SEMINARIO ENOTURISMO CHILE
Seminario convocó a grandes actores del turismo enológico chileno
Organizado por Enoturismo Chile, el inédito encuentro contó con la presencia de diversos representantes de valles vitivinícolas, rutas del vino, viñas y productores de vino, además de entidades públicas y privadas. Todos buscando ratificar su especial compromiso con el desarrollo de la actividad enoturística a nivel país
MÁS DE 200 PERSONAS se dieron cita en el Salón de Conferencias de Monticello Grand Casino, para ser parte del seminario “La unión de dos industrias para el desarrollo de los valles vitivinícolas en Chile”, primer congreso organizado por Enoturismo Chile, programa estratégico impulsado por Corfo, que pretende fortalecer y desarrollar esta actividad a través de la unión de dos industrias: turismo y vino, ambas consideradas relevantes para el desarrollo del país.
El programa está conformado por 17 entidades públicas y privadas, las cuales gracias a un trabajo mancomunado buscan favorecer la colaboración de los diferentes sectores involucrados, para potenciar el crecimiento del enoturismo chileno mediante un sistema de articulación mesoregional. “Somos una iniciativa independiente, vinculada al trabajo de Vinos de Chile. A través de este programa, aspiramos a promocionar y difundir de manera integral al sector a nivel nacional e internacional, ofreciendo una propuesta atractiva, innovadora, competitiva y sustentable, fomentando una permanente mejora en la calidad del servicio”, sostuvo José Miguel Viu, presidente de Enoturismo Chile al inicio de su intervención.
Entre los datos relevantes señalados por Viu, figura una que dice que desde el 2005 al 2016, las visitas pagadas a bodegas abiertas al turismo distribuidas en las distintas regiones vitivinícolas de Chile, tuvieron un alza de un 21%. Así también, el directivo reveló que de todos los visitantes recibidos por las viñas, un 65% corresponde a extranjeros, de los cuales en su mayoría son brasileños y el resto europeos. En tanto las cifras de turistas nacionales obedecen sólo a un 35% del total.
Duplicar la llegada de turistas a todos los destinos vitivinícolas de Chile, es uno de los objetivos planteados por el organismo. Esto, además de propiciar la integración cimentada en un mayor desarrollo de valles y regiones dedicadas al quehacer del vino. Para este año, una de las prioridades es desplegar una estrategia de posicionamiento para el enoturismo chileno, la cual busca crear un relato base originado de la investigación de cada uno de los valles, la que luego se verá reflejada en una exclusiva campaña digital que en los próximos meses tendrá su estreno.
“A esto se suma la capacitación para colaboradores de las viñas mediante un curso de guía de turismo vía e-learning. También contamos con el compromiso formal de Vinos de Chile y su Consorcio Tecnológico, para desarrollar estándares del enoturismo y agregarlos como la cuarta área del Código de Sustentabilidad, que hasta ahora contempla la dimensión viñedo, bodega y social”, dijo Viu en la convención.
LA RIQUEZA DE LA DIVERSIDAD CHILENA
El seminario contó con interesantes intervenciones surgidas de dos paneles, conformados por destacados empresarios del rubro vitivinícola. Los asistentes también fueron partícipes de la exposición dictada por el economista argentino Gabriel Fidel, catedrático de la Universidad de Cuyo, reconocido consultor internacional, especialista en enoturismo, quien basó su presentación en cuatro importantes ejes para el desarrollo del turismo del vino: oferta y demanda, calidad, rutas y circuitos, marketing y comunicaciones.
El especialista enfatizó la idea de impulsar diferentes dinámicas de cooperación público-privada, junto con democratizar la actividad enoturística, expandiendo y diversificando la red de actores que la integren, “porque el turista además de querer ver a los viñateros grandes, también busca que los dueños de una viña pequeña lo atiendan. Además hay que tener una oferta para los mismos chilenos, tener claro cómo se atrae al local. Enoturistas somos todos, y no solamente aquellos que saben mover la copa y tienen dinero”, indicó Fidel. El académico dijo también que la riqueza del enoturismo chileno está en la diversidad, y que Chile como país único se debe vincular a la oferta y la demanda, y a partir de estas generar diferentes líneas de productos, compartiendo estándares de calidad.
Durante el seminario se oficializó el anuncio que nuestro país fue elegido sede de la IV Conferencia Mundial de Turismo Enológico para el 2019. El valle de Colchagua será la región vitivinícola encargada de recibir a importantes expertos de reconocimiento internacional, relevante encuentro organizado por la Organización Mundial de Turismo, que tiene como fin potenciar el turismo sustentable y sostenible.
Colchagua es reconocido como el valle más premiado de Chile por sus vinos y por su oferta enoturística. En la actualidad cuenta con 18 viñas abiertas al turismo, cuatro museos, un casino de juegos, y al menos 52 restaurantes y/o establecimientos dedicados a ofrecer diferentes alternativas gastronómicas. También la Universidad de Talca imparte dos carreras relacionadas con el sector.
Se espera que al 2026, el enoturismo en Chile sea una actividad imperdible para turistas nacionales y extranjeros, con una oferta integrada, diversa, sustentable, de calidad, representativa de cada territorio, capaz de incrementar las visitas y capturar un mayor gasto por turista, impactando positivamente en el desarrollo de los valles vitivinícolas, y con ello incrementar los ingresos del país.
“El enoturismo es una actividad dirigida a los que saben de vinos y a los que no saben, por eso la invitación es a trabajar asociativamente, a ser competitivos y creativos. A innovar para lograr una oferta variada y encantar a los turistas, integrando a pequeños productores. En suma, convertirnos en referentes del enoturismo a nivel mundial”, dijo finalmente José Miguel Viu.
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