LADERA
Hotel de barrio y a escala humana
Estos dos conceptos son parte de una nueva propuesta hotelera en Santiago. Escala humana, porque la idea es evitar una gran estructura con cientos de habitaciones y un número similar de trabajadores, ya que la intención es crear un lugar con ambiente familiar. Y de barrio porque estamos hablando de un espacio en la zona residencial de Pedro de Valdivia Norte, donde no hay hoteles cerca, sí muchos parques y tranquilidad, algo así como estar dentro y fuera de la ciudad.
Texto: Macarena Anrique | Fotografías: Ronny Belmar
Ladera Hotel Santiago es un edificio de cinco pisos, donde la azotea tiene vista en 360 grados, un bar y una piscina al aire libre. En la planta baja, spa completo, restaurante y salas de estar bajo techo o al aire libre. En el subsuelo, estacionamiento. Son algunas de las comodidades de este hotel, que no sorprenden de un recinto de cadena o de gran tamaño, sin embargo, en este caso, hablamos de uno de 36 habitaciones, un número no casual, ya que la idea es asegurar un buen servicio, en un ambiente familiar…y que sea muy cercano. Con su apertura en los últimos días de julio de este año entra en la lista de hoteles boutique de Santiago, pero con detalles que lo diferencian y que se notan.
Hace casi cuatro años, la inquietud personal de dos empresarios y viajeros, Sandra Link y Carlos Grossman, hizo que pensaran en un proyecto hotelero, donde uno de los pilares era crear un ambiente similar a aquellos espacios que se pueden encontrar en destinos alejados, como San Pedro de Atacama o la Patagonia. El desafío, sin embargo, era desarrollarlo en Santiago, donde la propuesta es menos común, y la mayoría de los hoteles se prepara para el cliente corporativo.
Diego Cardenas, General Manager Ladera Hotel
Diego Cárdenas, general manager de Ladera Hotel, fue el encargado de ponerlo en marcha. Con experiencia en aperturas, Cárdenas, quien estudió cuatro años la carrera de derecho, a tiempo comprendió que leyes no era lo suyo, recordando su primer trabajo en hoteles durante un viaje que hizo a Nueva Zelanda cuando tenía 19 años. Tras abandonar la universidad, estudió hotelería mientras trabajaba de botones y recepcionista. Una vez titulado como administrador hotelero, tuvo la oportunidad de participar en la apertura de hoteles en el sur y en el norte del país. Luego de regresar de Francia, donde también estuvo, llegó a Valparaíso donde se integró a la puesta en marcha del Hotel Palacio Astoreca, siendo ahí gerente general dos años y medio. Más tarde, en el mismo cargo, lideró la apertura de Hotel Vick. Cuando los socios de Ladera lo invitaron al proyecto, además de su experiencia, vieron que le interesaban los hoteles capaces de distinguirse. Así, la hospitalidad es uno de los sellos que han trabajado, y Cárdenas lo ejemplifica sirviendo él mismo la mesa para el desayuno si así se requiere. También gusta del trato cercano con huéspedes y trabajadores. Sin pasar a llevar los protocolos propios de un hotel, “la idea es descartar formalidades innecesarias”, asegura.
ANTES DEL ARRIBO
En Ladera Hotel nada ha sido elegido al azar. Así lo plantea Diego Cárdenas: “Hacer una apertura es difícil cuando la idea es diferenciarse. Si repitiera la fórmula de otros hoteles sería fácil. Puedo, por ejemplo, hacer el costeo tradicional de un buffet americano, lo tengo, pero no estaría haciendo nada nuevo. Sin embargo, acá todo tiene un porqué”. La diferencia se ha querido marcar desde la selección de personal – gente con cualidades de anfitriones, capaces de entregar una experiencia cercana a los pasajeros –, hasta el lugar donde se emplaza el edificio. Se escogió un terreno anteriormente ocupado por dos casas en una zona sin hoteles, en pleno barrio Pedro de Valdivia Norte, donde casi no hay estructuras de más de dos pisos. De alguna manera se está fuera de la ciudad, pero a diez minutos de esta, frente a un cerro, y junto a una calle que los fines de semana se cierra para que los santiaguinos paseen y anden en bicicleta.
“También nos preocupa el pasajero, y antes de su llegada, hacemos un perfil del huésped. Para eso tenemos a la encargada de hospitality, quien genera contacto con él y coordina con el equipo que se haga todo según se necesite”, señala el gerente general. Se trata de adaptaciones en la comida, incluyendo alguna restricción de dieta. También de detalles para el descanso. Evitar por ejemplo textiles que provoquen alergia, y entregar un menú de almohadas para entregar aquella que más le acomode: “Nos ocupamos, además, de sus intereses, a qué viene a la ciudad. Si es por compras, le entregamos un mapa que indica rutas a los centros comerciales, a pie o en algún medio de transporte. Y a los extranjeros, para que no tengan que ocuparse de gastos de roaming, al igual que se haría con un amigo que viene de visita a la casa, entregamos un celular con chip, de manera que pueda usar un teléfono chileno. Junto a eso, cuentan con una tarjeta de presentación donde dice dónde se aloja, y cuál es el número de teléfono del hotel”.
Comodidades como estas surgieron de muchas sesiones para definir cómo diferenciar al hotel de otros, preguntándose, ¿cómo me gustaría que me atendieran? Así también nació la idea de tener a disposición bicicletas de montaña y paseo, desayuno sin horarios para no interrumpir el descanso, y un minibar sin costo para actuar, una vez más, de la misma forma en que lo hacemos cuando invitamos un amigo a casa y no le cobramos lo que bebe.
El reconocido grafitero chileno Fisek, creó especialmente para Ladera una obra de cuatro partes, representando con colores los cinco elementos presentes en el espacio donde está el hotel: ciudad, agua, naturaleza y energía artística
ESPACIOS IGUALES Y SUSTENTABLES
La tarifa de Ladera es de $US240, y el público objetivo son turistas y pasajeros corporativos que gustan de un ambiente relajado. Las 36 habitaciones disponibles tienen la misma categoría y tamaño, 28m2 aproximadamente. Algunas ofrecen vista al verde del Parque Metropolitano de Santiago, y otras, una panorámica a la ciudad enmarcada por la cordillera de los Andes. Todas tienen baño integrado, son matrimoniales, y 12 de ellas están equipadas con cama italiana. Las sábanas son de 400 hilos, y además de un minibar de cortesía, cada cuarto cuenta con máquina para café expreso y cápsulas, un televisor homologado a la señal digital, y wi-fi liberado de alta velocidad.
Estudio Larraín es responsable de la arquitectura y diseño de Ladera. “Fueron contactados por Carlos Grossman para trabajar el concepto de un hotel a escala humana que, además, está dentro de un barrio, por tanto no podía ser un edificio invasivo ni llamar la atención. El resultado es un diseño moderno que sigue siendo cálido y no pasa de moda, que está pensado para que trascienda”, explica Cárdenas.
En los pasillos, la luz natural que entra por los ventanales permite maximizar el uso de la energía, lo mismo que la rejilla de fierro que cubre el edificio por el lado norte. “El sistema de clima del hotel es inteligente y siempre está funcionando, pero se dirige a los espacios que lo necesitan, calcula dónde está bajando la temperatura y se va para allá, manteniendo el ambiente a 22°C”, explica el general manager.
El bar de la azotea de Ladera estará abierto al público desde octubre, procurando un ambiente relajado que no interrumpa la vida de barrio ni la tranquilidad de los pasajeros
COCINA CON PRODUCTOS CHILENOS
Los desayunos de Ladera tienen una carta especial, donde cada producto es presentado como un trozo de Chile. Hay queso de Curacautín, elaborado con leche de vaca Normanda; queso de cabra de Ovalle y de oveja de la Patagonia. También granola y mermeladas caseras con frutos de temporada; miel de panal; huevos de gallina libre; charcutería chilena proveniente de la fábrica de Andrés Omeñaca, en Los Andes; jugo de naranjas de Ovalle; y mantequilla de campo con una receta tradicional de Codigua o Puerto Octay. La chef Francesca Castro – formada en DuocUC de Valparaíso, y con experiencia en Casa Higueras, además de las cocinas de Cumbres Atacama y Lastarria – está a cargo de estos desayunos y la cocina del hotel. Explica que el restaurante está abierto al público con un menú diario compuesto por entrada, fondo, postre y bebestible ($15.000), y que su propuesta de carta es mediterránea, con toques porteños para destacar especialmente los pescados y mariscos de Chile. Resalta, entre otros, la Entrada de salmón sellado, que prepara marinando el pescado con pisco y cítricos, para luego darle un golpe de fuego que dora por fuera y mantiene crudo el interior.
Chef Francesca Castro
Los desayunos de Ladera tienen una carta especial, con productos chilenos elegidos minuciosamente en diferentes partes del país. Se presentan en originales y rústicas bandejas de cerámica, hechas por un artesano local
Filete de Angus con pastelera de choclo, queso gorgonzola y salsa demi glace reducida en vino tinto y mantequilla
Mantequilla de campo compuesta, por ejemplo, con merquén o sésamo. Acompaña los diferentes panes disponibles en el restaurante, todos elaborados con masa madre
Salmón sellado sobre leche de almendras y vegetales. Se presenta con tomate confitado, polvo de pistacho y crocante de sésamo
Congrio sellado con pilpil de ostiones, y camarones sobre risotto de azafrán y salsa bisque
Tartar de res, aliñado con aceite de sésamo y jengibre, presentado sobre salsa cremosa de huacatay
Ladera Hotel Santiago
Los Araucanos 2021, Providencia
Teléfono: (+562) 2871 5700
www.ladera.cl