MILLESIME MÉXICO
Es un salón que se celebra anualmente, y un estudio que funciona los 365 días del año en forma de club culinario. Millesime, palabra francesa que se refiere a algo fabuloso y una categoría para excepcionales champagnes que ni siquiera se hacen, es un concepto de negocio con la alta cocina como herramienta. Creado en España e instalado en la capital mexicana, sus planes de expansión para 2017 incluyen Santiago Realizado por tres días en el DF, el salón no sólo festeja la gastronomía con opulencia, sino que la utiliza como protagonista para que gigantes empresariales celebren junto a sus clientes el arte de la exclusividad, el lujo y la hospitalidad
EL CENTRO BANAMEX DE CIUDAD DE MÉXICO PODRÍA SER UN AEROPUERTO. Tiene tantos salones como escaleras mecánicas, y tantos metros como personas que lo visitan. En una parte de él se instala el Salón Millesime, un mega evento que este 2016 (entre el 24 y 26 de septiembre) celebró su sexta versión con la temática tropical como bandera unificadora que flameaba en cada una de sus áreas, haciendo que el color y la alegría artística fuesen el perfecto escenario para disfrutar sin límites.
El tras bambalinas de este evento lleva al año 2007, cuando el español ligado a lo culinario, Manuel Quintanero, socio fundador del reputado congreso gastronómico Madrid Fusión, abre sus puertas a grandes empresas para que utilicen la alta cocina como herramienta de hospitalidad y fidelización.
La idea fue reunir en un mismo lugar productos gourmet de elite con gigantes cocineros (nada menos que Ferran Adrià y Joan Roca, entre otros), unido a marcas de botellas premium servidas de diferentes maneras por bartenders, viñateros y sommeliers de renombre: un espacio para generar relaciones que parten del goce, y llegar a lo comercial desde la cúspide comestible. Fue tan bien recibido y apoyado que dio pie para un segundo concepto con la firma Millesime detrás: el Estudio Millesime, un club gastronómico abierto durante todo el año, con membresías a empresas asociadas y personas particulares, que tienen acceso a un exclusivo y casi secreto bar y restaurante a cargo de chefs residentes que mantienen un cuidado y moderno menú, junto con realizar eventos privados. Este último modelo es el que hoy, después de México y Panamá, les hace proyectarse y llegar a 20 ciudades en los próximos cuatro años, partiendo con nuestra capital como primera apertura en 2016.
“Hoy la gastronomía está presente en eventos como el tenis, la Fórmula 1, por nombrar algunos, pero nunca como actor principal. Con esta cultura que está en un nivel para todos, es posible crear un encuentro de hospitalidad para las empresas donde el único argumento sea la altísima gastronomía. Es poner los mejores chefs y productos en un montaje espectacular, para que las empresas tengan la posibilidad de invitar a sus clientes a algo que no se puede acceder, tengas el dinero que tengas, si no es a través de una invitación, que no se vende y no tiene nada desechable. Son 16 mil copas de Riedel, para hacer una idea. Entonces es una herramienta única para las empresas que ha funcionado muy bien”, afirmó Quintanero en el brunch de lanzamiento, mientras bandejas de Möet & Chandon Nectar paseaban entre los protagonistas de la nueva versión del Salón Millesime en el DF.
Sobre la pronta apertura en Santiago, Quintanero indicó que “Chile es un país destacado en el continente, seguro y con crecimiento gastronómico. Nosotros cuando llegamos potenciamos todavía más las cocinas, mostrando buen nivel, acercándolas a la gente e instalándolas como tema. Eso será importante de hacer. Esperamos abrir en marzo en calle Alonso de Córdova, un lugar que les gustará mucho”.
ESTILO TROPICAL
Destacar la alegría, colores y sabores de los principales destinos turísticos de México, fue la razón para que lo tropical inspirara la sexta versión de este salón. En el evento de grandes dimensiones participaron 180 chefs y ayudantes de cocina, 50 bartenders y sommeliers, más 200 en servicio, repartidos entre los siete espacios que recibieron 1.200 personas diariamente. Treinta marcas premium se encargaron de habitar estos siete espacios que, con diferentes y espectaculares ambientaciones – creadas por destacados interioristas y arquitectos mexicanos –, dieron categoría al evento.
Dos restaurantes divididos en tres salones con capacidad para cien personas cada uno, ofrecieron lujosas cenas hechas por seis premiados chefs (mexicanos y sudamericanos), que demostraron la variedad y calidad de las cocinas latinas de hoy. Hubo platos celebradísimos como Coco y mariscos, de Gerardo Vázquez, respetado chef nacional; como también Pargo con limón, de Rafa Costa e Silva, del celebrado Lasai, en Río; o el Cebiche, de Mitsuharu Tsumura, del Maido en Lima, número dos en la nueva lista de los 50 Mejores Restaurantes de Latinoamérica. En postres sacó aplausos el de Carlos García, del Alto, en Caracas, con su ya consagrada Maceta de cacao, que hace honor a ese importante producto venezolano.
En el salón también, el gigantesco Open Bar ofrecía un viaje por distintos puntos turísticos de México, de la mano de prestigiosos chefs de esas regiones que tentaban con deliciosas y elaboradas degustaciones, junto con pasillos de vinos y mezcal, más productos gourmet de todo tipo. En todas las horas que duraba el salón, había talleres con catas y clases de cocina a cargo de chefs para pequeños grupos, y como broche de oro, un espectacular bar con sectores separados por marcas donde brilló una impecable coctelería, con gin Tanqueray Ten, Ruinart, Don Julio, Buchanan’s, Zacapa, todas marcas de Diageo, uno de los principales patrocinadores junto con American Express que, desde la llegada de Millesime a México, ha sido un permanente apoyo. “Todo aquí, los detalles, experiencias y demostraciones, confirman lo impactante que es este evento, el vínculo que existe entre empresas y clientes, y la gastronomía como gran valor agregado. Es disfrutar el lujo sin tapujos, desde una cucharada de caviar hasta un perfecto macarrón, en suma un evento de alta gama. En su tipo, indudablemente es único”, afirmó Paola Miglio, periodista gastronómica peruana.
“Esto es impresionante por donde se le mire. Para algunos puede parecer un exceso, pero está adaptado a la realidad de cada país y México es esto: un potencial económico bárbaro que maneja lo comercial a lo grande. Es una gran mesa de trabajo donde ejecutivos y empresas están gozando lo mejor, y para nosotros desde la cocina, un evento que funciona a la perfección”, señaló finalmente Carlos García, chef venezolano que participó en esta versión, concepto que compartieron muchos de los presentes, todos agasajados por este gigante comercial que usa la cocina como deliciosa excusa para reunirse y compartir.
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