Verona Ristorante

Base italiana con ingredientes locales

Base italiana con ingredientes locales

En los alrededores de Quillota existen zonas ricas en paltas (La Cruz), tomates (Limache) y flores (Hijuelas), productos que son protagonistas en cada plato de este nuevo restaurant, que se atreve a incorporar innovación en la preparación y el montaje, especialmente en sus pastas artesanales y salsas. Detrás, están los cocineros Alberto Cortés y Franco Orellana, dirigiendo un interesante equipo creador.

La ciudad de Verona es conocida por la historia de amor de Romeo y Julieta, pero también por sus deliciosas pastas. Inspirado en esto y en una romántica y privada historia personal, Alberto Cortés supo que era el nombre perfecto para comenzar a caminar con su primer restaurant. Quillota, la ciudad que le acogió en sus inicios laborales, resultó óptima para este proyecto.

Alberto es santiaguino de origen, pero estudió administración hotelera en Inacap Viña del Mar, trabajó siempre en Quillota, primero en el Centro Turístico El Edén del 2000 al 2012 y después en Open Hotel hasta el 2017, con diferentes cargos desde bartender a jefe de alimentos y bebidas. Al año siguiente inició su empresa Ace Producciones, que se dedica al desarrollo de eventos en la Región de Valparaíso.

ALBERTO CORTÉS, dueño Verona Ristorante
ENSALADA VEGETARIANA, mix de hojas verdes, aceitunas, zucchini grillado, tomates Cherry, queso crema, champiñones salteados, palmitos y limoneta al pesto ($6.000)
SORRENTINO CON MASA EN TINTA DE CALAMAR, relleno de salmón queso crema y ciboulette con salsa a elección: pesto, bolognesa, pomodoro, Alfredo, nogada o tapenade ($11.500)

APORTE A QUILLOTA

Verona Ristorante, ubicado al interior de Open Hotel en Ariztía 527, surge de la unión de dos emprendimientos creados en pandemia, debido a que estaba la imposibilidad de desarrollar eventos con Ace Producciones. Ingenioso, Alberto dio vida a Buonissima Pasta, con pastas de elaboración casera que se ofrecían a domicilio y Tú y Yo Gelatería, con producción de helados artesanales, que se vendían por delivery en formato de potes de 350 ml. En este escenario, cuando las normas se fueron relajando, se dio la posibilidad de abrir un restaurant, que comenzó con la fusión de ambos rubros.

El dueño acotó “nuestras pastas son de elaboración 100% casera, y para los rellenos nos basamos en sabores muy conocidos en nuestra región, como la carne mechada, salmón y espinacas, entre otras. Los helados, en tanto, vienen de sabores que encontramos normalmente en gelaterías famosas como cookies and cream, yogurt guinda ácida, chocolate y sabores más modernos como torta amor, salad caramel y muchos más”, puntualiza Alberto quien invirtió en maquinaria especial para desarrollar ambos negocios.

“Nuestras pastas son de elaboración 100% casera, y para los rellenos nos basamos en sabores muy conocidos en nuestra región, como la carne mechada, salmón y espinacas, entre otras. Los helados, en tanto, vienen de sabores que encontramos normalmente en gelaterías famosas”, explica Alberto Cortés dueño de Ristorante Verona

 

Si bien Verona partió fuerte potenciando estas pastas, helados y cafetería, en mayo, quiso dar un salto con nuevas preparaciones. La idea central, es poder desarrollar una carta más rupturista en cuanto a montajes, manteniendo la esencia italiana que es el concepto base.

“Nuestros mejores aliados son los hidropónicos, los cuales vienen de la tierra Quillotana, aportando frescura, color y sabor a nuestra cocina, es importante el apoyo a la gente de la zona, entre todos nos complementamos. Nuestra pastelería también viene de un emprendimiento local, acompañando de desayunos, postres y antojos de la gente”, indica reafirmando este afán de ser fieles representantes de su zona.

CEVICHE VERONA, reineta, salmón y camarón en base de cebolla morada, cilantro, pimentones y leche de tigre ($9.500)
ENSALADA CÉSAR MARINA, láminas de salmón ahumado, mix de hojas verdes, tomates cherry, queso parmesano, croutones y limoneta de mostaza ($6.500

TEXTURAS Y FRESCURA

“Apostamos por las texturas, es por eso por lo que estamos inyectando algo de cocina molecular básica en algunos platos, como por ejemplo el agar agar y la goma xantana para espesar algunas salsas, entre otros productos”, recala Alberto, quien acota “estamos utilizando diferentes técnicas para poder conseguir resultados distintos al momento de presentar un plato: deshidratados, curados y hasta sous vide. La cocina es un universo inagotable de ideas y en Verona queremos alcanzar cada rincón de ese universo. Nos gusta que los platos no solo tengan un sabor único, si no que se complementen con lo visual, para esto destacan los colores de pastas a base de tinta de calamar, espinaca, zanahoria, entre otros. Además de los vegetales que otorgan altura y frescura”.

FRANCO ORELLANA, chef
ejecutivo

Es así como el equipo incorporó recetas como el sorrentino relleno con lomo liso y queso azul acompañado de una salsa de vino tinto; sumaron una salsa gamberetti que acompaña al sorrentino de salmón, queso crema y ciboulette. En la carta de postres añadieron crême brûlée, tiramisú, reconstrucción de pie de limón y una degustación de postres europeos en un tablero de ajedrez.

Estos platos se suman a otros sorrentinos; a los raviolones como jamón, queso en masa de espinaca o pollo y champiñón en masa al huevo; fetuccinis y gnocchis: preparaciones en base a lomo, salmón, reineta o pollo; ceviches y ensaladas variadas.

 

 

 

“Estamos utilizando diferentes técnicas para poder conseguir resultados distintos al momento de presentar un plato: deshidratados, curados y hasta sous vide. La cocina es un universo inagotable de ideas y en Verona queremos alcanzar cada rincón de ese universo”, enfatiza Alberto Cortés

 

El restaurant funciona desde el desayuno con buffet (abierto no solo a huéspedes del hotel); pastelería, heladería y sándwiches en pan de miga y masa madre, ideales también para la once.

Los bebestibles cumplen un papel fundamental en el salón, ya que la magia que entregamos en cada plato debe ser acompañada con más magia”, indica Alberto.


En cuanto a vinos, han apostado por viñas locales, como los de Pedro Narbona y sus vinos Narbona Wines. Ahora bien, la carta de tragos es amplia desde pisco sour, pasando por Aperol, Ramazotti, Tequilas y Mojitos.

POLLO TERIYAKI, con camarones al pilpil y verduras salteadas ($12.000)
LOMO LISO, en salsa vino tinto con arroz cremoso al pesto ($12.500)
SORRENTINO CON MASA ZANAHORIA relleno de espinaca y ricotta y salsa a elección ($9.500)

DERRIBANDO MITOS

Alberto ha debido luchar para derribar mitos, que el restaurant es solo para huéspedes, lo cual no es cierto y que los restaurantes de hoteles son más caros. Por suerte, gracias a una importante campaña comunicacional, estas creencias –por lo menos en la ciudad de Quillota– han cambiado y se sabe que el restaurante es abierto y asequible al público.  “Estamos trabajando para que Verona sea la opción de mucha gente, como estrategia utilizamos los medios para que las personas nos conozcan y sepan que recibimos a todo aquel que quiera tener un buen servicio. Además, hemos incorporado menús temáticos de acuerdo con las festividades que como sociedad nos representan”, añade.

WAFFLE CON HELADOS DE COOKIES AND CREM y pie de limón ($4.000

Con esta meta, han trabajado fuerte las cenas y eventos especiales asociados a las festividades. “Como restaurante nos gusta que el menú sea con una temática representativa que se complemente con la atención necesaria para llevarse una experiencia completa. Así mismo, realizamos celebraciones privadas dentro y fuera del hotel, tanto de banquetería como cenas completas. Otro servicio que ofrecemos frecuentemente es la atención completa a los equipos deportivos y empresas que visitan el hotel”, expresa Alberto Cortés.  

 

“Como restaurante nos gusta que el menú sea con una temática representativa que se complemente con la atención necesaria para llevarse una experiencia completa. Así mismo, realizamos celebraciones privadas dentro y fuera del hotel, tanto de banquetería como cenas completas”, comenta el dueño de Verona

 

EL EQUIPO

 “Somos un restaurante que se encuentra ubicado al interior del hotel más importante de Quillota, por tanto, los comensales son exigentes en materia gastronómica. Además, en la ciudad de Quillota, no había ningún restaurante tan especializado en pastas. Paralelamente, me he preocupado de contar con personal con experiencia, y estamos enseñando nuestros conocimientos al resto para formar un gran equipo”, puntualiza el dueño.  

PANNACOTTA con salsa de frutos rojos ($3.500)
APEROL SPRITZ ($6.500)
RAMAZOTTI SPRITZ ($6.500)

NEGRONI ($6.500)

Dentro de ese equipo, resalta la labor de Kathleen Gómez, gerente general de Verona Ristorante, con una amplia experiencia en el rubro gastronómico, quien se encarga del funcionamiento de todo el ristorante. También de Franco Orellana, chef ejecutivo, oriundo de Rengo, Sexta Región. Estudió cocina en el Instituto Duoc UC de Valparaíso; hizo su práctica en Resort Bahía Príncipe, Playa del Carmen, México. Trabajó en Divino Pecado, Viña del Mar; Club de la Unión de Santiago y en Sheraton Miramar, Viña del Mar. Considero que mi experiencia aporta sabores únicos en los platos en base a la dedicación que les doy. Pero lo que más destaco, es el compromiso de llevar adelante un equipo completo aportando técnicas, sabores, métodos de cocción y todo el arte que la cocina conlleva”, sostiene Franco.          

Finalmente, tanto Alberto como Franco y Kathleen coinciden en afirmar “si bien existen buenas cocinas caseras en Quillota, Verona le entrega a la gente la oportunidad de deleitarse de una alta cocina, complementado con un buen servicio”.

 

Verona Ristorante

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