LAS TORRES PATAGONIA

LAS TORRES PATAGONIA

Inserto en un lugar de privilegio – Parque Nacional Torres del Paine –, con incomparables paisajes, flora y fauna nativa y un clima ideal, este hotel permite al turista conectarse con la naturaleza más extrema de nuestro país.

Sin lugar a dudas el escenario juega un rol fundamental en el concepto de este hotel, toda su infraestructura, estilo, decoración, gastronomía, mixología y otros servicios están concebidos por y para su entorno. Y cómo no, si el Parque Nacional Torres del Paine es uno de los más grandes e importantes del país, uno de los más visitados, declarado reserva de la biosfera por la Unesco y protegido por el Estado de Chile. Un lugar único y casi mágico que llama a la tranquilidad, un espacio pleno de energía para recorrerlo de punta a punta, sin ánimo de descanso. Escogido como la

Octava Maravilla del Mundo en un concurso organizado por el sitio Virtual Tourist, parte de TripAdvisor Media Group.

El hotel recibe pasajeros sólo en temporada alta, del 15 de septiembre al 15 de abril
El programa All Inclusive tiene un valor promedio de 1.000 dólares por noche para una pareja
Parque Nacional Torres del Paine fue creado en 1959, y en 1978 fue declarado Reserva de la Biósfera por la Unesco
Todas estas características, más la cultura de los lugareños, es lo que el Hotel Las Torres Patagonia quiere ofrecer a sus pasajeros. “Hoy en día la gente está muy acelerada, llena de información, redes sociales, publicidad, teléfono, vive en un mundo que no permite disfrutar, pensar, sentir. Nosotros ofrecemos una experiencia de campo, andar a caballo, ver al baqueano, probar un mate, comer sopaipillas, caminar tranquilamente, ir a la quinta, hacer un trekking…vivir la tranquilidad. La experiencia es la Patagonia auténtica, con tradiciones de estancia, porque esa es nuestra cultura”, explica Paola Milosevic, gerente general del hotel.

LUGAR DE TRADICIONES

El concepto de estancia es lo que más define este lugar. La familia Kusanovic es la fundadora y quien mantiene estrecha relación con la vida de campo, caballos, ganado y tradiciones. Todo partió con José Antonio Kusanovic, quien en los años ‘70 adquirió un terreno dentro del parque con el objetivo de criar animales. Con el pasar de los años comenzó a darse cuenta que cada vez llegaban más turistas a la zona, y que eran muy escasos los lugares donde hospedarse. En 1992 inauguró una residencia de sólo nueve habitaciones donde recibió a los primeros pasajeros…no tardó en ver que esto podría convertirse en la actividad económica del futuro…

(Arriba)
Cristian Urrutia
chef ejecutivo

(Derecha)
Paola Milosevic
gerente general del hotel

Siguió trabajando en el proyecto hasta el día de su fallecimiento, en 1997. Hoy el sueño lo continúan sus hijos, quienes siguieron dando vida al hotel, modernizándolo y convirtiéndolo en uno de los lugares más atractivos para hospedarse dentro del parque. “Primero fue algo pequeño, después por etapas lo fueron agrandando. Por eso tiene esta forma tan larga, ya que se hizo modularmente. Hoy tiene 84 habitaciones, más el restaurante, bar, spa, espacios comunes, caballeriza y otros. Como toda empresa ha ido evolucionando, y lo que hoy buscamos es rescatar las tradiciones del campo, las de la estancia patagónica. Toda la familia es muy de campo, les encanta esta vida y la quieren compartir con todos quienes pasan por Hotel Las Torres”, cuenta Paola.

Con mayor capacidad y todo tipo de comodidades, el hotel no busca ser un oasis de lujo en el último lugar del mundo, sino complementarse con el medio ambiente, con las bondades que entrega el lugar, la naturaleza, los animales, la tierra y el agua, elementos que día a día destacan en cada servicio y rincón del hotel. La construcción, el diseño y la decoración así lo demuestran: madera, cobre, pieles, piezas típicas de la zona y del oficio ganadero, muestran la esencia de quienes están detrás del proyecto y su cultura.

El hotel ofrece una vista privilegiada en cada una de las habitaciones. Los grandes ventanales compensan el hecho de que ninguna pieza cuenta con televisión, pues el objetivo es aprovechar cada segundo las grandes posibilidades que ofrece el Parque Nacional, “la idea es que los visitantes no se queden en las habitaciones, que estén en contacto con la naturaleza, disfrutar del aire, el paisaje, las torres, los lagos, los caballos. Todo está pensado para incentivar a los turistas a que aprovechen cada momento que pasan en el parque”, dice la gerente, quien hace siete años trabaja en Las Torres Patagonia.

Con este objetivo el hotel ofrece una variedad de 15 distintas excursiones: trekking, cabalgatas, navegación y recorridos en Van. Con distintos tipo de dificultad y duración, seguro se pueden encontrar alternativas que se ajusten a la capacidad y motivación de cada cliente.

LOS SABORES DEL FIN DEL MUNDO

Las tradiciones también van de la mano con los productos locales. Los sabores de la tierra representan fielmente lo que es vivir en este lugar tan extremo, y por eso la gastronomía busca tener su propia identidad. Hace tres años el chef Cristian Urrutia está a cargo de las tres cocinas del hotel: restaurante Coirón, bar Pionero y el casino del personal. En todos ha trabajado para plasmar su sello personal, “el objetivo es lograr un producto auténtico magallánico, sabores nacionales y de esta tierra, principalmente. Que el turista que llegue del extranjero o de cualquier parte de Chile sepa lo que es vivir una real experiencia local, con una cocina de autor con sabores del fin del mundo”.

Hace algunos años, el hotel se especializaba en cocina internacional, pero con la llegada del chef Urrutia el vuelco fue radical. La idea era que la gastronomía se integrara al concepto del hotel, y si se buscaba destacar la cultura nacional los platos debían ir por la misma línea. Hoy, después de mucho trabajo, el objetivo se está cumpliendo, no sólo las preparaciones son locales, sino que se inspiran en una huerta orgánica que existe en el hotel desde sus inicios. “La huerta juega un papel fundamental en nuestra carta, le sacamos provecho porque ocupamos desde una flor a todos los frutos y raíces que da. Es importante porque estamos lejos y aquí llegan los insumos con mayor dificultad, así que es mejor depender de nuestra propia producción. Por otro lado nos da un sello diferenciador, los productos de la huerta nos convierten en una cocina única, no está copiada de ningún libro, es una cocina creativa que sólo es de las Torres del Paine”, señala el chef nacido en Concepción.

Esfera de camarón con centro cremoso, cubos de alcachofa y pepinos sobre crema de palta nacional y yerbas frescas
Ostión marinado, con compota de pepino y aderezo de palta y mostaza
Cordero de la estancia Cerro Negro con mini jardín de la huerta, y papas ahumadas al carbón
Liebre en reducción de calafate, acompañado de papas nativas y ruibarbo de la Patagonia

A la huerta se le suma el apoyo de carnes orgánicas, malezas comestibles, pescados locales, mariscos frescos y algunas recetas típicas de la cocina chilena, como sopaipillas, pebre, y otras alternativas que los propios huéspedes pueden aprender a preparar. Claro, porque todas las semanas el chef organiza una clase de cocina con los pasajeros, para que con sus propias manos preparen algunas de las recetas que ofrece el restaurante, “la idea es darles un regalo, y que antes de irse sepan cómo se hacen las cosas típicas de Chile. A la gente le encanta, algunos incluso se van emocionados porque los recibimos con un navegado al comienzo de la clase, y les regalamos una experiencia. Entre todos van preparando los ingredientes y les explicamos la historia de cada uno. Es un momento muy lindo que todos agradecen”, cuenta Urrutia.

Junto con la temporada se inauguró la nueva carta que incluye 8 entradas, 11 fondos y 8 postres, a los que se suman cinco contundentes y deliciosos platos vegetarianos. También se rescatan los productos del mar y algunas preparaciones con el típico cordero magallánico, imposible de dejar pasar, “Me enfoqué en los mariscos, el pulpo y otras cosas que vienen de Punta Arenas. Lo importante es que el proceso y las técnicas que usamos son buenos cuando trabajas con técnica, te vas dando cuenta que eso y las herramientas te ayudan para llegar al resultado que buscas. Los pescados, por ejemplo, están hechos con un sistema al vacío porque queremos que quede jugoso y todo tenga un sabor distinto”, explica el chef.

Océano de la Patagonia: ostiones, huepos, camarones y pulpo, marinados en crema de palta cítrica y luche crocante
Jardín de centolla patagónica en texturas, con mini vegetales y hojas de la huerta
Plateada caramelizada en salsa de calafate, acompañada de lentejas al vino tinto
Mero austral con ostiones y cremoso de garbanzo ahumado, y salsa de zapallo camote
Manzana glaseada en calafate, sobre salsa de dulce de leche y frutos secos
Cilindro de calafate con trozos de chocolate y salsa de frutilla

Pero las buenas referencias no vienen sólo del personal, el restaurante Coirón se encuentra primero en TripAdvisor hace algunos meses, dentro de todas las opciones que existen en el parque. Gracias a los comentarios de comensales y pasajeros, Hotel Las Torres Patagonia está logrando un reconocimiento que demuestra el gran trabajo y cariño que hay detrás de este paraíso ubicado en una de las zonas más extremas del país.

  • Hotel Las Torres Patagonia
  • Parque Nacional Torres del Paine
  • Región de Magallanes y la Antártica chilena
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