HOTEL CUMBRES VITACURA
El perfecto urbano
El nuevo cinco estrellas se instaló en Santiago para responder a las necesidades de quienes llegan al país por trabajo o turismo, ya sea para conocer la capital, o desde ella, partir a otro punto de Chile.
El perfecto urbano
Cumpliendo el objetivo de estar en los principales destinos turísticos de Chile, siempre respetando e integrándose al entorno, el nuevo recinto cinco estrellas de Hoteles Cumbres se instaló en Santiago para responder a las necesidades de quienes llegan al país por trabajo o por turismo, ya sea para conocer la capital, o desde ella, partir a otro punto de la geografía chilena. Como hotel corporativo de la cadena, continúa la línea cálida que nació en Puerto Varas. De algún modo, con la misma sencillez y cercanía de la gente del sur, la propuesta es instalarse en plena ciudad, admirarla y disfrutarla con todo su paisaje y encanto urbano.
Texto: Macarena Anrique | Fotografías: Nicholas Charlesworth y gentileza Hoteles Cumbres
Desde el restaurant The Glass, en el piso 17 del recientemente abierto hotel Cumbres Vitacura, la vista de Santiago es un placer, la luz atraviesa grandes cristales y en los diferentes espacios – junto a mesas altas, o a las que se encuentran junto a los ventanales – se disfrutan los platos de una extensa carta creada por el chef Claudio Ubeda. Cocina internacional con sello criollo, que sorprende con preparaciones fruto de la experiencia de un cocinero que conoce las capacidades de su mano y sabe bien de ingredientes chilenos.
El lugar está abierto para pasajeros y público en general, lo mismo que los espacios de la primera planta y subsuelo del hotel, donde esperan salas de estar, business lounge y lobby bar, áreas perfectas para el trabajo cómodo y relajado, reuniones y almuerzos corporativos, servicios ajustados al público por el que apuesta el hotel, generalmente ejecutivos, y en mayor porcentaje extranjeros.
Operativo desde marzo recién pasado, Cumbres Vitacura es el cuarto hotel de la cadena después de los Cumbres Puerto Varas, San Pedro de Atacama y Lastarria. Luego de tres años de construcción, hoy es un recinto de gran capacidad: 225 habitaciones y una superficie construida de 25.000 m2. Llama la atención en la esquina nororiente de las avenidas Américo Vespucio y Presidente Kennedy, próximo a diferentes centros de comercio, negocios y áreas verdes, ahí donde existe perfecta conectividad con toda la ciudad, hacia y desde el aeropuerto.
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ENCANTO SUREÑO
Creación del arquitecto Rodrigo Errázuriz, el edificio resalta en el paisaje urbano con líneas curvas y estructura vidriada, para responder a conceptos donde la eficiencia, tecnología, conectividad total y espacios funcionales son la clave.
Los cristales que lo envuelven le entregan un carácter transparente y abierto, maximizando las espectaculares vistas hacia el oriente. “El objetivo principal es que Cumbres llegue a Santiago trayendo lo mejor del sur, pero adaptándose a lo que es Santiago y sus necesidades”, señala Santiago Baylis, gerente general del hotel, hombre fuertemente ligado al espíritu Cumbres. Comenzó su carrera hace 20 años en el restaurant de Coco Pacheco, siguió en Casa Piedra, Hotel Radisson y Nueva Zelanda. Luego de seis años en el extranjero regresó a Chile, particularmente a Puerto Varas, donde en 2009 comenzó su vínculo con la cadena Cumbres, encantado con la posibilidad de contribuir con sus conocimientos y trabajo en un proyecto de hotel independiente y en formación desde donde poder aportar, incluso en la creación de una forma de ser. “Hoy el estilo Cumbres ya está creado y funciona. Lo que se replica en cada destino es traer la calidez del sur, específicamente a través de un servicio cercano y adaptado a las necesidades del entorno. Así por ejemplo, hablamos mucho de la inducción de la empatía”, afirma Baylis.
De las cerca de 115 personas que trabajan acá, alrededor de seis vienen del hotel de Puerto Varas para desarrollarse profesionalmente, con la finalidad también de traer la “escuela Cumbres” a la capital. Santiago Baylis es uno de ellos. Dejó su cargo como gerente general de Cumbres Puerto Varas para tomar el mismo puesto en el hotel corporativo de la cadena, que es algo diferente. Él mismo lo explica: “Ser parte de una cadena hotelera nacional es relevante en cuanto a cómo están concebidos los espacios y el servicio, la ‘experiencia Cumbres’ es con chilenos y con productos chilenos”.
El vínculo con el entorno es otro factor que permite distinguirse en un barrio donde hay – en diez cuadras a la redonda –, al menos, otros diez hoteles orientados a ejecutivos. “Es un tema netamente de imagen y sustentabilidad. Nuestra intención no es ser un elefante blanco en medio de la ciudad, queremos integrarnos donde estemos y ser parte de la comunidad. No sólo estamos dando un servicio a los huéspedes, también queremos ser buenos vecinos”, argumenta Baylis.
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INTEGRACIÓN
El hotel pretende responder a la tendencia de vivir la ciudad, algo que aplica también para santiaguinos que escogen el lugar como escape de fin de semana, a propósito de que se trata de un barrio donde se pueden hacer muchas cosas caminando, desde ir al Parque Bicentenario hasta visitar las tiendas del barrio Alonso de Córdova.
La ambientación es obra de la oficina de Enrique Concha, un diseño interior limpio que juega con una paleta de colores protagonizada por marrones y grises. También participa la transparencia, permitiendo que se vea el barrio, integrando el hotel a éste y viceversa.
El juego se mantiene al momento de hablar de texturas: mezcla de maderas, cuero, piedra y metal, materialidades puras, naturales y trabajadas con delicadeza para no recargar los ambientes. Se trata de ensamblados de maderas brasileras, pieles naturales con diseño, cambio de piso para distinguir ambientes, separadores de metal y motivos de red para delimitar sin oscurecer. La luz entra por los espacios sin pedir permiso a través de amplios ventanales en el lobby, en los pisos bajo nivel del suelo, en las habitaciones, en las esquinas de pasillos, en el quincho junto a la piscina y en el restaurant: objetivos estéticos, y sobre todo, de eficiencia energética.
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CERTIFICACIÓN LEED
Los desafíos de cumplir con parámetros de sustentabilidad influyeron en el diseño del paisajismo, eligiendo plantas de bajo consumo de agua y descartando superficies cubiertas de pasto. Actualmente el hotel está en proceso de recibir la Certificación Leed, gracias a una serie de iniciativas entre las que destacan la mitigación del impacto ambiental, asegurar la calidad del aire interior, generación de ahorro de agua potable mayor a 45%, e incorporación de colectores solares con los que se pronostica un ahorro energético superior al 19%.
También son parte de este espíritu el trabajo con celosías que cambian de posición en cada sector del edificio, según el ángulo en que llegan los rayos del sol, disminuyendo así gastos de iluminación y calefacción. Lo mismo ocurre con los amenities biodegradables, piscina con tratamiento de agua en base a iones – sin químicos –, escaso uso del papel gracias al empleo de pantallas touch y tablets en cada habitación, por ejemplo, para conocer los servicios del hotel y menú del restaurant.
“Hoy la sustentabilidad es básica, es lo que hay que hacer, tanto como la idea de que botar un papel al piso está mal. Y no hay otra forma de operar porque hoy existen las posibilidades para hacerlo”, comenta Baylis. “El cliente lo valora y se advierte en las encuestas de satisfacción. Entre tomar un hotel y otro, elegirán el que sea más respetuoso con el entorno. Sobre todo los extranjeros”, afirma Andrea Svart, directora de ventas y marketing de Hoteles Cumbres.
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REFUGIO EJECUTIVO
Las habitaciones de Cumbres Vitacura cuentan con comodidades propias de un cinco estrellas, incluido servicio de habitación 24 horas, cortesía de cuatro cápsulas de café y seis botellas de agua en el frigobar, además de toda la tecnología actual en televisión, música y conectividad, considerando, por ejemplo, teléfono con diferentes entradas de dispositivos.
Se encuentran entre los pisos 6 y 17, y en todas ellas el uso de la madera crea el ambiente familiar que tanto se extraña cuando se es un viajero frecuente. Amplios ventanales abren el espacio a la ciudad, cristales de cielo a piso y doble vidrio que regalan la vista despejada hacia Santiago y su movimiento constante que no alcanza a llegar con sonido, creando una agradable sensación de protección.
De las 225 habitaciones, 160 son Estándar o Golf, las cuales en 25 m2 tienen dos camas singles y baño integrado. Las de tipo Cordillera son 60, una de ellas acomodada para discapacitados. También de 25 m2 y lavamanos semi integrado, se diferencian además por la vista hacia los Andes y la cama matrimonial.
Los pisos 12, 14, 15 y 16 albergan las Suites, habitaciones con dos ambientes separados, baño de visitas, escritorio y conexión con otra suite si así se requiere, perfecto para personas que viajan en familia, con asistentes personales o guardaespaldas.
Cómodas y funcionales, todas las habitaciones han sido pensadas para que el pasajero aproveche los espacios comunes. Además de la terraza donde se encuentra el quincho, la piscina y el bar, en el primer piso hay espacios para trabajar. En el business club, justo detrás del lobby están las estaciones de trabajo, computadores, wifi, enchufes y luz natural, comodidades que siguen la tendencia que invita a trabajar relajadamente. Son espacios ideales para reuniones más pequeñas. Si se requiere algo más programado, en el nivel menos uno hay tres salas de directorio apoyadas con servicio de coffee break. Un piso más abajo, donde destacan la altura del cielo y las amplias entradas de luz, hay cinco salones con capacidad para 50 personas en montaje auditorio, posibles de unir para crear espacios más grandes. En el mismo nivel existen tres salones con capacidad para 150 personas cada uno, también posibles de unir, logrando albergar cerca de 340 personas para montaje auditorio, o 250 si es montaje banquete.
Diversificando el negocio, tal como lo explica Santiago Baylis, el edificio de Cumbres Vitacura tiene 750 m2 libres y en arriendo, correspondiente a cuatro plantas, cada una destinada a oficinas corporativas, con accesos, ascensores y estacionamientos completamente independientes. El tercer negocio del hotel, respondiendo también al propósito de integrarse a las necesidades de la ciudad, es el de los estacionamientos. Dice Baylis: “Tenemos 240 plazas disponibles en arriendo con sistema de ticket. En definitiva no somos sólo un hotel, generamos un espacio para el santiaguino, un lugar donde encuentras desde un gimnasio y estacionamientos hasta áreas de trabajo y restaurant. Puedes venir a la hora de almuerzo, a tomar un café o cenar cuando quieras”.
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Hotel Cumbres Vitacura
Av. Kennedy lateral 4422, Vitacura, Santiago
Teléfono: (+562) 2487 5000
info.vitacura@hotelescumbres.cl
www.cumbresvitacura.cl | www.hotelescumbres.cl