LA SARA HOTEL BOUTIQUE
Descanso pleno entre bosques y arándanos
Gracias a su vínculo con la empresa de arándanos que instaló en terrenos de propiedad familiar, el publicista capitalino Eugenio Montes se radicó en Santa Cruz, Colchagua, y construyó junto a su madre Soledad Bisquertt una peculiar casona en un sector privilegiado del valle, sin pensar que años después la transformaría en un acogedor hotel..
Descanso pleno entre bosques y arándanos
Gracias a su vínculo con la empresa de arándanos que instaló en terrenos de propiedad familiar, el publicista capitalino Eugenio Montes se radicó en Santa Cruz, Colchagua, y construyó junto a su madre Soledad Bisquertt una peculiar casona en un sector privilegiado del valle, sin pensar que años después la transformaría en un acogedor hotel.
Texto: Maureen Berger | Fotografías: Gonzalo Carrasco
Chile es el principal productor y exportador de arándanos del hemisferio sur. Así lo comprobó el publicista Eugenio Montes, quien hace una década se trasladó de Santiago a Colchagua, para dedicarse de lleno al negocio de este berry. Fue tanto lo que le agradó la zona, que poco a poco se fue volviendo un colchagüino más.
Levantó su vivienda en medio de un maravilloso y apacible bosque de eucaliptus, que cada vez que la visitaban amigos y familiares era alabada por sus bondades. Años más tarde se convenció que era el lugar idóneo para abrir un hotel boutique que bautizó como La Sara – en honor a su sobrina mayor –, que abrió en mayo de 2013.
La casa contaba con cuatro habitaciones, que él remodeló y alhajó con todo lo necesario para atender en el formato bed & breakfast (cama y desayuno). Todas desembocan en un gran estar-comedor unido a la cocina, donde se realizan actividades comunes, como jugar cartas, dominó, leer o conversar con los demás huéspedes, “las vigas de eucaliptos fueron rescatadas del mismo lugar donde se construyó finalmente la casa. Muebles, decoración, objetos y otros pertenecían a nuestra familia”, explicó Montes.
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NOMBRES DE ARÁNDANOS
Para establecer el vínculo que originalmente lo trajo a la zona, Eugenio nombró a las habitaciones como Brigitta, Duke, Bluecrop y O’Neal, que aluden a las cuatro variedades de arándanos que cultiva en la plantación, “son habitaciones de lujo, con todas las comodidades y servicios para hacer sentir al visitante como en casa”.
Brigitta es una suite matrimonial con vista al río (estero Chimbarongo) que corre muy próximo al hotel. Resaltan los muros de ladrillos a la vista, las cortinas floreadas, cojines y cobertores en tonos verdes, las alfombras y puffs, que son piel de vacuno y oveja (tal como en cada habitación). Llama la atención el imponente armario antiguo y los espejos enmarcados en el respaldo de la cama.
Duke ofrece una cama matrimonial y vista a la plantación de arándanos, que en verano está en plena cosecha. Los tonos de las cortinas y ropa de cama son amarillos y celestes; también posee un bello mueble-cajonera de época. Resalta la mesa a los pies de la cama, con bandejas para disfrutar el desayuno en la habitación, y las fotografías en blanco y negro que pertenecen a miembros de la familia del dueño, ubicadas sobre los muros de ladrillo.
Bluecrop es una suite matrimonial con vista a los verdes jardines en flor. Los muros de ladrillos sostienen más fotos familiares, y hay un cuadro con imágenes religiosas. La cama tiene un dosel de bronce cubierto con mimbre, ropa de cama en tonos crudos, y diseños en terracota que se repiten en las cortinas. Otro armario de líneas más modernas, tal como los veladores, marcan el estilo de la habitación, así como una gran lámpara.
Finalmente, O’Neal es la única que tiene dos camas de una plaza con respaldos de bronce, cortinaje y decoración alegre y colorida. El armario y las sillas son de madera, y un cuadro de corte onírico protagoniza el espacio en el centro de uno de los muros. La vista también es hacia las plantaciones de arándanos, más algunos canastos de mimbre y baldes decorativos.
Al ser consultado sobre la arquitectura y diseño de ambiente del hotel, el empresario dijo que “nuestro objetivo es ofrecer un alojamiento de calidad premium, decorado y ambientado con un estilo único, cuidando asegurar a los huéspedes una estancia relajante y sin preocupaciones”. En la decoración tuvo un rol protagónico su madre, Soledad Bisquertt, “ella le dio un sello cálido a la casa, utilizó muebles antiguos y objetos de la familia, y otros que ella misma creó y fabricó mientras trabajaba en el rubro de los muebles y la decoración en su tienda Soleca, en Nueva Costanera”.
Los baños siguen todos una decoración uniforme y acorde con el estilo, en blanco, con cortinaje de tela en las duchas y mobiliario antiguo. Respecto a otros detalles de las habitaciones y sus comodidades – como la calefacción para los días de invierno –, el propietario indicó: “En verano la casa es bastante fresca, por lo que no es necesario el uso de aire acondicionado. Todas cuentan con secador de pelo, toallas, amenities, sábanas de muy buena calidad, de diferentes hilos (500 y 700) y géneros, entre otros”.
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COCINA PROTAGONISTA
El espacio común posee una cocina que juega un rol protagónico. Es donde se sirve el desayuno (pan, jamón y queso, frutas frescas con arándanos, jugo de fruta, mermeladas, yoghurt, avena, queque de arándano casero, huevos), y donde los pasajeros – si lo desean – pueden preparar y hornear sus alimentos. Incluso hay quienes se entusiasman y hacen asados en el lugar dispuesto para ello en el jardín. “Si bien somos un bed & breakfast, siempre habrá un queque en la mesa de comedor, fruta y bebestibles disponibles para los huéspedes”, agregó Montes.
En relación a cómo se vincula el tema de los arándanos con el hotel y los huéspedes, quienes ven en las cercanías sus plantaciones y pueden probarlos, especialmente en época de cosecha, el empresario explicó que “algunos pasajeros nunca habían estado en el campo, otros no conocían los arándanos, por lo que muchas veces es una sorpresa para ellos”.
En el living hay literatura, una chimenea, sillones de cuero y elementos decorativos que mezclan distintas líneas de diseño. Un piano de caoba equilibra los espacios en este acogedor ambiente.
Sin duda, uno de los atractivos de La Sara Hotel Boutique es el parque interior y los paradisíacos jardines en las inmediaciones del hotel, donde crecen aromos, crespones, jazmines y rosas, entre otras especies, “los jardines fueron diseñados por nosotros, salvo el bosque de eucaliptos donde se encuentra emplazado el hotel…éste ya existía. Estos jardines son de especial importancia para nosotros, es por eso que hacemos todo lo posible por mantenerlos de la mejor forma”, señaló el dueño. A esto se suma la paz que otorgan los apacibles sonidos del río. Cercana está la piscina al aire libre, con sus tumbonas y hamacas, y pronto también habrá tinas calientes (hot tub) para ofrecer a los visitantes.
Para cuando baja la temperatura, la terraza está equipada con una cocina a leña que tempera el recinto, de esta manera se puede disfrutar el ambiente campestre chic de este lugar a lo largo de cada estación climática.
CERCANÍA Y BERRIES
Con respecto a la cercanía del hotel con Colchagua y sus atractivos, dijo Montes: “Este valle es un destino turístico de primera clase, conocido por sus hermosas colinas plantadas con viñedos, centenarias parras, encantadoras haciendas, modernas y tecnológicas bodegas que embellecen el paisaje”.
La empresa productora y comercializadora de arándanos y otros productos de alta calidad están dirigidos a mercados globales, “el cien por ciento de nuestra fruta cosechada es y ha sido exportada en fresco a USA, Europa y Asia”, y agregó: “además de su dulce y delicioso sabor, de su atractivo visual, las blueberries rebosan de buenos nutrientes. Los arándanos son una fruta pequeña, se pueden usar en casa para preparar pasteles, panqueques, ensaladas, batidos y salsas; también se pueden lavar y comer sin necesidad de pelar o cortar”.
Hasta la fecha, el hotel recibe todo tipo de huéspedes que provienen de muchos países, así como también turistas chilenos. Por esta razón, Eugenio Montes anunció que el próximo proyecto está orientado a crecer en el número de habitaciones. “Sabemos que quienes nos visitan precisan de un buen servicio. Por esta razón, todo nuestro trabajo y esfuerzo están orientados a asistir de la mejor forma a nuestros clientes”. Finalmente, el dueño de La Sara Hotel indicó que poseen otro hotel – en marcha blanca – llamado Las Garzas (www.lasgarzashotel.com), en la comuna de Palmilla, en la misma sexta región, con estilo colonial, rodeado de vides y ocho confortables habitaciones para desconectarse de la ciudad y disfrutar de la naturaleza.
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La Sara Hotel Boutique
Parcela 28, El Huape, Cunaco, Santa Cruz, Colchagua, Chile
(+569) 9222 0315
www.lasarahotel.com
reservas@lasarahotel.com