LA ENORUTA
Servicios y atractivos prestados por emprendimientos familiares, se unen para conformar un novedoso circuito con sello enoturístico, que pretende generar una red de apoyo que complemente y enriquezca la actual oferta natural, patrimonial y cultural de la zona
EL DESARROLLO DEL TURISMO cada vez juega un rol fundamental en la actividad económica de nuestro país. Sólo en 2015 y según cifras de Sernatur, Chile recibió cerca de 4 millones y medio de turistas, superando todas las expectativas del sector. Más aún, el perfil de los visitantes, tanto nacionales como extranjeros, muestra nuevas variantes, que por cierto hace que las ofertas se deban actualizar y mejorar permanentemente.
En la esfera turística chilena, el vino sin duda es una de las principales cartas de presentación, y la región de O’Higgins es conocida por poseer una riqueza inigualable en torno a la producción vitivinícola, con sorprendentes apuestas de viñedos distribuidos de cordillera a mar. Es en esta donde nace el primer circuito turístico de Chile, conformando en 1996, la Ruta del Vino del valle de Colchagua.
Así la consolidación enoturística en las tierras de O’Higgins, se debe además a la importante oferta gastronómica y hotelera derivada, que se agrega a este protagonismo del vino. Aquí es donde justamente destaca la propuesta de una red de 60 emprendedores, que agrupados en el Nodo de Servicios Complementarios al Enoturismo, apoyados por Corfo y coordinados por la consultora Bigesta, buscan potenciar aún más el turismo en los valles de Cachapoal, Colchagua y Cardenal Caro a través de las rutas ya existentes, ofertando servicios complementarios al turismo del vino, para transformarse en un nuevo y potente atractivo.
En esta unión de empresarios surge una serie de cautivadores panoramas y alternativas para elegir: gastronomía criolla y vinos de la zona, vivencias de la cultura mapuche, cabalgatas con arrieros, artesanía y turismo sustentable, deporte aventura y ecoturismo, alojamientos en medio de viñedos y otros que hacen recordar la época de la colonia, son sólo algunos.
PROMOVER LA CULTURA OUTDOOR
En el sector de Lo Miranda, uno de los pueblos más antiguos de Chile – fundado en 1577 –, ubicado en la comuna de Doñihue, se encuentra Parque en el Aire, un innovador centro recreativo, ideal para quienes buscan tener conexión directa con la naturaleza, y combinar su estadía con diferentes actividades de destrezas y habilidades en juegos grupales. Dirigido a un público infantil y adulto, hay entretenidos circuitos en altura que incluyen escalada, arborismo y tirolesas (canopy). También diferentes pruebas de equilibrio y coordinación en dos niveles de dificultad, un bajo para niños entre cinco y ocho años, y otro más alto al que pueden acceder niños desde los 9 años, hasta adultos de 60 y más. Un espacio inserto en medio del cordón cordillerano Altos de Cantillana Sur, correspondiente a la cordillera de la Costa, muy cerca de una desconocida reserva nacional adornada por robles de más de 500 años, “perteneciente administrativamente a la región Metropolitana que hoy está bajo la administración de Codelco, principalmente para investigaciones científicas”, explica Juan Carlos Roa, socio y dueño de Parque en el Aire.
Torneos recreativos o trabajo en equipo, y juegos en el aire, son parte de los programas a realizar en Parque en el Aire. Tienen un costo de $8.000 por persona y una duración de 45 minutos, dependiendo de la destreza del participante, experiencia que incluye el uso de zona del quincho para hacer picnics durante el día. Los juegos tienen entre seis y dos metros y medio de altura, “y para las vacaciones de invierno se dispondrá de un área para niños de 2 a 5 años con pruebas muy similares”, adelanta Roa.
“Como alternativa a quienes no tienen capacidad, o no les gusta los juegos en el aire, tenemos los senderos interpretativos de flora y fauna, todos a cargo de un guía especializado en turismo aventura o ecoturismo. Además tenemos un convenio marco, que permite a los visitantes comprar tickets a la tienda de Chilecompra Express, pues contamos con una licitación que nos permite ofrecer servicios a empresas e instituciones”, indica Luis Albornoz, también socio y dueño, uno de los guías a cargo certificado con sello Q, y los respectivos cursos de primeros auxilios en la Facultad de la Universidad de Chile.
En este centro se realizan celebraciones familiares y cumpleaños infantiles. También sorprende un refugio para tres personas en las copas de los árboles, desde donde es posible observar paisajes del valle de Cachapoal y disfrutar el comportamiento de las aves. Reservas en www.parqueenelaire.cl.
CASA ECOLÓGICA EN COLTAUCO
En las faldas del cerro Quillayquén, también parte del cordón cordillerano Cantillana Sur, en la comuna de Coltauco, se ubica la Casa Ecológica, una construcción hecha completamente de material reciclado que se sustenta con energía solar, y posee un biodigestor con agua purificada de vertiente, un lugar atractivo donde es posible saborear comida criolla preparada en horno de barro, estar en contacto con patos, conejos, gallinas, una cabra y un jabalí, y acceder a charlas y talleres de reciclaje. En este singular recinto, el principal mensaje recibido por los visitantes se sustenta en las buenas prácticas ecológicas.
Este emprendimiento de la analista contable y monitora de turismo rural, Claudia Lobos, cuenta con dos cabañas de igual construcción habilitadas para seis y cuatro personas, respectivamente. Además dispone de sitios de camping para familias completas, con capacidad de hasta 35 personas acampando en diferentes sectores, “recibimos muchos grupos de colegios que vienen a hacer paseos educativos. Para ello contamos con programas que incluyen colación, alimentación completa o sólo almuerzo, hechos con productos que obtenemos de acá mismo”.
Son 13 hectáreas de bosque nativo, “donde el turista puede recorrer senderos educativos, subir a la vertiente, disfrutar de la flora y fauna nativa. Apreciar también aves maravillosas, como colibríes, picaflores, loicas, tórtolas, y otras que a la gente le gusta venir a observar. También enseñamos de los árboles endémicos y sus propiedades”, cuenta Claudia. Por día, el uso de la cabaña es de $12 mil e incluye desayuno campestre. En tanto para el camping es de $5 mil diarios, y con alimentación completa el valor sube a $15 mil. La entrada al recinto es de $2 mil. Cualquiera de estas experiencias es con reserva previa en www.casaecológica.cl.
ZÚÑIGA: TRADICIONES QUE ENCANTAN
A 155 kilómetros al sur de Santiago – ingresando por Pelequén – se ubica Zúñiga, tradicional pueblo que el 11 de enero de 2005 fue denominado Zona Típica, un terruño caracterizado por fascinantes construcciones tipo colonial, muchas de ellas restauradas, donde sus imponentes arboledas hacen aún más encantador el paisaje. Un destino perfecto para conocer los orígenes de la cultura huasa, donde es habitual ver a los huasos pasar por la calle o a los laceros, algunos a caballo y otros más en bicicleta con sus palas.
Emplazado en esta atmósfera de tradiciones se encuentra el complejo agroturístico Santa Clara, compuesto por una casona refaccionada que originalmente contaba con dos dormitorios, y que hoy posee 14. El proyecto que pertenece a Amanda Droguett, y que comenzó a gestarse en 1991, hoy lo mantiene en sociedad con la abogada Gladys Aguayo. “Originalmente pertenecía a mi abuela. Aquí es donde ella pasaba los inviernos, y su último tiempo lo vivió acá”, recuerda Amanda.
La casa colonial construida de material reciclado mantiene el estilo, la línea de tejas y un ensardinado de madera. “Por nuestro espíritu de cuidar el medioambiente, se desarmó el inmueble original y se recuperó todo lo que era usable. Hoy contamos con una edificación que principalmente es tabiquería, pero que conserva todo lo de una casa de adobe”, explica la dueña.
La característica es ser un alojamiento de hacienda, pues según Amanda, “tiene una propuesta general, donde lo que se ofrece en gran parte proviene de aquí mismo, y está vinculado a la naturaleza”. Hospedarse incluye desayuno tipo americano, además el servicio de alimentación se puede extender al almuerzo y cena. Al mediodía el turista se deleita con un coctel de productos típicos de la zona, y después un almuerzo completo que consiste en un servicio con distintas ollas de greda, con preparaciones como porotos granados, cazuela, asado a la greda, hortalizas orgánicas; postres como leche asada, leche nevada, peras al vino tinto, mote con huesillos y otras recetas chilenas.
“Tenemos una persona que nos ayuda en la cocina, que ha sido un pilar para Santa Clara, se trata de Berta Pérez. Ella fue cocinera de mucha gente de los fundos del pueblo, las familias más adineradas la tuvieron a ella. El sabor de todo lo que cocina es maravilloso, por eso el turista aquí se va a encontrar con la gastronomía típica de la casa de campo”, señala Amanda.
El emprendimiento cuenta también con un Club de Campo ubicado a dos kilómetros de la casona, distribuido en 8 hectáreas, al que se asocian panoramas propios, como la instrucción ecuestre realizada por la misma Amanda Droguett. Se suma además una piscina, un picadero, bicicletas, canchas de baby fútbol, juegos típicos como la rayuela, la rana y otras entretenciones. “Este espacio está dirigido a los que están hastiados de la ciudad, gente que quiere conocer más nuestra historia, extranjeros sobre todo”, comenta.
Por estar a 900 metros de la ribera del río Cachapoal, en Santa Clara ofrecen cabalgatas para recorrer ese lugar. También trekking a un cerro de la zona, vistas a huertos y otros programas relacionados. Por eso Amanda recalca que quienes deseen visitarla, “lo que más encontrarán aquí es tranquilidad, y tal como nos han dicho algunos huéspedes, a diferencia de otros conocidos lugares turísticos, venir acá es estar en el Chile real”.
Santa Clara
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