RED LUXURY BAR

29 Abril 2016. 2232 impresiones

Barroco y sofisticado

Una magnífica barra y carta de licores, coctelería con bichitos, una mesa de vidrio para practicar taca taca y la creatividad de los bartenders que elaboran tragos a la minuta, son las sorpresas con las que este exclusivo bar santiaguino recibe a los visitantes que llegan a Patio Bellavista.

Barroco y sofisticado

Una magnífica barra y carta de licores, coctelería con bichitos, una mesa de vidrio para practicar taca taca y la creatividad de los bartenders que elaboran tragos a la minuta, son las sorpresas con las que este exclusivo bar santiaguino recibe a los visitantes que llegan a Patio Bellavista.

Texto: Maureen Berger | Fotografías: Nicholas Charlesworth

El único camino para llegar al segundo piso del concurrido patio bellavista donde se encuentra Red Luxury, es a través de una misteriosa escalera…Allí, desde las siete de la tarde, este bar abre su enorme portalón para sorprender a los visitantes…

Propiedad de los Agostini, con el ítalo-chileno Alberto Agostini a la cabeza de la familia, junto a la italiana Daniela Checci y sus hijos, Red Luxury Bar es otro de los negocios que el clan posee, como el restaurant Backstage, ubicado bajo el bar, y el hotel boutique The Hip, que en el mes de abril abrió sus puertas.

Red Luxury se inauguró en mayo de 2015, y durante este año se fueron sumando elementos claves al equipo. Es el caso de la mexicana Verónica Bravo, bartender y directora de bebidas, quien a los 19 se fue a vivir a Shanghai, China. Durante siete años fue bartender de varios locales, aprendiendo el oficio con el experto italiano Dario Gentile, bartender de Ceresio 7, uno de los diez bares más importantes de Milán. Dario, uno de los especialistas más connotados del mundo, con experiencia en París, Glasgow, Capri y Shanghai, ha trabajado en los más exclusivos bares vanguardistas según la revista Gold List 2016. “Él vino a nuestra primera master class en marzo. Continuará visitándonos en otra ocasiones pues refleja el concepto de Red Luxury Bar, donde buscamos entregar experiencias a través de la historia, los sabores y el lujo, y la mejor coctelería premium”, señaló Verónica, quien en 2015 obtuvo en Nueva York la certificación Beverage Alcohol Resource (BAR), que la convierte en la única bartender en Latinoamérica, título que logró tras asistir a un intenso curso de especialización en historia, destilados, servicios y más a cargo de eximios exponentes, como Dale DeGroff, padre de la coctelería moderna en Nueva York; Andy Seymour, especializado en servicio; Paul Pacult, experto en whisky y gastronomía; y Doug Frost, master of wine y master sommelier, entre otros. La experta llegó a Chile hace un par de años para trabajar en la casa Marnier Lapostolle, como brand ambassador de pisco Kappa, hasta que la invitaron a sumarse al proyecto de Alberto Agostini.

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El lugar tiene como centro de operaciones una enorme barra (la preferida para sentarse), donde los bartenders cuentan con más de 500 botellas para dar rienda suelta a su imaginación, y deleitar a los clientes con pedidos personalizados. “Tenemos una colección de etiquetas impresionante, con 98 whiskies, 74 ginebra, 12 bourbon, 3 whiskies de centeno, 26 ron, 49 vodkas y 20 tequilas, todos de primera calidad. Es más fácil ampliar los horizontes cuando tienes con qué trabajar. Para los bartenders es importante contar con la paleta completa de colores, tal como los pintores”, explicó José Álvarez, jefe de barra. Él estuvo a cargo de preparar algunos de los principales tragos de la casa, como Sazerac, con Amargo Peychaud’s y Whisky de Centeno; Whisky Sour Red, con whisky, limón y Single Malt Ahumado; Vodka Tónica, aromatizado con hojas de albahaca y zeste de limón, macerado con larvas de gusano; Bacchus, con frutos rojos y Crème de Violette; y Aviación, gin y licor de maraschino, entre otros ingredientes.

BICHITOS PARA COMER Y BEBER

El precio de los tragos va desde los $5.990 a los $29.990. No existe una carta impresa, sólo algunas sugerencias del día en una pequeña pizarra, así, el cliente se guía sobre el precio de los tragos observando unas pequeñas corbatitas de colores que tiene cada botella y que corresponde a un valor, según el rango antes mencionado. La más barata es roja, y la más cara, naranja. “De esta manera existe libertad para que la gente se deje asesorar por el bartender, quien tras hacerle algunas preguntas puede sugerir lo que realmente está deseando beber en la velada: algo fresco, cremoso, frío o cítrico, respondiendo siempre a un balance de todo coctel, que debe tener un elemento alcohólico base, un modificador de sabor. También se debe tomar el cuenta la línea de acidez, en equilibrio con la dulzura o amargor”, puntualizó Verónica, aclarando que acá todos son bartenders, incluso los que atienden las mesas, quienes se turnan para estar en la barra.

La directora de bebidas resaltó las copas, tazas y vasos novedosos que utilizan, y algunos licores que poseen, “tenemos las ginebras alemanas Ginn y Ginnie, en edición limitada de 2014 que juegan con los sentidos: una abre las papilas gustativas y la otra es más nasal; la ginebra inglesa Cream Gin, destilada con crema que se siente al paladar; la ginebra belga Filliers Jenever, un destilado de grano con mucho más cuerpo y añejado 15 años en barrica; la ginebra escocesa Strathearn Heather Ron, con muchas notas a rosa seca; y Whisky de Centeno americano Rittenhouse, con grano más seco y especiado”.

José Álvarez indicó también que “la gente va descubriendo sus gustos principales, son clientes que buscan experimentar algo diferente, salir de lo típico, por eso la tendencia de los bichitos que traemos de Tailandia”. Los tragos, por ejemplo, los acompañan con escorpiones rubios, saltamontes grandes y pequeños flambeados al anís, escorpiones cubiertos en chocolate, larvas en vodka y más, “esto la gente lo está apreciando muchísimo, lo consume en busca de experimentar sensaciones nuevas”.

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Existe un carro para preparar Gin Tonic, que con todos los ingredientes (hielo, gin, cardamomo, pimienta negra, canela, anís, clavo de olor y otros aromatizantes) recorre las mesas, y a la vista de la gente el bartender hace su trago personalizado; también hay una máquina que va contando los tragos de la pizarra que son pedidos; cada cierto tiempo suena una alarma que otorga un premio a los clientes y hay un megáfono para animar a los visitantes. Por último están los días: los Habanos Monday es un día dedicado a los fumadores habituales; los martes son de Whisky y los miércoles de Ginebra, entre otros detalles.

La decoración del bar estuvo a cargo de Elisa Agostini, gerente general del hotel boutique The Hip, quien estudió diseño en la Università Bocconi, en Milán, Italia, “el mobiliario tiene un look antiguo, fue diseñado y manufacturado con un estilo clásico exclusivo para el bar y no está restaurado…quiero que destaquen los elementos, más que el conjunto en sí”. Están por ejemplo las enormes lámparas de lágrimas traídas de República Checa, el papel mural de look antiguo y los detalles con adornos de metal en las paredes que resaltan el ambiente sofisticado y barroco. El segundo ambiente es el del restaurant Salsamentería, ubicado en una terraza abierta, cuyo mobiliario mantiene el mismo estilo pero que suma elementos culinarios, como trenzas de ajos y un ambiente más italiano. Para unir hay un puente con enormes ventanales de vidrio, pisos y mesitas para quienes desean beber ahí sus tragos.

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LA SALSAMENTERÍA

El italiano Tony Pera es el chef y director de alimentos y servicios de La Salsamentería, y también de S33W70 Terrazza Mediterránea, un restaurant abierto ubicado junto al Hotel Hip. Por años Tony practicó el ciclismo, hasta que una lesión lo hizo dedicarse a la gastronomía, pues de niño, gracias a su familia, aprendió cocina, “mi abuela me enseñó a cocinar de pequeño, aprendí también en los restaurants Da Papao y Da Tannacca de mis parientes. Hice cursos de cocina y a los 20 años abrí mi propia pizzería, Pizza Pazza a Pezzi, en Lucca, una ciudad de Toscana, al centro-norte de Italia”. Después de abrir otros locales se fue a trabajar a Egipto, África, y a Tenerife, España. La razón de venirse a Chile (enero de 2015), es porque le habían dicho que acá había una revolución gastronómica. Estuvo un mes en la Patagonia, trabajó con Pancho Toro en varios de sus restaurants, hasta que optó por sumarse a los negocios de la familia Agostini. “La salsamentería es un lugar típico italiano, que desde antaño siempre acompaña a las cavas de vino, con preparaciones caseras en base a panes, quesos, verduras y embutidos preferentemente”, explicó el chef.

En La Salsamentería se ofrece para compartir, Tagliere italiano, con embutidos y quesos parmesanos italianos ($19.990); Tagliere Jaime, mixto de embutidos con jamón ibérico y jamón ibérico de bellota ($19.990); Tabla del mar, con ceviches de camarón, pulpo, ostiones o salmón ($9.900); Formaggi misti, tabla mixta de quesos ($8.990); Foccaccina de berenjena grillada; Foccaccina de mozzarella di búfala, con prosciutto crudo, tomate y albahaca; Foccaccina de mozzarella con prosciutto crudo, funghi porcini y pimiento morrón (todos a $5.990), entre otros.

De esta manera se complementan en Red Luxury Bar los tragos creativos a pedido de la gente, los particulares bichitos, los platos de La Salsamentería, redondeando la experiencia con noches de música en vivo, campeonatos de taca taca – en una mesa de vidrio, con jugadores de fierro – y otras sorpresas.

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