De Mi Tierra Pizzas
Creciendo en Los Angeles con un concepto inclusivo
Pronto a cumplir diez años, esta pizzería es un emprendimiento creado por tres hermanas: Marianela, Lilian y Ximena Saez; y su madre Marianela Hernández. Negocio familiar anclado a la ciudad de Los Ángeles –donde suma tres sucursales: una en Villa España, en Bulnes y en Baquedano– tiene un concepto diferenciador clave, y es ser ampliamente inclusivo.
“Partimos en un local muy chico”, comenta Lilian a Chef&Hotel. “Especializados en pizzas pero ahora se ha expandido más. Comenzó mi mamá, mi hermana y yo, y ahora ya tenemos más de noventa y cinco personas trabajando. A fin de año esperamos expandirnos".
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Lilian se explaya sobre la historia de vida de las tres hermanas que, debido a la muerte de su padre cuando ella tenía seis años, desde pequeñas junto a su madre debieron incursionar en diferentes alternativas para generar ingresos, “el ingenio de buscar recursos económicos de dónde sea”, explica. “Trabajando en lo que sea, vendiendo, creando negocios chiquititos…hasta que logramos hacer algo que realmente nos ha podido dar el sustento para seguir adelante”.
Sus experiencias en el rubro gastronómico no fueron del todo agradables. Marianela tuvo un colapso emocional en uno de sus empleos y decidió que teníamos que volvernos a Los Ángeles. “Yo estaba terminando de estudiar Teatro en Santiago”, cuenta Lilian, cuyo compromiso con su hermana era que, apenas se titulara, volvería a sus tierras para poner en marcha el negocio en conjunto.
“Comenzó mi mamá, mi hermana y yo, y ahora ya tenemos más de noventa y cinco personas trabajando. A fin de año esperamos expandirnos a la ciudad de Concepción. Luego de eso tenemos el proyecto de franquiciar”, Lilian Saez.
“Marianela lo abrió en noviembre de 2013. Yo me titulé en diciembre y me vine volando, porque empezó a ser un éxito enseguida. Mi mamá nos apoyó desde un principio y mi hermana mayor se integró hace poco. Nuestros maridos nos apoyan pero, más que nada, son espectadores”, ríe.
Comenzaron elaborando exclusivamente pizzas ya que, de acuerdo con Lilian, era lo único que sabían hacer. “Intentamos reformularla un poco, adaptar el concepto a los ingredientes de la zona, ingredientes más locales y autóctonos, que tuvieran harta identidad local y también ingredientes con los que nosotras nos habíamos criado acá en el sur, en el campo”.
La partida de De Mi Tierra Pizzas fue en un local sencillo, pero con harta identidad. “Estaba muy bonito y en ese momento en Los Ángeles pasaba que no habían muchas cosas nuevas. Por estética, empezó a pegar harto. La gente comenzó a preguntar y las pizzas empezaron a venderse mucho. Nuestras pizzas son, por lo menos acá, muy diferentes a la pizza italiana. Están cargadas de otro tipo de ingredientes, ocupamos los piñones, ocupamos el maqui, ocupamos las avellanas, hartas verduras. Tenemos muy pocas pizzas con carne”.
Cada vez la afluencia y el número de ventas fue creciendo, a tal punto que en febrero de 2014 ya no podían dar abasto con el personal y se vieron en la obligación de contratar más gente. “También nos obligó a abrir una nueva sucursal, y más grande. A mediados de año ya la habíamos inaugurado”. Ese segundo local tuvo también mucho éxito de forma rápida. Se abrió así una tercera sucursal en Villa España. En 2022, el local más pequeño –el de Freire– se cerró para dar paso a una sucursal más grande, ubicada en Baquedano 130, full inclusiva y con espacios diferenciados que incluyen un parque de juego para niños. “Ahí pudimos concretar como un montón de sueños también que teníamos con este negocio”.
“Nuestras pizzas son, por lo menos acá, muy diferentes a la pizza italiana. Están cargadas de otro tipo de ingredientes, ocupamos los piñones, ocupamos el maqui, ocupamos las avellanas, hartas verduras. Tenemos muy pocas pizzas con carne”.
BIENESTAR
La misión de De Mi Tierra Pizzas, según Lilian, es poder generar una nueva forma de hacer empresa, que finalmente sea integral y que, junto con el desarrollo económico, sume más responsabilidades y compromiso con la sociedad. “Habíamos tenido malas experiencias laborales y para nosotros era un sueño tener un lugar donde el trabajo fuese más amable. No es necesario el maltrato u explotar a otro para que pueda rendir y dar su mejor potencial”, sentencia Lilian.
Por ello, se trabaja junto al psicólogo Francisco Díaz Pincheira, experto en felicidad laboral de la Universidad de Concepción. Habiendo asistido a una de sus conferencias, le invitaron al proyecto. “Él se encarga de nuestro plan de bienestar anual, de testear constantemente el estado de ánimo del personal. Hacemos talleres durante el año de meditación, de acupuntura, de autoconocimiento, de autocuidado. Trabajamos también con un kinesiólogo, que se encarga cada cierto tiempo de enviarnos vídeos para prevenir enfermedades, de movimientos en sus muñecas, estiramientos o pausas activas”.
Además, las socias se preocupan de conectar emocionalmente con el personal. “Hay empresas que dicen que ‘somos una familia’, pero nunca el trabajo va a ser una familia”, dice Lilian, señalando que la importancia radica en potenciar al resto, y sumar acciones inclusivas. “Hace seis años más o menos, se incorporaron los primeros anfitriones que tienen síndrome de Down. Fueron dos en ese momento, y ahora ya trabajamos con más de diez, o doce, entre quienes van rotando, trabajando en amasandería, o haciendo su ‘práctica social’ -como digo yo- porque una de las cosas más importantes para los chicos con discapacidad intelectual es poder insertarse socialmente y comunicarse con personas diferentes a ellos porque están acostumbrados a una burbuja mini que es sólo su familia y su colegio”.
La misión de De Mi Tierra Pizzas, según Lilian, es poder generar una nueva forma de hacer empresa, que finalmente sea integral y que, junto con el desarrollo económico, sume más responsabilidades y compromiso con la sociedad.
INCLUSIÓN
Este impulso que viene a definir la ética de De Mi Tierra parte, según las dueñas, de “las ganas de hacer algo diferente, de poder hacer algo integral y que realmente todos se puedan sentir cómodos en este lugar”. Una de las primeras cosas fue tener un trato respetuoso con las familias que llegaban con niños, algo no muy usual en el rubro. “Nosotras dijimos: aquí todos tienen que ser bienvenidos. Tenemos que crear un espacio en donde cualquier persona que esté aquí se pueda sentir cómoda, respetada, valorada, querida”. La idea de las franquicias a futuro se apoya en el propósito de expandir esta cruzada.
Por ello, en los locales se generaron espacios familiares, con juguetes disponibles para los niños, o máscaras con animales del sur de Chile que se regalan a los pequeños para que jueguen mientras los padres comen. “Hay una hora silenciosa todos los días, en todos los locales, en la que se detiene la música y se apagan las luces. Tenemos audífonos aisladores de ruido que son para los niños que requieren mayor control de los sonidos exteriores, o con cualquier intolerancia al ruido, pues no solamente los niños TEA lo necesitan, a los niños con síndrome de Down también pasa lo mismo”.
Todas estas propuestas se han puesto en marcha investigando y con la intención de querer hacer un aporte. “Impulsándonos a ser mejores”, resume Lilian. “La conexión es la clave. Las madres que deseen amamantar tienen un lugar disponible para ello, sin la exigencia de consumir en el local; y tenemos el pasamanos al ingreso, que da un recorrido sensorial y guía directamente a una mesa que es exclusiva para personas invidentes o con discapacidad visual. Esta mesa inclusiva cuenta con un timbre exclusivo para ellos”.
“Nosotras dijimos: aquí todos tienen que ser bienvenidos. Tenemos que crear un espacio en donde cualquier persona que esté aquí se pueda sentir cómoda, respetada, valorada, querida”.
En cuanto a la carta, esta busca ofrecer opciones frescas y de calidad, trabajando con productores de la zona, “pequeños agricultores que no tienen muchas veces las posibilidades de llegar a los locales gastronómicos; acá todo es horneado, todo está trabajado para tratar de respetar al máximo los alimentos. A pesar de que la pizza se conoce como comida chatarra, realmente acá no es así”.
En los locales es posible encontrar opciones sin gluten, sin lactosa, masas veganas y panes caseros. Nuggets de quinoa, de atún, sin mucha carga de sal; jugos orgánicos, ensaladas, sandwiches, empanadas, té orgánico, cocktelería y tablas. En el caso de los sandwiches, también es posible encontrar opciones con proteína animal. “Nosotras aumentamos la carta porque, como nuestro público es tan fiel, y literalmente van casi todos los días, entonces había que ampliarla. Ahora tenemos lasañas”, añade Lilian.
Incluso en su presentación física la carta está elaborada con la diversidad como norte, estando a disposición tanto en braille como en pictogramas, pensando no solo en los invidentes, sino que en las personas o niños que sufren de ansiedad en la toma de decisiones. “Queremos integrarlos a todos. Nos pasaba que una persona decía ‘me muero por comer una pizza, pero soy alérgico’. Entonces, pucha, qué lástima, cómo no voy a poder ofrecerte algo para que puedas disfrutar igual que yo”, ríe.
De Mi Tierra Pizzas
- Local Villa España, Av. Oriente 1248, Los Ángeles, Bío Bío
- Local Baquedano 130, Los Ángeles, Bío Bío
- Local Pasaje Bulnes 321, Los Ángeles, Bío Bío
- Instagram: @demitierrpizzaslosangeles
- Facebook: @demitierrapizza/
- Web: www.demitierrapiezzas.cl
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