eventos de marcas que necesitan productos específicos. Por ejemplo hicimos un lanzamiento junto a una importante empresa de cuidado capilar donde necesitaban bitës violeta, dorados, plateados, y eso es súper divertido también”, cuenta Sol.
El espíritu innovador también está presente en los sandwichs de helado, similares a un alfajor, que aquí llevan el nombre de Cookies. Cinnamon Coffee, con galletas marmoladas, helado de canela y centro de café; Caramel Nuts, con cookie de nuez, helado de salted caramel y buttercream de nuez; Red Velvet, con helado de cream cheese y frambuesas en medio de galletas inspiradas en la torta homónima, son algunas de las diez combinaciones que cambian cada temporada y prometen una experiencia diferente.
“Hay que estar a la vanguardia de lo que conlleva el marketing y la experiencia del servicio, que es fundamental, porque no basta con ofrecer un buen producto. Nosotros no vendemos helado por kilo, de hecho el formato más grande es la pinta – vaso – de medio litro, también preparado a la piedra – fría, a -20°C –. En Goodstën vendemos una experiencia”, concluye la socia de esta atractiva propuesta, que abre nuevos caminos para la heladería artesanal.
Goodstën Creamery
- Av. del Libertador 13.699, Martínez
- Buenos Aires, Argentina
- Web: www.goodsten.com
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